Sandokán vuelve a Valladolid: «En la vida he tenido grandes amores y pérdidas dolorosas»

«En la vida he tenido grandes amores y pérdidas dolorosas», cuenta parapetado tras unas enormes gafas de pasta. Difícil adivinar tras ellas la mirada felina del Tigre de Malasia que a tantos millones de espectadores atrapó en las sobremesas televisivas cuarenta años atrás. Posa en la Plaza Mayor con música india de fondo que arropa la nube de actos del Festival de Literatura de Jaipur que hasta este domingo acoge la Feria del Libro. Pasa desapercibido entre los lectores que echan un vistazo a los libros de las casetas. A muchos les deja fríos cuando se le presenta como Kabir Bedi. Pero basta pronunciar el nombre de Sandokán para que el revoltijo de recuerdos se desoville en un hilo de nostalgia y la gente le rodee. «Este libro es honesto, no oculto nada», explica con el agrado de quien desea hablar y darse a reconocer. Una resurrección promocional tras borrosos años de una fama televisiva que dio lugar a etapas vitales menos agradecidas. «En mi vida ha habido muchos éxitos, también muchos errores, pienso que detrás de los logros se esconden grandes reveses, por eso decidí escribir estas memorias, que son la historia de mi corazón».

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Cuando se le pregunta qué queda de aquel Sandokán responde que «lo que permanece es la memoria de un personaje icónico, el recuerdo de tanta gente joven que ya no lo es; para mí queda el amor que recibí de muchos seguidores, sobre todo en España; me llena de orgullo que mucha gente de ese país me diga que descubrieron La India gracias a mí».

Del relumbrón de la fama ganada tras más de setenta películas y la participación en series como 'Dinastía' a las turbulencias cotidianas de la vida menos conocida habla en una autobiografía que, asegura, toca fibra emocional. «Todo el mundo conoce a Sandokán porque lo vieron en la televisión, pero nadie conoce al hombre que hay detrás del actor; en mi libro recojo momentos con grandes personajes como los Gandhi, Bertolucci, los Beatles, el Dalai Lama, mis experiencias como periodista de radio, todo lo que pasé con mi hijo, que tuvo que luchar contra la esquizofrenia, mis fracasos con las finanzas... todo lo que reflejo en estas páginas es un viaje muy humano».

Se muestra «muy contento» Kabir Bedi de volver a Valladolid, «ciudad ciudad fantástica, con grandes chefs, aquí se hacen cosas grandes en la cocina, no importa lo que cocinen sino cómo, disfruté de ello cuando vine la última vez y voy a repetir». Fue en 2016 cuando recibió la Espiga de Oro en la Seminci. «Valladolid tiene mucha historia, igual que La India, estoy encantado». Se despide y se queda solo en la Plaza Mayor, entre anónimos lectores en busca de libros en las casetas.Alguien de la Feria dice: 'Tenemos a Sandokán entre nosotros' y copa todas las miradas. Y después, selfis y más selfis.