Martín Garzo y Navia sueñan la Castilla de Delibes en una travesía por recuerdos y fotografías

El germen del proyecto surgió hace más de treinta años, a partir de un encargo literario y fotográfico de El País Semanal sobre el territorio narrativo de Delibes. Y con el tiempo, se ha expandido por cuenta de sus autores hasta cuajar en 'Delibes, los pájaros y los niños' (Eolas), «un artefacto literario que tiene que ver con la belleza y la delicadeza». Así lo presentó Héctor Escobar, editor del sello leonés en la Feria del Libro acompañado por sus artífices.

Gustavo Martín Garzo (Valladolid, 1948) hace una lectura personal del universo literario de Miguel Delibes a partir de recuerdos y sensaciones que le despiertan sus textos, reflexiones íntimas del territorio literario y vital de su paisano; y José Manuel Navia (Madrid, 1957) replica desde la imagen, trazando una ensoñación fotográfica de esa Castilla latente en la obra del narrador vallisoletano fallecido en 2010. A lo largo del tiempo, Martín Garzo ha ido acumulando en una carpeta escritos que le han acompañado nutriéndole de recuerdos que al mismo tiempo le adentraban en el «misterio» de la obra del autor de 'El camino'. «Delibes tiene un poder misterioso para hablarte del mundo real y acercarte a él, pero de pronto, inesperadamente, te lleva a un lugar de ensoñación, donde eso que podemos llamar verdadero aparece, aunque no sepamos exactamente nombrarlo».

Identifica Martín Garzo con su propia infancia el territorio rural del que habla Delibes, «es del de mis sueños, mi geografía mítica de alguna forma; entonces se produce ahí una misteriosa coincidencia, una especie de compañía que a mí siempre me ha agradado», sostiene el autor vallisoletano, cautivado por la «perfección absoluta» de la prosa de Delibes. Un autor cuya obra relaciona con la pintura de Velázquez en la medida, dice, en que «no hace un canto exaltado de la realidad, sino que te acerca a ella, a ese corazón secreto que hay en lo real y en lo que no es real».

La opción de aludir a la infancia en este libro tiene que ver, apunta Martín Garzo, con la «poderosa mirada, encantada, llena de asombro hacia el mundo y los lazos con la naturaleza, con los pájaros y todo tipo de animales, siempre presentes, como una especie de llamada a que vayamos al encuentro de ese mundo, que el hombre, el ser humano contemporáneo y cosmopolita, ha perdido. Porque en estos momentos, ni al hombre ni a la mujer de hoy les interesa la naturaleza, que es, a lo sumo, un telón de fondo para sus excursiones».

Para el autor de 'El lenguaje de las fuentes', tanto los niños como los pájaros son en la narrativa delibeana «como mediums que te ponen en contacto con zonas de la realidad que sin ellos no sabríamos que existen».

En las imágenes que incorpora Navia hay alusiones visuales a Castilla, pero también fotografías de Mali, Marruecos o Sicilia, «lugares donde yo he ido buscando Castilla», resume el artista. «Para mí Castilla es más un territorio mítico que real, como lo son los territorios de la literatura, de la fotografía y del arte. Yo he ido a muchos lugares del mundo buscando Castilla».

Navia descarta de plano la idea de que su trabajo fotográfico –imágenes inéditas en su mayoría– sirva como apoyo ilustrativo al texto y al revés. «Hemos intentado que convivan en libertad, como lo hacen los amigos que se encuentran sin saber muy bien por qué».

Reflexión literaria y autobiográfica, diálogo entre sus recuerdos y viviencias y las palabras de Miguel Delibes, Martín Garzo interpreta la voz del maestro «para nombrar lo que uno no sabe cómo decir».«No es un libro superventas, pero es sobresaliente en su concepción y en su ejecución», resume Héctor Escobar, editor de Eolas.

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