Juan Manuel Olcese: «La novela negra tiene que tener un elemento de crítica social»

«Es una novela muy negra con temas muy negros, basados en hechos reales sucedidos en Asunción hace veinte años», explica Olcese. En su variopinta galería de personajes destaca un emigrante español en Paraguay con un oscuro pasado, que se desplaza a América Latina el mismo día de los atentados del 11 de marzo en Madrid: «El libro va de tragedia en tragedia», señala su autor: «Arranca con nuestro 11M, el atentado más sanguinario que nos marcó tanto como país, y culmina el 1 de abril, con una tragedia en el país sudamericano no muy conocida aquí y que me dejó impactado cuando vi cómo conmemoraban el primer aniversario». Se refiere al incendio del supermercado Ycuá Bolaños, que se cobró la vida de cerca de 400 personas al cerrar sus puertas sus responsables de seguridad para impedir saqueos y pillajes. «Siempre me comprometí a dejar constancia de aquello», subrayó.

Olcese, que hasta la fecha había tenido algunas incursiones en la narrativa ('La mirada del café), el teatro ('La encrucijada de Castilla') y el ensayo ('Juana. La reina que dormía bajo el mármol') presenta con 'El país de las lágrimas' lo que denomina como «una novela dura, negral, real y muy creíble». Entre sus referencias cita a los nombres más representativos de la crónica periodística: «Sobre todo A' sangre fría' de Truman Capote pero también autores del 'boom' como Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa», enumera. También cita, «salvando las distancias», en sus palabras, a Dashiell Hammett: «Es una novela muy dura con un realismo desencarnado, que aúna el lirismo con escenas de gran violencia».

Sobre la visión que arroja de la capital paraguaya, asegura Olcese que «Ascensión es como el doctor Jekyll y Mr. Hyde; de día una ciudad muy alegre plagada de personas locales muy hospitalarias, y de noche un infierno 'poscorralito' peligroso y oscuro». Así ambienta su obra, plagada de homofobia, prostitutas sórdidas, torturas ilegales y un país corrupto en su clase política y policial:

«Hay que ser lo más fiel posible a la realidad», sostiene Olcese. «Este estilo de novela negra busca dar voz a los sin voz, a los perdedores, a los 'losers'». Para el autor, no hay género literario más apropiado que este para articular una critica social de calado: «Funciona para señalar desigualdades, injusticias, que se pueda escuchar a aquellos desheredados y despojados». Olcese insiste en que, a pesar del éxito mercantil que goza ahora el género, con frecuencia la gente confunde novela negra con policial y con 'psychothrillers': «Para mí y para muchos otros como Alexis Ravelo o [Paco Gómez] Escribano es imprescindible ir por esta línea, que permita hablar a quienes menos se pronuncian y que con su discurso se muestren las costuras de esa realidad social, donde se denuncian las desigualdades».