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Los integrantes de Yarus Grex, JOSÉ C. CASTILLO

Un disco para recordar desde Valladolid las canciones sefardíes

El grupo de música antigua Yarus Grex presenta 'Dice la nuestra novia', un trabajo que recupera melodías judeo españolas con la máxima fidelidad histórica

Víctor Vela

Valladolid

Lunes, 23 de mayo 2022, 16:38

Es imposible saber cómo sonaba la música de hace cuatrocientos, quinientos, seiscientos años, porque lógicamente no hay grabaciones de aquella época», evidencia Rodrigo Jarabo, guitarrista, vihuelista, investigador y divulgador musical. Fundador, también, de Yarus Grex, el grupo de música antigua que este domingo, en la Sala Borja, presentó 'Dice la nuestra novia', su primer trabajo discográfico, donde recopila catorce canciones sefardíes, acompañadas por varios poemas recitados por la cantante Paula Mendoza.

De aquellas piezas –compuestas por la comunidad judía que vivía en España antes de su expulsión en 1492, y por sus descendientes después– no quedan testimonios sonoros. Así que, para acercarse lo máximo posible a los sonidos de aquella época, a cómo se podían tocar los instrumentos, a qué matices se le daba a una pieza, a cómo se entonaba cada canción, se hace necesario adentrarse en archivos y pinacotecas, hay que revisar partituras, escritos y grabados, recopilar todos los datos posibles para alcanzar la máxima fidelidad.

¿Cómo?«En los tratados, muchos músicos incluían anotaciones sobre cómo les gustaría a ellos que sonaran sus composiciones», cuenta Jarabo. Son como una pequeña guía de instrucciones adosada a la partitura.

También la literatura ofrece pistas. Sobre todo, durante el Siglo de Oro español. Hay casos como el de Vicente Espinel –un sacerdote, escritor y músico andaluz, famoso por dar a la guitarra su quinta cuerda– que en sus escritos decía que el instrumento suena mejor cuanto más suave se toca. Además, los vihuelistas solían hacer anotaciones en los prólogos de sus obras. «Muchas veces son comentarios ambiguos ('hacer hablar al instrumento, hacerlo llorar', decían), pero que pueden servir para acercarse a estas obras».

Esta interpretación historicista se hace, además, con instrumentos de aquella época... o con copias lo más fidedignas posibles de los originales, fabricadas por luthieres especializados. Toman como modelo los ejemplares que han llegado hasta nuestros días, pero también se fijan en grabados y pinturas de aquellos siglos, en esculturas o en relieves de los pórticos de las iglesias, donde en numerosas ocasiones se esculpen figuras de músicos e intérpretes.

El grupo Yarus Grex nació en el año 2013 y está compuesto por Rodrigo Jarabo (laúd árabe y vihuela de mano), Paula Mendoza (voz), José Luis Lubeiro (viola da gamba) y Ricardo Ramos (percusionista). En el disco también colabora Pedro Gómez a la percusión árabe e ibérica, y el concierto de ayer se acompañó con la danza de Susana Bros.

Los instrumentos con los que abordan estas piezas responden a ese gusto por la máxima fidelidad (organológica y estética). El primer laúd árabe que tuvo Jarabo se lo trajeron unos amigos de un viaje que hicieron a Siria.Por el cambio de humedad, desgraciadamente, se le rajó. Y tuvo que echar mano de un especialista, el luthier asturiano Carlos Ardura, que metió aquel laúd en el quirófano de su taller. Desde entonces, la confianza entre fabricante y músico es máxima. «La primera vihuela que tuve se la compré a él. Y es a quien recurro cada vez que cambio de modelo», cuentaJarabo, quien ya va por la cuarta vihuela.

Este es un instrumento de cuerda pulsada que se hizo muy popular durante el Renacimiento en España y Portugal (en el resto de Europa, la supremacía era para el laúd). Mientras que la guitarra –hace cinco siglos– solía ser tocada por los estratos sociales más bajos, la vihuela consiguió asentarse en todas las clases sociales y adentrarse en la música de Corte.

Valladolid, por lo tanto, se convirtió en un centro importante para la escucha y difusión de este instrumento y varios de los libros y manuscritos del siglo XVIque se conservan sobre la vihuela se editaron aquí, como los de Luis de Narváez, Enríquez de Valderrábano o Esteban Daza.

El disco incluye alguna de las piezas más conocidas del legado sefardí, como 'La rosa enflorece', 'Morena me llama', 'El rey de Francia', 'A la nana y a la buba' o esa 'Dice la nuestra novia' que da nombre al trabajo. «Casi todas estas piezas han llegado hasta nuestros días gracias a la transmisión oral y a que, con el tiempo, se recogieron en diversos cancioneros», cuenta Jarabo, responsable de los arreglos de unas canciones que cogen vuelo gracias a los estudios de folcloristas y etnógrafos como Joaquín Díaz y Paco Diez.

«Las melodías sefardíes mezclan los modos árabes y los europeos, incluso en una misma canción. La música de la España medieval, donde convivían diversas culturas, era muy permeable». El libreto del disco incluye las letras de las canciones (en judeo español)y hay además enlaces a vídeos con explicaciones de las piezas.  

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