«Las redes sociales y la vida frenética nos arrastran a la soledad»
La leonesa Macu García reivindica en 'La lectora' el poder de los libros como refugio y el respeto a la identidad sexual
Karina se confiesa «dueña y señora» de su vida. Un estatus ganado a costa de desdeñar relaciones sociales. De ahí su decisión de trabajar en ... horario nocturno en un parking, refugiarse en la lectura compulsiva de libros y reducir sus amistades a Vanesa, un hombre en un cuerpo de mujer que se siente víctima de «un error biológico», y Lucrecia, su librera de cabecera. Sobre estos personajes ha levantado Macu García (León, 1963) 'La lectora' (Círculo Rojo), su segunda novela.
«Este libro surge como un intento de aportar valor a las emociones de la protagonista en una situación reflejo de la soledad que tanto nos habita en este tiempo», explica la autora, administrativa de profesión afincada en Valladolid. Si en 'Los tiempos de Olvido', su primera novela publicada en 2022, ponía de relieve las limitaciones y esfuerzos de las mujeres españolas en los años setenta y ochenta del siglo pasado para avanzar en derechos e igualdad, vuelve Macu García a otorgar preeminencia a los personajes femeninos en 'La lectora'.
«No me atrevo a hablar de soledad en los hombres porque conozco menos casos, pero las mujeres en una sociedad tan comunicada están muy solas y son muy vulnerables; el fenómeno de la soledad no deseada se debe a un cambio de paradigma en las relaciones sociales, está motivado por el auge de las redes sociales y por la vida frenética que nos arrastra; puedes tener cuatro mil amigos en Facebook y no conocer a tu vecino de al lado».
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El personaje de Vanesa le sirve a la autora para abordar la identidad de género en un momento donde observa una grave regresión frente a épocas pasadas. «Este es un asunto que está ahora mucho más contaminado que cuando yo era joven; tengo 62 años y en su momento no teníamos ideas tan sexistas como algunas de las que hoy se aprecian e incluso se presume, no recuerdo a amigos a los que les dieran palizas o los matasen por su orientación sexual como al chaval de Galicia», expresa reseñando que ha llevado el tema en su novela porque considera «esencial» el respeto a cada persona.
«El tema de la identidad sexual está mucho más contaminado que cuando yo era joven, no teníamos ideas tan sexistas»
Su libro también toca la narrativa erótica, e incluso incluye cuatro relatos independientes con esta temática. «Soy lectora de la colección 'La sonrisa vertical' desde joven, así que me parecía que podía ser un hilo disruptivo y también el conductor para guiarnos a una parte de la trama», sostiene la escritora, consciente de que la literatura erótica en la actualidad es superada en tirón editorial por la novela negra, «que tiene un componente de agresividad y truculencia».
En el relato los libros obran como «arma de construcción del pensamiento», además de servir de refugio sanador y espacio de resistencia a una protagonista cuya vida ha transcurrido aferrada a las lecturas como alivio frente a la soledad. Comparte la autora con Karina la voracidad lectora, ahora volcada en títulos como 'La cartera', de Francesca Giannone. «Me dejo aconsejar mucho por los libreros», dice quien guarda en el cajón otras dos novelas en espera de publicación.
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