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Santiago Macías (Ponferrada, 1972) siempre escuchó por casa, en las tascas y reuniones con amigos, la increíble historia de Manuel Girón Bazán. El hombre que murió cuatro veces, uno de los primeros guerrilleros antifranquistas, el orgullo de la resistencia en el noroeste español.
El nombre ... de Manuel Girón pasaba de boca en boca y cada nuevo relato incorporaba un detalle más para agrandar la leyenda. La suya fue una vida de película que Santiago quiso contar, pero sin una pizca de ficción.Así que, buceó en archivos, rastreó cientos de documentos y habló con aquellos que lo conocieron para reconstruir esta vida que cuenta en 'El monte o la muerte' (Eolas Ediciones), un libro que este sábado por la tarde presentó en la librería La Perecquiana, en Valladolid.
«A mí, de joven, lo que más me llamaba la atención era que su historia se contaba siempre en voz baja, en contextos en los que había mucha confianza», relata Santiago. Por ejemplo, en esas charlas que mantenía con sus abuelos. Carlos, el abuelo materno, era un comerciante de comestibles que con un caballo recorría los pueblos de El Bierzo para vender panes y latas de conserva.
Y en esas rutas, el nombre de Manuel solía salir a relucir. También hablaba de él su abuelo paterno, Domingo, «perseguido durante los primeros compases de la Guerra Civil y que, escondido durante meses, tuvo la fortuna de sobrevivir».
Manuel, el protagonista de este libro, no tuvo tanta suerte. Nació el 16 de febrero de 1910 en Salas de los Barrios, una pequeña localidad cerca de Ponferrada «de la que posiblemente nunca hubiera salido si no hubiera sido por todo lo que ocurrió».
Manuel se afilió de joven a la UGT para defender los derechos de los jornaleros ante los grandes propietarios de viñedos para los que trabajaba. No tenía antecedentes penales de ningún tipo.
«Pero le pilló el estallido de la guerra y, el 25 de julio de 1936, la Guardia Civil lo fue a buscar a su casa, donde vivía con sus padres y sus hermanos (solo el mayor de los siete se había casado). La batida de la Guardia Civil comenzó por la casa de Nemesio Fernández. Lo mataron. En esa lista estaban también José Losada, Manuel Girón y su hermano José. «Pudieron salvar sus vidas porque se corrió muy pronto la voz de lo ocurrido en la casa de Nemesio y salieron huyendo al monte».
«Nadie sabía entonces que aquello era una guerra que iba a durar tres años y luego una dictadura que se prolongaría durante décadas», cuenta Macías.Así que, lo que pensaban que en un principio serían unos días de camuflaje, se convirtió en una larguísima temporada en la clandestinidad.
«Aprovecharon la orografía del entorno del pueblo para esconderse, pero las fuerzas represivas se dieron cuenta muy pronto de que las familias les estaban suministrando víveres». Así, el objetivo ya no era la búsqueda de los fugados, sino el espionaje a sus familias, para descubrir en qué momento se ponían en contacto.
Manuel dejó entonces los alrededores de su pueblo natal y marchó a Asturias, donde la República todavía controlaba el territorio. Aquello tampoco duró mucho tiempo. «El frente de Asturias cayó en octubre del 37 y se empezaron a formar más grupos de resistentes. Los que caen en manos de las autoridades, son sometidos a juicios sumarísimos».
Manuel intentó, sin éxito, escapar a Portugal. Una vez terminada la Guerra Civil vivió con esperanza las trágicas noticias que venían de Europa. Había comenzado la II Guerra Mundial y Manuel, como tantos integrantes de la guerrilla, confiaba en que la victoria de los Aliados apoyara a la expulsión de Franco del poder. Aquello nunca ocurrió. Y Manuel, antes que el exilio, prefirió el monte.
Su nombre se convirtió poco a poco en una leyenda, y no solo en El Bierzo. «La Guardia Civil estaba tan obsesionada con capturarlo, que hasta en tres ocasiones identificaron como suyo un cadáver que en realidad no era él». Ocurrió en el norte de Ponferrada, en Zamora y un terreno entre Ponferrada y Astorga. «Lo hemos dado caza», decían los agentes. Pero Manuel aparecía, de tapadillo, en algún bar de confianza para demostrar que seguía con vida. Su cuarta muerte, la real, le llegó el 2 de mayo de 1951, «en un paraje precioso», Las Puentes de Malpaso.
La Guardio Civil infiltró a un antiguo colaborador que mató a Manuel. El historiador Santiago Macías publicó una primera versión de este libro en 2005. Almudena Grandes rescató uno de sus capítulos para inspirar parte de la trama de 'El lector de Julio Verne'. Otro episodio sirvió para poner en pie una obra de teatro 'Miss Ponferrada 1933'. Justo antes de la pandemia, Macías publicó una revisión ampliada de esta historia, con nueva documentación hallada en estos años. El libro ha vendido 17.000 ejemplares y va por su octava edición.
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