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Valladolid
Miércoles, 24 de noviembre 2021, 20:29
El periodista zamorano Luis Miguel de Dios (Guarrate, 1954) ha presentado este miércoles, en el Círculo de Recreo de Valladolid, 'Todas las muertes de El Sentenciao' (Agilice Digital, 15 euros), su primera novela, donde acompaña en su «odisea» a lo largo de más de ... tres décadas a Alarico, un «pequeño campesino» que un día regresa de arar con los bueyes en un remoto pueblo castellano y le cuentan que le han llamado a filas para combatir en la guerra del Rif, en África. El catedrático en Derecho y político Jesús Quijano y el historiador Enrique Berzal acompañaron al autor en la puesta de largo de un libro que toma el relevo de sus volúmenes de cuentos 'el llanto del trigo' (2016) y 'Tierra herida'.
La historia de Alarico llevaba años acompañándole, desde que Ángel Campo, un buen amigo de El Maderal, una pequeña localidad de La Guareña, le contó la historia real de un hombre que vivió en sus propias carnes cómo su pequeño mundo se le cayó encima al entrar un día cualquiera a su casa y percibió un «ambiente de funeral». «Él preguntó que qué pasaba y su padre, con esa dulzura que a veces nos caracteriza a los de esta tierra, le comunica que ha llegado una carta, que se tenía que ir a la guerra en África, y que le iban a matar». «A partir de ahí, todos los días de la vida de este hombre son prácticamente una muerte», recalca.
Con ese punto de partida, el narrador acompaña al protagonista por alguno de los acontecimientos históricos más relevantes de España en el último siglo, como el desastre de Annual o los alrededor de 13.000 muertos que hubo en apenas una semana, hasta la «terrible» matanza de Monte Arruit, donde «cazaron como a conejos» a tantos jóvenes que quizá nunca habían soñado siquiera con salir de su pueblo.
«Como Alarico, fueron muchos los que quizá pensaban que toda su vida la dedicarían a arar con los bueyes o a cuidar el ganado, y de repente se vieron envueltos en un conflicto en un lugar que ni siquiera sabían situar en un mapa, dejados de la mano de Dios en un paraje inhóspito donde tienen que intentar defenderse. Él ve desde el primer momento que tiene la muerte encima casi con cada movimiento. Por eso puse ese título al libro, porque él en realidad muere casi a diario desde el primer día que le notifican que se tiene que ir a la guerra», señala el autor.
Aunque no reconoce haber estado influido por la prosa delibeana a la hora de escribir, Luis Miguel de Dios sí se confiesa deudor del estilo y los temas del autor de 'El camino', a quien tantas veces tuvo la «fortuna» de entrevistar y compartir puntos de vista. «A Delibes, como a Jiménez Lozano, les tengo siempre en mente porque me gusta mucho su literatura. Estoy muy agradecido y orgulloso de haberles conocido», apunta.
El libro está dedicado «a todos los hombres y mujeres que todavía viven en los pueblos», a los que califica como «héroes anónimos» y como «ejemplo de amor y dedicación a esta tierra tan maltratada», informa Ical. «Se habla mucho de la España vaciada pero se hacen muy pocas cosas, la agricultura y la ganadería están como están… Siempre hay esperanza, pero creo que es de justicia conocer la gente que ha peleado ahí, como la generación de mis padres, en la agricultura, que pasaron del arado romano al tractor empeñándose, y que defienden y pelean por la tierra, y por lo menos que en algún sitio quede que hay gente que se lo agradecemos», concluye.
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