Otra forma de ver los libros, en Urueña

La exposición, que se puede visitar hasta el 31 de octubre, muestra a través de los volúmenes de Ancora y Delfín, pertenecientes a la biblioteca de la familia Moreno Canosa, las claves de la evolución de su diseño como parte de su identidad, y, de esta forma, ofrecer al lector una visión alternativa, según explicó Juan Antonio Moreno, quien señaló que el estudio investigación se limita al periodo que va entre el primer volumen (1942) y el volumen 535 (1978). La razón de esta cronología responde a cuestiones de diseño, considerando que los cambios producidos en las sobrecubiertas a partir de 1978 terminaron con el espíritu gráfico que había mantenido la editorial hasta entonces, a pesar de que el nuevo planteamiento pertenecía al mismo diseñador.

Moreno hizo ver que «la exposición es otra forma de ver el libro», explicando que «reúne todo lo que más he apreciado en el oficio de diseñador editorial: la imagen de las sobrecubiertas, tanto las tipográficas como las ilustrativas; la fascinación por la imprenta y la encuadernación; la utilización de tipos, papeles, tintas y telas; pero sobre todo, la falta de un criterio homogéneo». Cada ejemplar es único y casi nunca se repiten las reglas tipográficas que tiene una identidad editorial entre los más de 800 ejemplares estudiados.

Por su parte, el librero Jesús Martínez aseguró que cuando desde el centro e-Lea se ofreció a las librerías la sala de exposiciones «Juan Antonio y yo sabíamos que esta exposición estaba hecha». También explicó que «es una colección viva, en la que los libros se han conseguido en la mayoría de las veces por menos de 5 euros, lo que demuestra que se puede hacer una biblioteca con poco dinero».

En año 2022 se cumplieron 80 años de la aparición del primer volumen. Es una colección inédita dentro del panorama editorial de la España de los años 40 del siglo XX, siendo reconocida por ser una época muy creativa literariamente a pesar del periodo gris en el que se encontraba la nación. Entre los autores publicados en esta colección se encuentran escritores entonces desconocidos como Miguel Delibes, Carmen Laforet, Rosa María Matute, Juan Goytisolo, Elena Quiroga, Camilo José Cela,

Rafael Sánchez Ferlosio o Carmen Martín Gaite, entre otros muchos. La exposición se convierte también en un homenaje a Miguel Delibes al ser esta colección la que publicó sus libros. A lo largo de su vida, el escritor fue añadiendo a su biblioteca muchos de los títulos de Áncora y Delfín.

De los primeros visitantes en recorrer la exposición fue el coordinador de la especialidad de Diseño Gráfico de la Escuela Superior de Diseño de Madrid y profesor asociado de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense, tipógrafo y diseñador, José María Ribagorda, quien destacó que «la muestra desvela cosas que están ocultas a un ojo de un profano y que solo un experto nos lo enseña», además de ver la importancia de «trasmitir estos conocimientos a gente del futuro, incluso para hacer una página web».

En la exposición se explica que Ancora y Delfín es una colección desigual, de tono pobre en el diseño inicial, pero que en los años 60 presenta en sus sobrecubiertas un dominio aplastante de la imagen en todos sus volúmenes. Son diseños donde la imagen está representada por la línea, a veces como en las cubiertas de guaflex negro, por una línea fronteriza, una línea recta que domina todo el espacio de trabajo y lo convierte en pura geometría. Una editorial que es fiel a un diseñador, dándole todo el protagonismo, aunque lo tenga en el más absoluto anonimato.