
Secciones
Servicios
Destacamos
El análisis del miedo, desde un punto de vista filosófico, pasa necesariamente por identificarlo como la reacción orgánica de un instinto de supervivencia o si, ... por el contrario, es fruto del conocimiento y la reflexión en torno a los peligros que nos rodean y nos acechan. De esas y otras cuestiones ha tratado el acto 'Temo, luego existo', conversación entre los filósofos Daniel Innerarity y Fabienne Brugére en el marco del VIII Foro de la Cultura. La mesa, moderada por la profesora de la Universidad de Valladolid María Caamaño, ha arrancado por la tarde en el Teatro Calderón con la inesperada ausencia del filósofo y escritor Wolfram Eilenberger, autor de 'Tiempos de magos'.
«El miedo no es para tanto», inició Innerarity. «es un instinto gracias al cual seguimos vivos». Para el escritor, la idea principal con la que vertebró su intervención se centró en que «las expectativas en torno a nuestra seguridad se encuentran, hoy por hoy, exageradas».
«El miedo es una emoción primitiva y arcaica que se puede experimentar de muchas formas», coincidió Brugére. Citando a Hobbes, «todos los miedos se vinculan con el miedo a la muerte, que se conecta con la imposibilidad de seguir juntos en una sociedad». La filósofa francesa, responsable de 'La ética del cuidado', defendió la idea de convertir el miedo en algo útil para la organización del futuro: «Se nos abre una posibilidad de soberanía sobre el miedo, gracias a la estructura de la modernidad en dos polaridades: las manifestaciones arcaicas del cielo y la posibilidad de organizarnos como sociedad».
Caamaño introdujo en el debate la instrumentalización del miedo para dirigir odio a colectivos concretos y provocar incertidumbres en la sociedad occidental y confrontaciones en la convivencia: «Hemos pasado de ser una sociedad con miedo a los peligros y nos hemos convertido en una sociedad con miedo a los riesgos», sentenció el autor de 'La política en tiempos de indignación' y 'Pandemocracia': «Hay un mayor abismo entre lo que conocemos y lo que deberíamos conocer, aunque ahora sepamos más cosas que nuestros antepasados», agregó: «Robert Musil dijo que había un analfabetismo del miedo, yo añadiría que hay un analfabetismo del miedo de los otros: en lugar de hacer un análisis político y diagnosticar bien una situación, patologizamos a aquellos con quienes no estamos de acuerdo y resolvemos que sus líderes políticos simplemente están locos».
«Todo se construye en torno a las vulnerabilidades: sociales, económicas, ecológicas... Y todo el mundo es, de un modo u otro, vulnerable», aportó Brugére. Sobre las tensiones con miedos actuales, entre la libertad y la seguridad, o el individualismo y la soledad; la filósofa consideró que «toda presencia de lo que consideramos diferente despierta el miedo a perder la posición dominante, y esto debe confrontarse con el potencial de una sociedad abierta, que considera y cuida a personas diferentes y con las que compartir valores». Por ello, insistió en que «la diferencia, aunque asuste, ayuda a construir un imaginario colectivo compartido y, a la larga, a vencer esos miedos».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.