Diego Moreno, editor de Nórdica.
Diego Moreno, editor de Nórdica

«El lector lee para sentirse conmovido»

El fundador de la editorial habla este miércoles en la librería El Rincón de Morla sobre el día a día de su sello

Jesús Bombín

Valladolid

Miércoles, 17 de abril 2024, 00:43

Una ventana a la literatura del norte de Europa. Eso quiso Diego Moreno (Madrid, 1976) que fuera Nórdica, la editorial que fundó y dirige desde 2006, publica unos treinta títulos al año y cuenta con un catálogo de cuatrocientos. Antes que editor, este licenciado en ... Sociología y con un posgrado en Investigación de Mercados fue librero. Más tarde le llegaría la inquietud por «descubrir libros en otros países que podíamos presentar a los lectores en castellano». El hallazgo de joyas literarias nació de su convicción de que el norte de Europa tenía por descubrir algo más que la novela negra de Hennning Mankell y Stieg Larsson que cautivó a millones de lectores.

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«Lo que hace atractiva la literatura nórdica es su estilo sencillo, poético y la presencia del paisaje»

En la librería El Rincón de Morla mantendrá este miércoles (19:00 horas) un encuentro con los lectores este editor que, con el tiempo, ha conseguido acercar al castellano a autores de Suecia, Finlandia, Noruega, Dinamarca e Islandia. Un catálogo que pone sobre la mesa nombres como Arto Paasilinna, Isak Dinesen o los Premios Nobel Knut Hamsun y Tomas Tranströmer. «Lo que hace atractiva la literatura nórdica es su estilo sencillo, poético, pero tremendamente potente, que nos habla de sentimientos del ser humano de un modo muy directo, allí el barroco no está presente». Otro rasgo diferencial es la presencia del paisaje y, detalla, «la naturalidad con la que se abordan aspectos que tienen que ver con la esencia del ser humano». Vincula el editor este aspecto con el influjo de la religión protestante frente al catolicismo. «Son países donde no existe el rito de la confesión como se entiende en el mundo católico, sino que la gente muchas veces se confiesa escribiendo. Por eso los escritores cuentan muy bien lo que nos pasa por la cabeza, cómo son las relaciones familiares; no hay un cura o un confesor a quien contárselo y lo hacen a los propios lectores».

Tuvo tino Nórdica al apostar a los cinco años de andadura editorial por Tomas Tranströmer, poeta sueco que sería bendecido con el Nobel en 2011. «Aquella inclinación por una literatura minoritaria refrendó que nuestro olfato tenía sentido. Para nosotros fue muy importante en España y en América Latina».

Cuando montó el sello, Moreno se obligó a reservar entre sesenta y noventa minutos diarios a la lectura por placer, que nada tuviera que ver con las decenas de escritos que le llegan y pueden acabar en imprenta si así lo decide. «Ese rato es de lectura placentera, el resto es trabajo en el que leo corrigiendo, oteando claves para publicar». Confiesa huir de los «libros bonitos que estéticamente no aportan nada, que solo contienen ejercicios de estilo. Soy muy receptivo a obras que cuentan cosas que atañen a las personas desde el punto de vista social, con un componente de compromiso con el mundo que nos rodea, que analizan elementos que tienen que ver con el individuo, la familia... al final un lector lee para sentirse conmovido. Rehuyo el tipo de libros que lo que te cuentan es solo un ejercicio de sonoridad». En su mesilla tiene el marcapáginas colocado entre las páginas de 'Maniac', del chileno Benjamín Labatut (Anagrama), y 'Antología poética' (Visor), de la Nobel polaca Wislawa Szymborska.

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