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La maternidad, la reflexión sobre la crianza, la relación de los hijos con sus madres o el recuerdo amargo de los seres queridos que ya no están. La figura de la madre se ha convertido en protagonista y centro de varios libros que figuran durante ... estos días en los anaqueles de las novedades literarias en las librerías. Aquí van unas pistas sobre títulos que abordan el tema y que pueden ser perfectos para regalar en el Día de la Madre.
Dacia Maraini perdió un hijo que no llegó a nacer. El útero, que debía ser «cálido y acogedor« se transformó en «una tumba helada«, dice en la pagina 20. Estaba en el séptimo mes de gestación cuando murió. Y cuenta que ese hijo que nunca nació le ha acompañado toda la vida. Este libro, editado por Altamarea, sirve a la escritora italiana para establecer con él un diálogo (le llama Perdi, de perdido) sobre la maternidad, el feminismo, el papel de las mujeres en la historia y el de los hombres para construir una sociedad machista que todavía no ha conseguido la igualdad. A lo largo de las páginas, habla sobre abusos sexuales, prostitución, el machismo juvenil. Fija su mirada en cómo la Iglesia católica ha contribuido a perpetuar el patriarcado y en cómo también la cultura y la filosofía han ayudado a cimentar una mirada misógina sobre el mundo. Recopila citas de Baudelaire, Aristóteles, Nietzsche o Plutarco en las que defienden la 'inferioridad' de la mujer. Y no faltan reflexiones contemporáneas, como el éxito de 'Cincuenta sombras de Grey'. Junto a la narración androcéntrica del mundo y cómo durante siglos el relato de la maternidad y la mujer ha estado en manos de hombres (con las voces femeninas escondidas e invisibilizadas), habla de la pugna entre la educación familiar y la social (122). Cómo las enseñanzas en igualdad que se pueden regalar en el hogar tienen que competir ahí afuera con los roles perpetuados (y aquí, establece un grato diálogo imaginario con ese hijo perdido que tal vez sea ya un adolescente). Es un ensayo corto, de capítulos no muy extensos, que apunta enlaces a nuevas lecturas y lanza una interesante mirada de una autora italiana, reconocida por su larga mirada feminista.
El periodista y escritor argentino Jorge Fernández Díaz publicó en el año 2002 'Mamá, una historia íntima', libro que recientemente ha reeditado Alfaguara. A medio camino entre el recuerdo y la crónica, Fernández Díaz rinde homenaje a su madre, una mujer con raíces asturianas que tuvo que atravesar el océano para huir de la pobreza de la posguerra y de una familia desmembrada después de que su padre (el abuelo del autor) abandonara a su mujer e hijos para escapar a Argentina. En 'Mamá', Fernández Díaz reconstruye la historia de su familia. De sus abuelos, sus bisabuelos. Y lo hace con un estilo que mezcla lo literario con lo periodístico, puesto que la base del texto son las entrevistas, las largas entrevistas que mantuvo con su madre para que le contará lo que pasó en aquel pasado familiar en el que él ni siquiera existía. «No había mayor desafío para un periodista en la crisis de los cuarenta que atreverse a contar la historia de su madre«, reconoce Jorge Fernández Díaz en la página 226. Y asume el reto con este libro, que nace de la necesidad de conocer mejor «la historia de la mujer que hacía llorar a su psiquiatra«. Admite el autor la dificultad de la tarea, porque lo que se narra no es «la pura verdad, sino la verdad contaminada« de los testimonios, los recuerdos, «la memoria fragmentaria« (69) reconstruida años después. El libro no solo habla de la familia de Fernández Díaz, sino que ofrece una reflexión sobre las migraciones, sobre tantos españoles que tuvieron que marcharse a 'hacer las américas' para prosperar... y tantos latinoamericanos que ahora ven en España un lugar en el que labrarse un futuro.
«El Atlántico es ese mar en el que alguien siempre dice adiós», escribe Karina Sainz Borgo en la página 59 de este libro, editado por Lumen, que triunfó en la Feria de Frankfurt, con la venta de sus derechos a una veintena de países, antes incluso de su publicación. También en este libro hay un diálogo sobre la la emigración a través de la relación entre una madre y su hija. Aunque, ya desde el principio, esa relación comenzará a escribirse en pasado, porque la primera escena es el entierro de la madre de la protagonista. Ambientada en Venezuela, ofrece un paisaje desolador de un país envuelto en revueltas, balaceras, racionamientos y falta de suministros. En este contexto, los que hasta ese día eran vecinos se convierten en «oponentes». «Nos separaron a ambos lados de una línea. El que tiene y el que no. El que se va y el que se queda, El de fiar y el sospechoso», dice en la página 49. Un día, después de que una banda ocupara su casa, Adelaida, la protagonista, recala en la vivienda de su vecina, la hija de una mujer española que llegó a Venezuela en los últimos años del franquismo. Pero su vecina está muerta. La hija de la española está muerta y Adelaida (que con fotos y cartas antiguas conocerá mejor a las que fueron sus compañeras de edificio) encuentra una oportunidad para mejorar su vida gracias a la identidad de su vecina. Es una de los libros más recomendados en las redes sociales durante las últimas semanas.
