Valladolid

El humor y la autoficción de Juan Pablo Villalobos inauguran los encuentros con autores en la Feria del Libro

Con sus habituales dosis de humor, e inmerso en el ciclo de autoficción que arrancó con 'No voy a pedirle a nadie que me crea', ganadora del premio Herralde, y que continuó con 'Peluquería y letras'; la obra se vertebra en torno al regreso de un hombre a Lagos, el lugar que le vio nacer, y cómo la ciudad de su infancia se ha tornado más insegura por el control violento del territorio en manos de las mafias.

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«Hay mucho de culpa en la trama, la de haberse ido de un lugar que se descompone en la ausencia de uno, y también la de perder el derecho a decir cualquier cosa porque ya no se vive allí», indicó. Villalobos también tuvo ocasión para reflexionar sobre la literatura actual de su país: «Hay una corriente de preocupación en torno a un diagnóstico de la realidad social y política que se preocupa mucho por su violencia y su inseguridad, y otra que no se despega pero la tiene escondida», expuso. «Nos daría unidad si todas las personas que nos dedicamos a la literatura viéramos que no hay otra forma de abordar la realidad sino escribir sobre ello, pero al final hay distintas maneras de dar vueltas en torno a estos asuntos».

Villalobos también abordó su relación con las adaptaciones cinematográficas de sus obras («No me considero dueño de las historias ni de los personajes»), sobre la mercantilización del dolor («Es problemático escribir sobre ciertas cosas en libros que eventualmente son productos culturales») y el canon: «Ha cambiado mucho. Mi generación ahora reivindica a Fran Hernández y Jorge Ibargüengoitia, ninguneados por ser cómicos; y hoy apenas queda quien lea o reivindique a Carlos Fuentes».