Secciones
Servicios
Destacamos
El verso fue su desahogo. Atanasio Tomillo archivero de Simancas y de la Biblioteca del Palacio de Santa Cruz era un metódico profesional, que se liberaba ante la cuartilla. En impecable caligrafía vertía su satírica visión de la política y de sus vecinos con la ... historia de fondo. Joaquín Díaz se topó con ella y de ahí nace el libro 'Álbum de Atanasio Tomillo. Poemario'.
El etnógrafo compró hace casi treinta años un manuscrito en la librería Relieve. Era una obra larga, de primorosa letra con apenas tachones, que leyó recientemente. Indagó sobre el personaje y decidió publicarlo en los libros digitales de la Fundación Joaquín Díaz (colgado en su web).
Allí puede leerse el compendio de pareceres encontrados de quien se considera «un don nadie independiente». Díaz logró saber de los orígenes del funcionario en Pozaldez y de su padrino, el rector de la Universidad de Valladolid Atanasio Pérez Cantalapiedra (1806-1876). «Al parecer cogió cariño al niño de su sirvienta –dice Díaz– y le procuró la entrada en el Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios». Lastrado por su condición de sordo, no pudo acceder a estudios superiores e ingresa como auxiliar. Sin embargo, su trabajo excedió el mero trasiego de legajos y llegó a acumular 3.800 documentos y 17.000 folios para justificar una 'historia de las comunidades de Castilla' sin los errores que se venían arrastrando. Terminó por dárselo a Manuel Danvila quien lo utilizó en 'Elpoder civil en España' y luego fue depositado en la Real academia de la Historia. También firmó con Cristóbal Pérez Pastor su libro 'Proceso de Lope de Vega por libelos contra unos cómicos'
Atanasio Tomillo hizo su propio libelo. En su libro manuscrito, de predominante tono jocoso, se duele del «politiquear», del «rastrero caciquismo», del «poder de hacer y deshacer del cacique aunque al pueblo sacrifique». Será Germán Gamazo, diputado por Valladolid y ministro, quien concentre la mayor parte de sus dardos. Aél dirige varias cartas escritas en verso. Le molesta que en Madrid identifiquen la ciudad como «feudo de Gamazo».
El desastre del 98 le lleva a vilipendiar a «los yankees», contraponiendo la conquista latina a la sajona. Tomillo echaba de menos una actitud más beligerante de España, como la que logró expulsar a las tropas napoleónicas. Hace una visita al cementerio, recurso literario para describir guasonamente la sociedad de su tiempo, desde el concejal a los militares y al lobo de mar, del médico avaricioso a las señoras de la caridad y a la religión. Alocuciones electorales y al pueblo, cartas a DonCarlos de Borbón y semblanzas de todo el arco parlamentario se suceden, incluida una reprimenda a esta cabecera.
Quien proclama que ««mi única creencia e la de no creer en nada» escribe su propio epitafio que reza así: «Pasó por adusto y zafio, a causa de la sordera. Tuve al mundo por montera viniendo a parar aquí y en el tiempo que vivi solo me inspiraron fe los pollos que devoré y el buen vino que bebí».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.