Secciones
Servicios
Destacamos
Sevillano que hizo carrera en Salamanca y Alcalá, clérigo que renunció al hábito por la llamada de la carne, humanista que sistematizó la gramática y el alfabeto castellano para que sus lectores aprendieran latín, profesor que se lucró con sus libros de texto y ... expandió su obra gracias a su intuición sobre la imprenta, a la que impulsó con la tipografía redonda. Todo eso fue Antonio de Nebrija, biografiado por José Antonio Millán que presenta la obra esta semana. 'Antonio de Nebrija o el rastro de la verdad' (Galaxia Gutenberg) inaugura el V Centenario de la Muerte del filólogo.
Millán matiza «el axioma con el que le identifica mucha gente, aquello de que 'siempre la lengua fue compañera del imperio'», utilizado para el franquismo. «Nebrija recoge un tópico del humanismo italiano que relaciona imperio romano y latín. Los romanos extendieron el latín a los territorios que conquistaban desalojando las lenguas locales», aclara el autor. Pero Nebrija, coetáneo de Isabel la Católica, no conoce la España imperial. «Su aportación de la 'Gramática' tiene como intención enseñar el español a los nuevos pueblos conquistados, del norte de África y luego de América para entender las leyes que les gobernaban».
Yes que la 'Gramática' «es una rareza, no había gramáticas de lenguas vulgares, solo del latín. La prueba de que no tuvo demasiado éxito es que no se reimprimió hasta dos siglos después. Nebrija la justificaba diciendo 'os enseño la gramática de vuestra lengua para que así podáis aprender latín después'».
Esto le convirtió en un pionero de la enseñanza de español a extranjeros, como mostró también en sus diccionarios, usando el latín como lengua intermedia. La Universidad de Salamanca, en la que estudió y fue profesor, convertiría ese interés por el público foráneo en una seña de identidad en el XX. Sin embargo, como humanista Nebrija «escribió casi toda su obra en latín porque era la lengua franca del momento, la de la Iglesia y la Cultura».
Millán recrea la vida del escritor aprovechando las referencias aledañas y el marco histórico ya que no hay apenas huella documental personal. «No conservó su correspondencia. Tenemos noticias por gente cercana a él. Por ejemplo, de la relación con Cisneros que cuando estaba en Alcalá y pasaba por la ventana de Nebrija y se paraba a hablar. Deja traslucir más en su discurso de defensa frente a la Inquisición, en la respuesta a Deza. Ahí hace una clara defensa de la libertad de pensamiento y de cátedra».
Su proceso inquisitorial surgió de sus 'Correcciones' a la Biblia. «Nebrija era un chulo, bastante orgulloso profesionalmente y actuó según sus saberes filológicos, según la ciencia. Él veía rastros en los textos bíblicos que denotaban cambios, algunas variantes eran falsas y otras verdaderas. La Iglesia interpretaba que estaba alterando las palabras de Cristo, tenía una posición dogmática, era una cuestión de principios más que de defensa teológica».
Cisneros le llamó par que participara en la edición de la 'Biblia Políglota', el más ambicioso proyecto editorial de su tiempo. «El cardenal era consciente de que Nebrija tenía razón sobre sus correcciones, pero no podía ir contra la Iglesia si quería publicar su Biblia, así que no las incluyó. Sin embargo siempre le consideró y cuando le llama para dar clase a Alcalá no le pide nada, le pone casa, le da cátedra y sueldo sin ninguna condición, para que él hiciera lo que quisiera».
En cuanto al Elio Antonio de Nebrija de puertas para adentro, se añadió el Elio como los romanos e «infló su curriculum diciendo que había estado en Bolonia mucho mas tiempo del que estuco». Precisamente de su etapa italiana, hay testimonios que le «tildan de servir a Baco y a Venus, lo propio de un estudiante». «Era un clérigo pero no se sabe los votos que hizo. Él decide casarse por el 'oleaje de la vida' y rechaza vivir abarraganado como otros clérigos. Tuvo muchos hijos, le sobrevivieron la mayoría y tuvo una vida familiar feliz».
Renunció a la renta eclesial y se lucró con el nuevo invento. «Nebrija es el primer autor que hace un uso intensivo de la imprenta para sus publicaciones. Todo lo que salía de su pluma se imprimía y tuvieron gran cantidad de ediciones sus 'Introducciones'. Entró en el sistema de licencias y tasas reales lo que hizo que se forrara con sus libros de texto.Sacó partido comercial y de difusión de la imprenta», apunta su colega.
Él fue quien trajo la «tipografía redonda. La imprenta nace en Alemania con una letra propia de allí, la gótica, difícil de leer. Los humanistas, desde Boccaccio, demandan una letra clara, digna de lo que se escribe. Descubren la carolingia identificada erróneamente con la romana y la adoptan en cartas, documentos, etc. Por eso se une a Nebrija con la imprenta en Salamanca, aunque nunca fue su negocio sí tuvo influencia».
Otra de sus preocupaciones fue el orden alfabético. «Es un asunto que viene desde el fenicio, el griego, el etrusco y el latín. Pero él incluye sonidos y letras nuevas, se plantea ordenarlos por sonidos o grafías. Había cierto caos y necesitaba un orden para sus glosarios. Escribiera de lo que escribiera, al final siempre incluía un glosario».
Terminó sus días como cronista real, un cargo honorífico en el que seguía escribiendo en un latín que hoy «apenas pueden leer 20 personas en España, lo que le convierte paradójicamente en un autor extranjero para el publico de hoy».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.