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Dos parejas de niñas, dos maneras de mirar la infancia, dos autoras de otros tantos países y una misma ilustradora. La vallisoletana Cinta Arribas publica ... simultáneamente dos álbumes en Estados Unidos y en Corea del Sur. Comparte con las autoras literarias un interés por hablar a los más pequeños a su altura, sin la idealización de ese primer estadio de la vida tan común en la madurez.
Sus personajes se definen por la cabeza, grande, expresiva en el rostro y a la vez llena de señales informativas. Nada hacía presagiar que mercados tan lejanos culturalmente iban a demandar el trazo de Arribas. En Estados Unidos repite tándem con Naomi Danis. «Hicimos un álbum llamado 'I hate everyone' (Odio a todo el mundo) y funcionó muy bien y ahora hemos hecho este 'My best friend, sometimes' (Mi mejor amiga a veces). Creo que hacemos un buen equipo, encaja nuestra manera de contar la infancia no tan políticamente correcta, de fijarnos un poco en las sombras», explica Cinta. Ambos libros han sido editados por Powerhouse, sello neoyorquino que ha apostado por el público infantil recientemente.
Esta es una «historia divertida» en torno a dos niñas, en la que una le propone a la otra ser su mejor amiga. «Comienzan en el comedor del colegio y el chantaje marca la dinámica de la relación. Una le pide una galleta a cambio de su amistad». Esa relación va definiéndose en el patio, en el recreo, en clase. Comparten secretos, juegos, tiempo libre, sueños, pero siempre hay una, Stephanie, que maneja a la otra. Hasta que llegan los desencuentros, los desajustes, y descubren que son grandes amigas, pero no incondicionalmente, no siempre. «Tuve libertad total para elegir la gama de color, para determinar la distribución de texto e imagen, algo fundamental porque marca el ritmo. Solo me dieron el formato, el tamaño. Lo que más tiempo llevo, en lo que trabajé mucho con los editores fue en definir los personajes, en el físico de las dos protagonistas». Le gustaría que se tradujera al español, «hay gente que compró el primero en inglés, pero funcionó tan bien en Estados Unidos, que quizá mereciera la pena tenerlo en español». 'I hate everyone' era la historia de una niña que en su cumpleaños, ante su tarta, expresa su disconformidad con todo lo que se da por supuesto en una fiesta.
Para el mercado surcoreano ha lanzado 'The funny sleeping Princess', con texto de Mikkang. «Esa editorial se puso en contacto conmigo tras conocer el otro álbum estadounidense. Esta experiencia ha sido curiosa por ciertas diferencias culturales. El cuento se replantea la historia de 'La bella durmiente'. Han querido revisarlo desde una mirada en tono feminista». Dos niñas protagonizan también este cuento, dos amigas que se conocen en el bosque. Una de ellas está ansiosa de novedades y diversidad que sale a buscar, mientras la otra permanece en el bosque donde se divierte despreocupadamente. La primera quiere disfrutar de vestidos de princesas, de lazos y zapatos de cristal. La segunda no la reconoce, le parecen todas las niñas iguales.
Poco a poco descubrirán que para gozar de su amistad y de la vida tienen que ser ellas mismas, sin disfraces ni maneras impuestas. «Iban a presentar el cuento en la Feria de Bolonia, pero se ha suspendido. Será un lanzamiento raro, no habrá de momento presentación en Corea». Ya desde hace años hay un interés por ilustradores latinos en las editoriales de Seúl. Cinta encuentra cierta explicación en el hecho de que «es un mercado que está creciendo mucho y es muy grande. También está ocurriendo en China y Japón». La ilustradora vallisoletana alterna los álbumes de encargo con los suyos propios y con la ilustración para prensa. «Los cuentos los disfruto mucho porque te permite crear un mundo, un lenguaje especifico para esa historia y pasar unos meses en él, con esos personajes. Exige un ritmo, una relación con el escritor y, a veces, el reto de hacer tuya una historia que no lo sería sin el trabajo». Sus álbumes, en los que el proyecto completo depende de ella, suponen otro grado de complicación y de incertidumbre, «trabajas sin saber si el resultado verá la luz alguna vez». De momento, parte de su trabajo puede verse en la sala de la Casa Revilla, en la exposición 'Exiliados ilustrados'.
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