![Consuelo Bravo cantó acompañada por Matthew Crawford.](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2023/09/25/cooper-kTXB-U210251664867NW-1200x840@El%20Norte.jpg)
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El plan era estudiar los castillos franceses. Cruzó el canal pero la carretera le llevó a atravesar los Pirineos y así encontró Edward Cooper su sitio en la meseta a partir de los sesenta. Desde entonces hizo amigos y muchos de ellos acudieron ayer al ... Castillo de Fuensaldaña, a participar en un emotivo funeral 'a la inglesa' que ofició la directora de la fortaleza, Laura Martín Ramos.
Edward Cooper (Wimbledon, 1941-Londres, 2023) murió el pasado agosto. Volvió en primavera a España, estuvo con su primer editor, Agustín García Simón que desde la Junta dio forma a los cuatro tomos de 'Los castillos señoriales de Castilla' (1991), pero nada le dijo de su cáncer galopante. Sí arregló el destino del material atesorado durante seis décadas de trabajo. Donó su archivo personal a la Diputación de Valladolid con la intermediación de Laura Martín.
El presidente de la institución, Conrado Íscar, así lo reconoció antes de anunciar que el próximo año publicarán una monografía del británico sobre el castillo de Fuensaldaña y que organizarán un congreso internacional a modo de homenaje al querido estudioso. «Hacer accesible su archivo será un aliciente más para visitar nuestras fortalezas. Otro castillo de gran valor de la provincia es el de Peñafiel», apuntó. Cooper hizo su tesis doctoral a las órdenes de John Elliott, a quien siguió en el detalle, en el rigor histórico, aunque sus espíritus fueran antagónicos. Lo recuerda su alumno Javier López Martín, que vino desde Madrid. «Le conocí en 1999 y fuimos amigos hasta su muerte. Solo se tiene un padre y un director de tesis, y tuve al mejor. Su corazón era más libre que Elliot, no siguió su etiqueta», explica este modernista que investiga la artillería militar. «Él se dedicó a la construcción, yo a la demolición».
José y Sol Roses vinieron desde Barcelona. Se hicieron amigos cuando Cooper estudiaba la torre defensiva de su masía, «del siglo XVI para avistar a piratas berberiscos». Carol Fitzwilliam le conoció en una conferencia en Liverpool cuando era estudiante y desde 1980 mantuvieron la amistad, eso le a traído a Fuensaldaña. Desde Florida llegaron Michael Francis y Rachel Sanderson, historiadores que enseñan la huella española al otro lado del Atlántico y para quienes los trabajos de Cooper son fundamentales. En la mesa, pañuelos y calcetines del profesor para que los amigos se llevaran un recuerdo.
La arqueóloga Juana Huelmo inició, con la bebida que más le gustaba, el brindis en griego: «Mientras vivas, resplandece, que la vida es demasiado corta y el tiempo se lleva su tributo». Y todos brindaron.
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