El cómic, de cosa de frikis a afición cool

Una exposición recorrerá la historia de los encuentros que organiza Antonio Garrido y esta tarde se inician las conversaciones con la de Lorenzo Montatore y Borja González. El primero ha dibujado la biografía de Francisco Umbral titulada 'La mentira por delante', en la que lleva al escritor a su terreno, la caricatura. El universo estético de Borja es más gótico, más intrincado, como se verá en la presentación de su álbum 'Grito nocturno'. El ilustrador extremeño se inició en proyectos de autoedición con Mayte Alvarado, otra de las creadoras presentes en estos diálogos. Primero con el sello de fanzines 'Los ninjas polacos', después con la editorial El verano del cohete junto a Rui Díaz y con Spiderland/snake.

Alvarado, que presentará su cómic 'La isla', defiende la autoedición «por su inmediatez y la libertad que te aporta. Por eso seguimos manteniendo un proyecto como Spiderland/snake. Pero es cierto que también tiene sus limitaciones. Si haces cómics quieres que la gente los lea y cuanta más gente. La distribución y visibilidad que da a tu trabajo una editorial como Reservoir Books no es comparable».

Spiderland/snake sea una página de cómics 'on-line' «a la que subimos historias que han salido en fanzines u otras publicaciones con la idea de que estén disponibles para que las lea quien quiera» pero «no tiene mucho que ver con el webcómic. En el webcómic se explotan características que están relacionadas con el soporte en que va a ser leído, la pantalla, y se da otro ritmo narrativo, otro viñetado, pequeñas animaciones».

Mayte considera «el papel y el formato libro, mis soportes favoritos, siempre trabajo pensando en la impresión en papel». La ilustradora también trabaja para textos ajenos.«Los proyectos propios siempre requieren más dedicación, que te vuelques en ellos y son más personales. Si te decides a contar una historia es por una razón, porque es importante para ti de alguna manera. Esto puede diluirse un poco cuando trabajas a partir del texto de otra persona, lo que haces es interpretar su historia. Pero es un proceso en el que también dejas parte de ti, de tu manera de entender las cosas».

Con más de una década de experiencia en el sector, Alvarado apunta que «cada vez se publican más tebeos. El cómic como medio tiene un público más amplio que hace unos años, cada vez hay más gente que lee cómics aunque sea de manera ocasional. De lo que no estoy tan segura es de que la relación entre el número de títulos que se publican y de lectores sea equilibrado. Se publica mucho, va todo demasiado rápido y algunos cómics no tienen tiempo de llegar a sus posibles lectores antes de ser arrollados por las novedades».

Camille y sexo de mierda

Dejó París por Barcelona, un mercado puntero en su género, el francés, por uno más precario e impredecible, el español. Camille Vannier lo resume así: «Está claro que no me quedé en España por las ayudas del estado, el sistema de cotización de autónomos o los precios que se manejan aquí en el mundo del cómic… Vine a Barcelona a estudiar diseño textil y luego me quedé y reorienté hacia la ilustración y luego hacia el cómic. Empecé a publicar aquí y de golpe habían pasado siete años. Luego parpadeé un par de veces más y de repente hacía 18 años que estaba aquí».

Entre esos parpadeos, la autora de 'Sexo de mierda' dibujó sin parar. «Empece estas viñetas para 'El Jueves', me propusieron publicar unas viñetas sobre sexo, y lo lleve a mi terreno de contar mi vida y momentos donde salió mal la cosa. Así se publicó las primeras viñetas 'Las 6 peores cosas que me han dicho después de follar'. Luego hubo 'Las 6 peores cosas que me han pasado en una cita Tinder'. Mucha gente empezó a decirme «que fuerte esas viñetas, pues a mí me pasó …. » y resulta que a todo el mundo le pasan desgracias con citas o en la cama. Hay ciertas historias que puse en el libro que cuando me las contaban pensaba pero qué loca esta la gente, pero bueno no me voy a quejar. Cuanto más ruin es la gente, más material para mí». La autora de 'El horno no funciona' (Sins Entido, 2021) y 'Poulou y el resto de mi familia' (Sapristi, 2018) saca partido a situaciones bochornosas en el ámbito más íntimo y provoca la sonrisa con su trazo rápido de rotulador, en un álbum en torno a tres colores.

Es el punto de vista del perdedor lo que le inspira más chistes gráficos, a lo que saca más partido. «Decidí contar anécdotas en mi trabajo, reflejar la microhistoria, y sobre todo las que salen mal. En mi día a día cada vez que me pasa una minidesgracia, lo primero que pienso es cómo lo voy a contar de manera divertida o entretenida a mi entorno, si veo que funciona lo paso a dibujo».

