«La poesía son imágenes, no explica ni convence, solo es»

Guarda buen recuerdo de Valladolid de cuando participó en el año 2000 en un simposio sobre 'Disidencia y exilio'. Ahora lo ha renovado con su editor, César Sanz, y este poemario que debía haber presentado en abril pero un problema familiar le obligó a retrasarlo. «Es un título simple, pero no encontré otro mejor», se disculpa Anabel Torres. «'Amar' es una recopilación de poemas en torno al amor, pertenecientes a distintas épocas», explica la escritora y traductora. Estructurado en dos partes, la primera la integran cuatro 'Gavetas' que recogen poemas sobre el amor del padre, de la madre, del abuelo, «son más personales», y la segunda, en prosa poética aunque a ella no le guste esta convención –«para mí todo es poesía, aunque sea extendida»– que aborda el deseo, la dicha y el duelo de amar.

«Para mí la poesía son imágenes, no una explicación, ni proselitismo. Los poemas no tratan de convencer, simplemente de ser. Si tratas de hacer denuncia, de explicar, el poema pierde brillo», cuenta la autora de '¿Y la alegría?'.

Le resulta difícil explicar sus poesía. Sí sabe que el verbo amar se le ha llenado de connotaciones, se ha ensanchado. «La poesía joven se centra en el yo y el amor de pareja. Va por edades, yo estoy bastante madura. Creo que la poesía es importante como reflejo de la otredad. Por ejemplo, puedo sentir amor por un desconocido porque es el aire envolvente del ser humano. Nuestro corazón se remueve al ver la guerra de Gaza en el noticiero cuando se cuela un grito o un sollozo más que con las palabras», dice Torres. «Vivimos en una época muy narcisista, el consumismo propugna eso. Estamos en un momento de contradicciones, cuanta más tecnología, más aislamiento y eso nos lleva a la soledad, lo que se refleja en el aumento de suicidios de jóvenes. En este desgarrador momento, hay que buscar la belleza».

Está orgullosa del bagaje literario colombiano, «tenemos muy buenos escritores, como todos los países, aunque quizá nosotros con una gota más de asombro.Eso que se dio en llamar realismo mágico viene porque América Latina se sobrecoge con lo mágico, lo imposible, lo que se logró hacer a pesar de». Alterna la poesía con los cuentos y en ensayo. «Tengo hasta una novela inédita desde hace mucho tiempo, que va por su décima versión», cuenta quien no concibe la poesía «como exhibición». Lo dice por las jóvenes estrellas. «Uno no decide escribir poesía, para hablar ese lenguaje tienes que meterte en el mar de la poesía escrita ya, eso se hace leyendo. No puedes fabricar genialidades en tu propio charquito. El prodigio de la literatura es que no existe sin la palabra escrita o dicha por otros antes».