Pero para pelotazo de recomendaciones boca a oreja y a través de Internet, atención a este libro. La periodista cántabra Nuria Labari recurre a una poderosa primera persona para desdibujar los mitos sobre la maternidad. La protagonista del libro tiene 35 años. En las primeras páginas se presenta como una mujer estéril, escritora, con un poderoso deseo de crear vida y de crear literatura. Cinco años después, ha tenido dos hijos. Y se plantea que es el momento también de escribir un libro, en el que tendrá que decidir si pesa más su vertiente de madre o de novelista. Y para ello, recurrirá a su pasado literario. «Con una mezcla entre ficción, autobiografia y ensayo», dice la contraportada del libro, editado por Literatura Random House, ataca sobre el concepto de maternidad «como un cadáver al que disecciona en directo». En un momento en el que tanto se habla del club de las malasmadres, este es un libro bandera para este tipo de mujeres, entre los treinta y los cuarenta, que reflexionan sobre su maternidad.
Este libro, publicado por Larrad Ediciones, es un testimonio en el que el escritor Alexandre Najjar traza el perfil de su madre, una mujer que nació en 1940 en Beirut, creció con un país independiente que echaba a andar y fundó una familia numerosa cuyo cuidado condicionó el resto de su vida. El autor elige la segunda persona, como si le devolviera a su madre la vida en palabras. Cuenta en pequeños capítulos la existencia de una mujer a la que con cariño llamaban Mimosa. El objetivo es recoger en papel una vida, para que no se extinga, para que los recuerdos no desaparezcan. Se suceden así relatos sobre las travesuras del colegio, el miedo a los perros, la colección de vinilos, los libros favoritos, los años universitarios como única mujer de su facultad, el rechazo de su padre (médico) para que ella trabajara en lo que quería (funcionaria). Escrito en un estilo sencillo, Najjar reconstruye la vida de su madre desde una clarísima mirada de cariño que se percibe en cada palabra. Los momentos más duros llegan cuando en 1975 estalla la guerra en su país y ella, con 35 años, sufre los golpes de la contienda, abre en su casa una escuela para suplir la falta de colegios bombardeados, salva la vida a sus hijos en varias ocasiones. Sin embargo, el autor apenas profundiza en estos episodios, sino que avanza en la vida de su madre sin apenas profundizar en ella, como si se limitar a la mera enumeración de momentos que rescatar del olvido.
Esta es, de las seis, la recomendación más dura de todas. No es fácil leer este libro (es absorbente, claustrofóbico), pero muy valiente desde lo literario. 'La azotea', de la escritora uruguaya Fernanda Trías y publicada por la editorial Tránsito, es la historia de Clara, una mujer embarazada que se marcha a vivir con su padre cuando este pierde en un accidente a Julia, la mujer con la que convivió durante los últimos años. Clara se siente en la obligación de (sobre)proteger a su padre, también a la hija que está a punto de nacer, hasta el punto de negarles la libertad. Hay un canario y una jaula. Hay un acuario. Hay una azotea que se presenta como símbolo de libertad, pero también como la amenaza del suicidio, del paso en falso, de dejarse abandonar y sucumbir a las amenazas de ahí afuera. Porque Clara ha construido su vida en torno al temor y al terror. Las antenas son «arañas plateadas« (dice en la página 49), las hojas de los árboles se agitan como serpientes cascabel (en la 119), las sombras pueden ser arañas o ladrones caminando en la oscuridad (119); las cuerdas del tendedero, una red de venas dentro de un cuerpo hueco (22), y las vecinas, una amenaza, con sus risas, sus fiestas, sus gritos al otro lado de la mirilla. Clara ha construido un mundo atemorizado, pesimista (la amenaza de goteras en un cumpleaños), que impone a los suyos: las amenazas si su padre sale de casa, los cuentos de ogros, de gigantes que se comen a los niños que le cuenta a su bebé. Dice que no hubo un principio para este desasosiego en le que vive, sino «un largo final« (11), para una vida sin alicientes. «Si un champú no hace espuma una se siente defraudada« (50). Hay que leer con cuidado la primera página y media porque parte de la clave de 'La azotea' está ahí. Pero luego hay que seguir, pasar páginas, engancharse a una novela tormentosa, agresiva, lesiva que duele hasta el punto final.
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