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Un robo perpetrado en un domicilio acaba en un doble crimen que, al inicio de la investigación policial, es confundido con un caso de violencia ... de género. La intriga en la que se adentra 'Una voz en la noche' (MAR Editor) aparece guiada por las pesquisas de la subinspectora Cecilia Fresnedo, personaje salido de la pluma de Salvador Robles (Águilas, Murcia, 1956), cuya producción literaria suma una treintena de títulos entre ensayos, novelas y relatos, buena parte de la narrativa en las coordenadas del género negro.
«Me interesan los temas del ser humano enfrentado a situaciones límite, son una constante en mi literatura; en ellas aparece lo mejor y lo peor de las personas, supone enfrentarte a un reto que te obliga a extraer todo lo que tienes dentro de ti», resume Salvador Robles, que este lunes presenta su obra en el Café Teatro Zorrilla a las 19:00 horas y firmará ejemplares en la Feria del Libro.
Las situaciones especialmente dolorosas suelen envolver las tramas que propone este periodista y pedagogo. «Escribí una obra sobre el sida, otra inspirándome en un tío mío que estuvo treinta años postrado en una cama, el terrorismo, cómo un paciente vive la víspera de una operación a vida o muerte haciendo balance de su vida, o la situación de alguien que se ve involucrado en un asesinato y, siendo inocente, aparece como sospechoso.... son temáticas que han vertebrado algunas de mis novelas y me han dado pie para bucear en la naturaleza humana». En 'Una voz en la noche' se zambulle en el mundo de la familia y la codicia como trasfondo de un caso investigado por la policía Cecilia Fresnedo, «mujer decidida con coraje y profundas convicciones éticas, encargada de indagar en el entorno que rodea a dos ancianos joyeros de la alta sociedad y en la existencia de cada sospechoso de su asesinato».
Como táctica literaria las novelas de Robles suelen comenzar desvelando quién es el autor del crimen, un intento, apostilla, de que el lector le acompañe en el camino: «Es un proceso para engancharle en la investigación, lo que da pie a ahondar en los matices y ambientes de otros protagonistas secundarios, de modo que el aliciente no es conocer quién es el asesino, sino la cadena de circunstancias y averiguaciones que conducen a su detención».
La querencia de Robles por el género negro se sustenta en cavilaciones en torno a una ética «que incite a la reflexión moral», apunta quien se declara apasionado por las tramas de Henning Mankell, Dashiell Hammet, Raymond Chandler y Dostoievski, de quien destaca 'Crimen y castigo' como «la mejor novela negra» que ha pasado por sus manos.
Pertrechado con bolígrafo y papel y una curiosidad desbocada que le predispone a escribir observaciones y pensamientos a cualquier hora, tal afición ha cuajado en diez mil microrrelatos. «Viajo mucho en tren y siempre voy con los sentidos alerta, de par en par, atento a conversaciones cruzadas por la calle hasta que en cualquier momento llega la inspiración y salta el microrrelato. Siempre he dado forma a mis pensamientos con la escritura». Tiene publicados unos tres mil microrrelatos, algunos de ellos en 'La fiesta de las palabras', el título, asegura, «más vendido» en la Feria del Libro de 2014 con ilustraciones de la vallisoletana Elena González. Una feria que ya conoce y a la que retorna «con gusto».
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