Secciones
Servicios
Destacamos
Ha sido el viaje del desencanto, pero sintió que debía hacerlo. La escritora vallisoletana Pilar Salamanca conoció Beirut en su luna de miel y ha vuelto a la capital libanesa arrasada primero por la guerra y los bombardeos y después por la estética occidental. Tras ... las fachadas, la 'línea verde' que divide a sus habitantes entre cristianos y musulmanes, entre una elite de muy ricos y una masa de pobres, entre locales y refugiados. Libro de viajes o cuaderno de notas, 'Beirut' (El Desvelo Ediciones) suma la asombrada mirada de la narradora y las ilustraciones de Pedro Sáinz Guerra. Los dos autores presentan el libro el martes, día 10, en la librería Margen de Valladolid (19:00 h.).
Viajó sola porque «una necesita a veces su espacio mental» y se alojó en una residencia de mujeres refugiadas cristianas, «había historias terribles». Fue bien recibida hasta que trascendió que era «esposa y madre de palestinos, entonces me retiraron el saludo».
Del zoco al centro comercial
La sociedad beirutí, otrora «un crisol de religiones», está hoy dividida entre «cristianos y musulmanes, como comunidades fuertes que se alternan en el gobierno, y ortodoxos y protestantes», cuenta Salamanca. A la división de creencias, se une la económica. «No existe una clase media. En la ciudad donde más cirujanos plásticos hay por habitante, una minoría muy adinerada vive como los patricios romanos, como si no hubiera mañana. La sociedad civil no tiene seguridad social, ninguna garantía de nada, los profesionales liberales están trabajando como taxistas y muchos emigran. Todo el mundo vive acojonado», narra quien considera que «todo tiene una causa, normalmente nos limitamos a ver y describir lo que tenemos delante, pero siempre hay una razón detrás».
Avanza por la calle Hamra, barrio musulmán. Donde antes había niños jugando en la calle y callejuelas plenas de vida, hoy «es como Manhattan, llena de centros comerciales occidentales. El Beirut que conocí es irrecuperable. Se ha perdido la convivencia, el aprendizaje mutuo, el vecindario. Eso que dicen que es el París de Oriente Medio es una tontería».
Pilar Salamanca comprobó que «nadie quiere hablar de los palestinos en Líbano, viven arrumbados en los campos de refugiados. Solo Sabra y Chatila dan para otro libro, pero este no quería que fuese un memorial de agraviados».
La autora de 'Los años equivocados' o 'Soñar con ballenas' constata que «con la guerra ni se aprende ni se arregla nada, lo sabemos también aquí. En Líbano, tras 15 años de guerra civil, vino Israel y acabó con lo poco que quedaba. Hoy los politólogos demonizan a Hezbolá. Líbano no existiría sin Hezbolá que defendió sus fronteras y dio la vuelta a los sionistas. Allí no hay forma de olvidar la guerra, ahora los vuelos rasantes de Israel van hacia Siria. Y los emigrantes sirios inundan Líbano, buscando un sitio más tranquilo»
Pedro Sáinz Guerra, dibujante que ha desarrollado su carrera profesional en El Norte de Castilla, ha trabajado como los impresionistas. «Muchos de ellos renegaban de las fotos y, sin embargo, las usaban para pintar. En mi caso he viajado por el Beirut de los electrones que me ha procurado Internet y algunos centros de documentación de París. Esas imágenes me han ayudado a captar la luz», explica el dibujante que encontró en este trabajo la vía de oxigenación para los contratiempos de su salud. «Además de planos generales del Beirut antiguo y el nuevo, he dibujado personajes, detalles, tiendas, carreteras, gentes exiliadas. Durante la guerra, se abandonaron barrios enteros y se impuso la naturaleza, comenzaron a crecer árboles». Cedros hacia la paz.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.