'Bookface': los libros que cobran vida en Valladolid

Lo saben muy bien Marta González, Emma San José y Juan Carlos Pérez. Juntos forman el equipo de la Biblioteca de Castilla y León (en la plaza de la Trinidad) que consigue, desde hace casi un año y medio, y una vez a la semana (los viernes), que los libros cobren vida en Instagram. La iniciativa se llama 'bookface' y es un reto fotográfico:ensamblar en la vida real la portada ilustrada de una novela. No es tan fácil como parece. El resultado es espectacular. Y el objetivo :difundir la labor de las bibliotecas y atraer a nuevos usuarios (fundamentalmente jóvenes) a sus instalaciones.

Este arte de fundirse en la portada de un libro nació en junio de 2014 en la New York Public Library, cuando uno de sus bibliotecarios, Morgan Holzer, adaptó para los libros un recurso que ya se utilizaba (de forma viral) para los vinilos.

«¿Cómo que una biblioteca no puede ser divertida?», se preguntaba Holzer a la hora de lanzar una iniciativa que ha encontrado réplica internacional. También en Valladolid.

Juan Carlos Pérez era bibliotecario en Zamora cuando se decidió a emprender allí una campaña similar. Y después, cuando recaló en Valladolid, encontró en Emma y Marta a dos cómplices para extender hasta el Pisuerga un proyecto que ya suma más de sesenta intervenciones.

«Empezamos de forma esporádica en el verano de 2021 y, desde enero de 2022, lanzamos una cada semana», explica Marta, responsable de redes sociales de la Biblioteca de Castilla y León en Valladolid. Los viernes, un nuevo 'bookface', a la caza de 'megustas' y corazoncitos en las redes sociales.

«Junto a la foto, incluimos fragmentos del libro, reflexiones sobre sus autores, celebramos efemérides y aprovechamos para difundir algunos de los servicios de la biblioteca», explica Emma, convencida de que iniciativas así contribuyen a rejuvenecer el perfil de este tipo de instituciones. «Por desgracia, se nos ve como un lugar antiguo, viejo... cuando ofrecemos muchísimas posibilidades de ocio gratis también para los jóvenes», explican.

Por sus manos expertas de bibliotecarias pasan todos los días decenas, cientos de libros. Y en los últimos meses han entrenado el ojo no solo para decidir cuáles pueden ser unas lecturas apetecibles, sino para seleccionar, de entre todas las portadas, aquellas pueden convertirse en objetivo para la cámara de su móvil.

«No todos los libros valen y hay editoriales que cuidan más el diseño que otras. No sirven las que tienen un recuadro, porque se pierde la continuidad. Buscamos que la foto o la ilustración tengan una pose curiosa, que el personaje esté con una actitud que ayude...». También influye el fondo, el ambiente.

«Las hay muy engañosas», reconocen. Por ejemplo, las portadas de libros infantiles, que resultan muy apetecibles a primera vista pero que luego son muy difíciles de llevar a cabo, ya que las ilustraciones de este tipo de libros exageran las proporciones de sus personajes. Y hay que estar atentos al reflejo que algunas portadas emiten cuando les da la luz.

Una vez decidida en cuál trabajar, buscan ropa con la que vestirse y que pueda dar continuidad a la imagen... y un escenario que ayude a la composición de la foto. En ocasiones salen a la calle. La mayor parte de las veces, aprovechan las instalaciones de la biblioteca para difundir sus servicios, desde la hemeroteca a los préstamos de revistas, películas o discos. Es, por ejemplo, lo que han hecho esta semana, al replicar la portada de 'Música, solo música', de Murakami.

Emma, Marta y Juan Carlos están a la caza de nuevos libros que conquistar para sus 'bookface'. En mente tienen organizar una exposición, donde no faltarán algunas de sus fotos favoritas, como las que hicieron de 'Chicas felizmente casadas', 'Rosalie blum' o 'La primera vez y otras catástrofes'. ¿La mayor satisfacción de esta iniciativa? «Cuando consigues que alguien se interese por el libro y visite la biblioteca», comentan. En ocasiones, además, reciben la felicitación de las editoriales e incluso de los autores, como les ocurrió, por ejemplo, con Rosa Montero.