Martín Garzo: «En la mente y el corazón nos suceden las cosas que merecen la pena»

La base donde prende la chispa narrativa es la llegada a Torrelobatón de María, una mujer joven, médica, que decide ejercer su profesión en un pueblo donde, al igual que su padre, confía en ver florecer una vocación profesional más cercana a los pacientes que la que se le ofrece en una capital. 'El último atardecer' (Galaxia Gutenberg) es una novela donde el cine está muy presente, entrelazado con ecos del rodaje en 1961 de 'El Cid' en la localidad vallisoletana y de 'El señor de la guerra', que la protagonista vio con su padre siendo una adolescente. En ese marco despliega Martín Garzo su capacidad fabuladora para hablar de la preeminencia de los sentimientos sobre la razón, del deseo, el enamoramiento, «en definitiva», apuntó, «de la misión de la literatura al entrar en ese territorio a veces luminoso, a veces oscuro del hombre y de la mujer; lo importante no es contar lo que sucede, sino las fantasías que estás imaginando».

Refirió también cómo la huella del cine que impregna a las personas de su generación le lleva con frecuencia a remitirse al mundo del celuloide en la creación de tramas literarias. Con todo, la idea de esta novela surgió de un proyecto antiguo en torno a una protagonista que busca refugio en un pueblo «huyendo del descontento con ella misma, con sus relaciones, con su trabajo... emprendiendo un camino de búsqueda de la serenidad».

El mundo onírico que planea en tantas de sus obras lo hace aquí como reflejo de la pasión amorosa, «del arrebatamiento que te lleva a un lugar que no comprendes», cuenta el autor, convencido de que «es en nuestra mente y en nuestro corazón donde suceden las cosas que merecen la pena. Me interesan no tanto los sueños que nos acometen durante la noche como los que tenemos durante el día, donde se manifiestan nuestros deseos y pensamientos. Vivimos buscando ese instante de plenitud, siempre estamos esperando un momento de resplandor en nuestras vidas».

Sobre cómo inicia sus novelas comentó que «a priori» desconoce cuántas páginas va a tener un libro; en realidad nunca sabes el libro que has escrito, por eso deseas el encuentro con los lectores para ver cómo lo han acogido». Por este motivo aprecia los encuentros en los que en ocasiones participa con miembros de clubes de lectura, un buen termómetro «para conocer cómo percibe el lector lo que uno ha escrito», comentó el Premio Nacional de Narrativa con 'El lenguaje de las fuentes'

De 'El último atardecer' confesó que le tiene «un cariño especial» en la medida que en esta novela está, dijo, «un poco el resumen de toda mi obra y todas mis obsesiones; que la protagonista sea una mujer me permite abrirme a otros mundos», .