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Los escritores zamoranos Luis García Jambrina y Juan Manuel Rodríguez Tobal. Alberto Mingueza
Luis García Jambrina

«Los partidos funcionan como las familias mafiosas del Vaticano del XVI»

El novelista zamorano envía a Fernando de Rojas a la Roma de 1503 a investigar la muerte de Rodrigo Borgia, el papa Alejandro VI

Victoria M. Niño

Valladolid

Sábado, 31 de mayo 2025, 20:32

Le divierte fabular en otro tiempo con un pie en el suyo, enviar a su pesquisidor, Fernando de Rojas, a investigar intrigas y asesinatos que no por remotos resultan menos contemporáneos en su retrato de la condición humana. Luis García Jambrina (Zamora, 1960) presentó en la 58ª Feria del Libro de Valladolid la séptima entrega de serie protagonizada por el autor de 'La Celestina'. En 'El manuscrito de sangre' (Espasa) el filólogo se zambulle en la Roma de 1503 por el asesinato del papa Alejandro VI. La actualidad acompaña a su novela que recrea el asesinato del pontífice español Rodrigo Borgia, dos cónclaves y la Ciudad eterna en la que coincidieron Maquiavelo, Juan del Encina, Savonarola, Lucrecia Borgia y la Lozana Andaluza, entre otras celebridades.

Precisamente los personajes son los cimientos sobre los que construye sus novelas el profesor de la Universidad de Salamanca. García Jambrina no acostumbra planear la acción antes de comenzar, deja que sus criaturas avancen por los caminos que les propone. En esta ocasión, Fernando de Rojas viaja a Roma, «ciudad de ciudades. Prefiero hablar de lugares más que de escenarios, que parece un simple trampantojo. En mis novelas la ubicación tiene su protagonismo. Roma es el símbolo del esplendor renacentista y del poder. En ese momento están aflorando las ruinas de la Domus áurea de Nerón, creían que eran cuevas pero en realidad eran salas de su palacio.En esa ciudad subterránea se refugiaban heterodoxos, prostitutas, pintores –bajó hasta Rafael–», explica Jambrina. «Había mucha prostitución, se le llamaba 'Roma putana', a la sombra del Vaticano. Una de las más famosas es la Lozana Andaluza, hago un guiño al personaje literario de Francisco Delicado, que está hecho de muchas mujeres. Allí vivían muchos españoles, judíos escapados de la expulsión, conversos».

Jambrina encomienda a De Rojas la investigación del asesinato de Rodrigo de Borgia, uno de los «dos únicos papas españoles de la historia, de la misma familia además». Entre los sospechosos, sus propios parientes. «En 1503 se celebró un cónclave muy controvertido, varios cardenales rivalizaban. Las grandes familias se disputaban su ascendencia en la elección». Entre ellas, los Borgia «había animadversión contra los españoles, contra los valencianos de esa estirpe. No quiero blanquearlos pero no eran más o menos malos que sus contrincantes. Eran parte de esa época de esplendor y corrupción».

Desde la Península, «Fernando el Católico disputa a Francia la conquista plena del Reino de Nápoles. El cónclave reúne en Roma a emisarios y espías de todos los reinos y ducados, entre ellos, Maquiavelo. «Es el padre de la política moderna. 'El príncipe' es una reflexión sobre cómo conquistar el poder y cómo mantenerlo. Es de gran actualidad ya que plantea la idea de construir mentiras como instrumento político. Los Borgia eran maestros en esto, de hecho inspiran ese libro». Jambrina suma a la trama histórica, siempre bajo su lema de «si quiere inventar, documéntate», la trama «negra, los asesinatos y la investigación, aventuras y una subtrama romántica».

Una precuela para acabar

Dos mujeres «luchadoras, de carácter, que hoy llamaríamos empoderadas, y contrapuestas en su procedencia» protagonizan los romances. Por un lado la buscavidas citadas, la Lozana Andaluza, y por otra, Lucrecia Borgia, una «noble, de inquietudes intelectuales, que dominaba varias lenguas» a la que casan dos veces, «llegándose a enamorar de un marido que es asesinado por su hermano César» y que se convierte en la «musa» del momento. La mezcla de «ficción y realidad» debe servir a la «verosimilitud. En cómo cuentas la historia es donde te la juegas».

Es consciente de que «con la historia nos pasa algo paradójico. Decimos que hay que conocerla para no repetirla pero la única lección de la historia es que siempre la estamos repitiendo». Por eso encuentra fácil paralelismo entre aquellas familias que peleaban con ardides de la mafia por el poder con la actualidad. «Hoy el concepto de familia está en descomposición pero su comportamiento es el que repiten los partidos políticos. Su objetivo es el poder, colocar a sus miembros y mantenerse. Hemos cambiado nuestra apariencia, avanzado tecnológicamente, pero en otras cuestiones seguimos igual».

Jambrina quiere cerrar su saga con una precuela, viajando al pueblo donde nació Fernando de Rojas, La Puebla de Montalbán, donde hubo una imprenta en el XVI regentada por seis hermanas. De Roma a Toledo.

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