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Un apéndice de sus 'Apuntes al natural', un hermano pequeño de esa serie de siete libros que tejen la biografía con versos estructurados ... en tres tiempos. Aunque su autor, Eduardo Fraile, tenía intención de cerrarla pero la estela continúa. Porque aunque habla de su infancia, los lectores se sienten identificados con lo que cuenta. A partir de las 19:30 h. de esta tarde, el poeta vallisoletano, escoltado por la profesora Carmen Morán y por la también poeta Raquel Vázquez, presentará 'La invención de la rueda' (Tansonville Ediciones) en la Biblioteca Pública de Castilla y León.
Fue el pirómano de su clase en los maristas, de la que salieron tres bomberos para compensar. «He jugado con fuego en el corazón», escribe, y como la rueda, como los coches de línea o la máquina de escribir, son metáforas de las que se sirve para rememorar su última infancia, su primera juventud. «La mancha de aceite que conquista el tiempo se ha extendido hasta allí. La sensación predominante es el desvalimiento, el momento de la expulsión del paraíso que es la infancia», explica Eduardo Fraile.
«En este libro aparece el Eduardo que quería ser escritor, que pasa tres años de noviciado en Castrodeza, el primer amor y el primer desamor. Te reencuentras con esos yoes de forma gozosa aunque antaño sufrieron». ¿La sabiduría es transformar el dolor en gozo? «Recuerdo una edición del cuento de Blancanieves que me encantó su final porque explicaba que ella se casó con el príncipe dejando tristes a los enanitos pero se les pasó pronto porque eran lo suficientemente sabios como para no sufrir», recuerda el autor de 'Perlas ensangrentadas'. Es más de «asumir lo que el tiempo te da, el pasado lo atesora todo, no lo desbarata sino que lo guarda con mimo par a poder recuperarlo cuando sea necesario, cuando quieres resucitar lo que fuiste.El tiempo nos va haciendo, nos da espesor como los círculos concéntricos de los árboles».
Cuando Luis Ocaña se jugó el Tour 1971, los primos Valles estaban pegados a la televisión. La caída del conquense en el Col de Mente sembró la consternación entre ellos. «Estábamos en la casa de la abuela y salimos con el corazón en un puño, como todos los del pueblo. Poco después nos reunimos con igual sentimiento en la misma, por la muerte de la abuela. Son recuerdos, círculos concéntricos que se expanden en los poemas». El pretendiente rico de la madre, antes del padre, las chabolas del Alto de San Isidro, la Feria de Muestras, siguen dibujando la espiral de la memoria escrita de Fraile.
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