Secciones
Servicios
Destacamos
«A la otredad». Es la dedicatoria con la que se abre 'En consideración te escribo', un poemario «salvaje» que Marisa López Soria (Albacete, 1956) escribió en 1995 y que ahora revive gracias al «empeño» de César Sanz, editor del sello vallisoletano Difácil, quien quedó ... cautivado ante esta colección de versos. «Cuenta, con la singularísima voz que le caracteriza (directa, sorprendente, inesperada, graciosa…), la ruptura de una relación amorosa. La evocación, el dolor, el despecho y todas esas cosas, pero de una manera maravillosa», dice Sanz. La autora participa estos días en las jornadas Versos en vivo y este jueves (19:30 horas) presenta la nueva piel de este poemario en la librería 'El árbol de las letras'.
-¿Qué es la otredad?
-Son todos los desamores, aquellos que por una razón u otra te han roto el corazón, te han hecho daño o han salido melones fallidos. No eran lo que esperabas. Hay un poema en el libro que es un poco el resumen: «Has quebrantado aquello que debías: la lealdad a los afectos». Puede ser que las cosas no casen, perfectamente, pero que te hagan daño o lo pretendan ya está muy mal. Hay que protestar, defender el derecho al pataleo.
-Clara-mente.
-No he inventado nada nuevo. El desamor es la herida de todos los tiempos, la herida grecolatina. Es, junto al amor y la muerte, uno de los tres grandes temas literarios. El desamor está ahí con mucha potencia. Catulo ya escribía poniendo verde a Clodia. Y desde ahí a Shakira… Para eso está el verbo y la palabra, para poner en orden tus sentimientos y el pensamiento.
-Aunque uno de los versos dice: «Las palabras son juicios del pensamiento, símbolos vacíos del contenido».
-Las palabras no son transparentes. A veces son inequívocas, otras polisémicas. Son opacas. Las palabras no son lo que parece, ni muchísimo menos. Hay mucho más detrás. Y yo utilizo ese doble juego, para decir por un lado barbaridades y por otro poner en orden lo que siento y desgajarme de alguna manera del amor que sentía.
-»La lengua como ejercicio de equilibrismo», escribe.
-Te doy por este lado y por el otro te acaricio. Sirve para ambas cosas, para proteger, cuidar y ordenar los sentimientos.
-El libro se publicó en 1995, ganó un premio, pero se editaron muy poquitos ejemplares. Ahora, vuelve a las librerías de la mano de Difácil. ¿Cómo ha sido el reencuentro con aquellos versos…?
-Del siglo pasado. Veo un libro salvaje, un poco descarado. Entonces era mucho más joven. Y he añadido una tercera parte, 'Ex/ordio', que escribe la nueva poeta que soy ahora, pero poniéndome en el lugar de aquellos sentimientos. Aquí se dice: 'No vuelvo ni a nombrarte', que es lo peor que te puede pasar, que te borren del mapa, que no te nombren siquiera.
-»Mentira me parece amanecer los días sin controversia», escribe.
-Cuando las cosas empiezan a funcionar fatal y todo son peleas y discusiones, cuando has decidido cortar y estar más tranquila, amanecer sin controversia es como un lujo. Se acabó. Por lo menos no tengo quien me diga que soy un completo desastre.
-En el prólogo, Rosa Regás destaca su «capacidad para entrar en lo cotidiano apartándose de ello»
-Es que lo cotidiano también nos hiere, nos molesta. Así que, si te alejas un poco y lo ves con distancia, lo puedes enfocar con sentido del humor, que yo utilizo mucho, porque es una manera de curar. Rasgarte las vestiduras no sirve de nada.
- 'En consideración te escribo' es de 1995. Su segundo poemario, 'Muy señores míos', también publicado por Difácil, llegó en 2020. ¿No hubo versos en todos estos años?
-Creo que la poesía no se puede escribir de continuo. La poesía son ráfagas, mejores o peores. Yo hago mucha literatura infantil y juvenil, ahí no he dejado de publicar y es donde tengo mi recorrido. Escribir poesía siempre me ha parecido, además, muy atrevido. Mi madre, Josefina Soria, era una poeta grandísima. Ella era quien escribía poesía y yo no pensé que podría hacerlo. Pero, cuando escribí este libro, ella lo leyó y le pareció fantástico. Sobre todo, porque era un tipo de poesía muy distinta a lo que ella hacía, que era más clásica.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.