La relación entre lo que vive en primera persona y lo que traslada a sus viñetas se la planteó desde sus inicios. «Cuando era estudiante descubrí en clase de foto el trabajo de la artista Sophie Calle, que se introduce en la vida de la gente y a veces de la suya como una detective o una reportera, y el trabajo de la fotógrafa Nan Goldin, que retrata a su vida y la de sus amigos de manera muy intimista y cruda. Usar su propia vida como base de su trabajo es algo que siempre me ha inspirado y gustado mucho, supongo que tiene que ver con que soy extremadamente cotilla».

En cuanto al modo de trasladar esos descubrimientos de 'cotilla' al público, Vannier piensa en «páginas». «Voy haciendo sobre la marcha, suelo ir construyendo mis páginas a medida que las voy dibujando, además me gusta tratar el texto como una parte de la imagen e intentar hacer que las dos cosas se vayan mezclando».

'Boom' de autoras

Del punto de vista de los creadores, al de la crítica. En esta edición de Los diálogos del Sr. Boliche estará representada por Elisa McCausland y Diego Salgado que traen su libro 'Sueños y fábulas. Historia de Vértigo'.

Estos ensayistas trabajan juntos desde 2013 en prensa, eventos culturales y académicos, y en libros colectivos y propios. Elisa es además promotora del Colectivo de Autoras de Cómic y está especializada en cuestiones de representación y feminismo en el cómic español.

«La historia del cómic ha estado condicionada por una mayor presencia de autores y lectores que de autoras y lectoras, y eso ha desequilibrado la balanza en lo que se refiere tanto a la cantidad como a la calidad de lo representado mujer en las viñetas. Aunque han existido magníficas profesionales del cómic desde los inicios del medio, hay que esperar al auge entre los años 60 y 70 del cómic underground, militante, para encontrar representaciones más diversas en lo que se refiere géneros e identidades. Un proceso que, con altibajos, ha progresado hasta la actualidad, en el que vivimos un boom de autoras y lectoras», explican Elisa y Diego.

«La presencia de autoras se ha disparado en los últimos años, aunque dentro de un contexto delicado del cómic, dado que podría afirmarse que en buena medida el medio ha dejado de ser verdaderamente popular. Su impronta sociocultural es mucho menor que en décadas previas y ello condena a las autoras (y a los autores también, en realidad) a una precarización considerable en el ejercicio de su actividad», cuentan sobre la situación laboral de los creadores.

«Es cierto, por otro lado, que las autoras suelen tener unas preocupaciones que no siempre coinciden con los géneros tradicionales: aventura, noir, ciencia ficción… Pero esto no quiere decir que no hagan aportes sustantivos a ese cómic codificado y mayoritario. Hay ahora una gran cantidad de autoras trabajando en el ámbito de los superhéroes y las superheroínas, aunque ya las hubo en el pasado».

Burbuja editorial

¿Privilegian las editoriales grandes los nombres femeninos por tendencia comercial? «Las editoriales son ante todo industria y en cada momento priman unas modas sobre otras, hasta el punto de saturar el mercado. Es posible que estemos asistiendo a una saturación en el mercado de cómics debidos a autoras, pero también a autores. En los últimos tiempos se han sumado a las editoriales clásicas de cómic las generalistas con sellos especializados en el medio, y puede estar contribuyendo a crear una burbuja. Se publican demasiadas obras porque las editoriales están compitiendo entre sí con ferocidad y lo único que parece importante es tener siempre un título en las principales librerías; si vende, se mantiene y, si flaquea, es sustituido de inmediato».

En la lista de prioridades, estos dos críticos recuerdan que «el eslabón más importante de la cadena son los autores y en nuestro país queda mucho por hacer en cuanto a un trato económico y social justo». La transformación del mercado nacional es difícil de cuantificar porque «las editoriales españolas son opacas a la hora de trasladar sus datos», pero sí ven un crecimiento «debido a la irrupción en el mercado de empresas transnacionales (Harper Collins, Penguin Random House), que hay una ambición de ampliar el mercado hasta cotas nunca vistas en nuestro país con la expansión del cómic a librerías generalistas e incluso grandes superficies».

La vigésima cita con el Sr. Boliche dará a conocer al misterioso No Sé, el autor de 'Al final, nada' que tras publicar sus viñetas en redes bajo pseudónimo, respaldará presencialmente su debut en formato libro. El viñetista granadino Juarma presentará su segunda novela gráfica, 'Abrázame hasta que esta vida deje de ser un puto asco', tras 'Al final siempre ganan los monstruos'. Ocho autores y siete libros a partir de hoy.