Eva Duarte y Libertad Lamarque, en una escena 'La cabalgata del circo'.

El poder de Evita Perón arruinó la vida de una actriz

Micaela Agostini novela en 'La cachetada' la rivalidad de las actrices argentinas que llevó a Libertad a exiliarse en México

Victoria M. Niño

Valladolid

Lunes, 4 de marzo 2024, 00:14

Perdió la paciencia y su reacción le costó el exilio. Libertad Lamarque propinó una bofetada a Eva Duarte en el rodaje de 'La cabalgata del circo' (1945). Y la vida de la actriz más importante de Argentina se truncó, teniendo que exiliarse a México.

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« ... Topé con la anécdota, no muy conocida por mi generación, tras ver la serie 'Feud' sobre rivalidades entre artistas a partir de la Bette Davis y Joan Crawford en '¿Qué fue de Baby Jane?'. La de Eva Duarte y Libertad Lamarque me pareció un lugar para explorar», explica Micaela Agostini, autora de 'La cachetada' (Menoscuarto).

El jurado del Premio Ateneo Ciudad de Valladolid recomendó publicar 'La cachetada', de Micaela Agostini

«Tenía la imagen de Libertad Lamarque como un actriz viejecita, que hacía papeles de monja, viuda, buena, en telenovelas mexicanas. Luego descubrí que había sido la más importante de Argentina y quizá de América Latina de su generación, que también actuó en Nueva York y París y protagonizó la primera película del cine sonoro de mi país. De Eva, todos sabemos que se casó con Perón, luchó por el voto femenino, intervino en la política en un momento impensable para la mujer», cuenta la escritora afincada en París.

Libertad Lamarque (1908-2000) era ya una rutilante estrella que había cimentado su carrera en una férrea disciplina cuando se topó con la Duarte. Despreciaba a los militares, procuraba evitarlos, y protegió con celo maternal a su hija hasta organizar un secuestro internacional para alejarla de su padre, en Uruguay. Su animadversión contra Eva Duarte fue creciendo a medida que avanzaba la película. La joven de Rosario llegaba sistemáticamente tarde, exigía beneficios que no la correspondían y condicionaba el trabajo de todo el equipo por su condición de amante del presidente.

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«Indagué quién era Eva antes de ser Evita; la hija de una costurera que soñaba con ser actriz y que a los 16 años llega a Buenos Aires», explica Agostini, que se detiene en el mundo de la revista y los locales nocturnos, primeros escenarios de las aspirantes al mundo de la interpretación.

«El de actriz era un trabajo poco respetable, en esa época era sinónimo de prostituta. Casi ninguna había acabado la escuela, eran chicas humildes que sufrían todo tipo de vejaciones. Había muchas aspirantes y pocas llegaban a cumplir su sueño», relata la autora de 'Mónica Beatriz'.

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A la luz de esta confrontación, considera Agostini que «ser rival no es todo malo y no siempre es negativa la rivalidad. Un rival te hace avanzar, querer ser mejor, aunque en este caso no terminó bien». Lamarque vio cómo se le cerraban las puertas de teatros y estudios, nadie la contrataba, dejó de existir en su país y se exilio a México. «Allí la rivalidad le dio una estructura a la que agarrarse. Ese odio por Evita, esa bronca fue su soporte. Para Eva, la rivalidad fue el combustible que marcó su vida, se peleó con todos. La movió un afán por deslumbrarse a sí misma y a los demás y acabó por consumirla. Murió muy joven, a los 33 años de un cáncer de útero».

Rodajes y poder

Agostini planea por la historia Argentina, bebe de las fuentes historiográficas y escribe una carta que pone en boca de Evita. «En ella pide ayuda a Libertad, su peor enemiga, porque sabe que es una persona digna y que puede confiar en ella. Ambas sienten despecho por el mismo hombre. Eva le confía su deseo póstumo que la llevaba a enfrentarse a Perón». La película que hicieron juntas no se llegó a estrenar por deseo de su esposo. La petición de la primera dama era que Lamarque lograra su estreno. «Finalmente se estrenó en 1983, cuando llegó la democracia en la Filmoteca nacional. Quizá algunos peronistas cercanos a Eva la vieron».

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Micaela, que siente especial interés por «la condición femenina, por el acceso al poder de la mujer en el siglo XX», cree que «más que el peronismo, a Eva y Libertad les marca el momento. Tienen que hacer su camino sin herramientas, pasando por atajos que eran de hombres».

A pesar de sus éxito, Eva murió sola. «Debió ser un final muy triste. Hay imágenes en las que se la ve cadavérica, en una habitación al fondo en el palacio francés en el que vivían. Pidió que la pusieran allí para no molestar a Perón con los gritos de dolor y el olor terrible que debía desprender.Todo el mundo idolatra a esa pareja. A ella se la presenta como indomable, pero más bien creo que él era un hombre al que le gustaba dominar a jovencitas, con todas sus parejas había una gran diferencia de edad».

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Agostini presentó 'La cachetada' al Premio de Novela Ateneo-Ciudad de Valladolid en la edición pasada. No ganó pero el jurado recomendó su publicación. «Fue una alegría enorme, el sueño de todo escritor sudamericano, publicar en España». La novela aún no ha llegado a Argentina que gobierna Milei. «Mi país vive una situación complicadísima. Con Milei me pasó lo mismo que con Trump cuando ganó la primera vez, me parecía imposible. La gente la está pasando mal, a ver si hace algo para que puedan vivir dignamente».

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