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Antonio Santos, junto a su libro. Henar Sastre
No es mundo para utopías

No es mundo para utopías

Antonio Santos presenta este jueves 'Tiempos de ninguna edad. Distopía y cine',el ensayo complementario de 'Tierras de ningún lugar', en el Café Zorrilla de Valladolid

Victoria M. Niño

Valladolid

Miércoles, 3 de abril 2019, 09:43

Emprendió hace casi un lustro un largo camino siguiendo las huellas de las utopías y las distopías en la historia del cine. Primero publicó la cara feliz, 'Tierras de ningún lugar', y ahora llega la cara sombría, 'Tiempos de ninguna edad', ambos en Cátedra. Antonio Santos presenta este jueves su ensayo en el Café Zorrilla, junto a Paco Plaza, a las 20:00 horas, en un acto organizado por la librería El árbol de las letras.

«Uno es complementario del otro, los escribí a la vez, solo he progresado de un concepto –la utopía y su horizonte del bien y la armonía– a otro –la distopía, el mal y la tiranía–. Este segundo me ha llevado 100 páginas más. El mundo de hoy no da para muchas utopías», dice Santos. 'Tiempos de ninguna edad' comienza con 'Aelita' (1924) y termina con 'Ready Player One (2018). Y es que la distopía está en la raíz misma de las utopías primigenias: «'La República' de Platón, la 'Utopía' de Moro y la 'Ciudad del Sol' de Campanella. Cabe destacar que el siglo XX las dos guerras mundiales han dinamitado la utopía. El estado posmoderno y su crisis nos han hecho desconfiar de la razón, del precepto ilustrado de que la inteligencia humana puede darnos respuestas a todo. La razón y el principio utópico se han desmoronado. Somos más conscientes del mal que nos rodeo que del bien que podemos construir».

El recorrido histórico del escritor vallisoletano por las distopías comienza con películas como 'Metrópolis', de Fritz Lang, y 'Tiempos modernos', de Chaplin. «Como ya dijo Goya, 'el sueño de la razón produce monstruos', se dio cuenta dónde nos llevaba el sueño ilustrado y la Revolución». Destaca este profesor de la Universidad de Santander dos utopías que suceden a ambas contiendas bélicas; 'Un mundo feliz', de Huxley, en 1930, y '1984', de Orwell, en 1949. «El panorama utópico se vuelve como nuestro mundo, sombrío y pesimista. Estas películas muestran distopías que son utopías conjugadas en futuro imperfecto. A las citadas, se unen 'Farenheit 451' y 'La naranja mecánica', todas ellas novelas llevadas al cine».

En el siguiente capítulo Santos aborda «las distopías que reducen al ser humano a su condición de máquina. Cuanto más tecnológica es una sociedad, más mecaniza al hombre y más humaniza a la máquina. En esa línea están 'THX 1138' (Lucas) y 'Blade Runner', 'Inteligencia artificial' y 'Ready Player One'». Continúa con las 'demodistopías', en las que «la evolución de una población cambia el destino social, político o medioambiental. Se plantean cuestiones como la eugenesia y la eutanasia. Constituyen ejemplos de esto 'Cuando el destino nos alcance' (Fleischer, 1973), 'Hijos de los hombres' (Cuarón, 2006) y los 'El cuento de la criada' (Schlöndorff, 1990)».

Granjas y simios

Las 'utopías del milenio' «que parten de la idea del fin de los tiempos y solo la promesa de la intervención de una divina providencia salvará a los hombres es el planteamiento de 'Jerusalén' (1996), de Bille August, y 'El evangelio de las maravillas' (1998), de Ripstein. También repaso la utopía nazi, contada por Leni Riefenstahl, y la fascista, por Pasolini». Las ucronías, «el relato contrafactual que parte del 'si', que hubiera pasado si...», las distopías animales, «en clave de fábula como 'Rebelión en la granja' o 'El planeta de los simios'» y la 'humanidad desterrada', «cuando el planeta se agota, la vida se extingue y no hay más remedio que buscar la utopía fuera de la Tierra» culminan este recorrido cronológico. Sin embargo, la pasión de Santos por el cine como herramienta pedagógica, como incentivo de mejora, le lleva a concluir con una «reivindicación de nuevas utopías para el siglo XXI, que nos ayuden a convivir sin fricciones.El cine puede proponer modelos de reflexión, ayudarnos a cambiar el rumbo y enderezar nuestro destino».

Antonio Santos, un experto en la filmografía de Yasujiro Ozu, sigue su indagación en el cine japonés y está estudiando ahora la obra de Hiroshi Teshigahara. «Estuvo muy interesado en Gaudí y Dalí, y vino a España a conocer al segundo. La obra del surrealista está presente en sus películas».

Presentación del libro jueves 4, 20:00 h. Café Zorrilla. Antonio Santos y Francisco Javier Plaza.

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