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«Contra viento y marea», en palabras de la concejala de cultura Ana Redondo, «contra plaga y querella», en las del escritor Pablo Andrés Escapa, se entregó este sábado el Premio de la Crítica de Castilla y León en la 53ªFeria del Libro ... de Valladolid. A pesar de las restricciones determinadas por la pandemia, el narrador leonés y el dramaturgo vallisoletano José Luis Alonso de Santos, ambos residentes en Madrid, acudieron a recoger el galardón al Círculo de Recreo.
La XVIII edición del premio había reconocido ex aequo al libro de cuentos 'Fábrica de prodigios' (Páginas de la Espuma), de Escapa, y 'Mil amaneceres' (Ayuntamiento de Valladolid) de José Luis Alonso de Santos.
Pablo Andrés Escapa celebró estar en un sitio donde el único clamor es el de la literatura. Con ironía constató que este premio trunca su «carrera de finalista perpetuo, alguna excepción es bienvenida» y pasó a recordar a su padre, «un extraordinario narrador oral cuya voz dejó en mí una educación». Sobre la relación entre lo imaginario y lo real, sobre vivir el cuento «no solo escucharlo», sobre «encarar la realidad buscando lo extraordinario» fue transitando Escapa para reivindicar «aspectos inusuales hoy y muy necesarios; la piedad, la comprensión, la inocencia, la candidez que no la bobería» y valores como «la limpieza de la mirada y la conciencia del oficio». En la maestría de la humanidad anhelada, eligió a Cervantes y su desafío de «mostrar con propiedad un desatino». Conocedor del necesario equilibrio entre imaginación y forma, se atiene a la ética de «levantar una mentira con todo el rigor necesario, porque el hechizo de la ficción solo funciona si la fábula es verdadera para quien la escribe». Heredero del Filandón, como señaló el presidente del jurado, Gonzalo Santonja, Pablo Andrés Escapa entrelaza en las tres novelas cortas que conforman 'Fábrica de prodigios' un mundo y unos personajes que «renuevan la tradición de Pereira, de Luis Mateo o Merino», señaló el también director del Instituto de la Lengua.
Por su parte, José Luis Alonso de Santos concibió sus 'Mil amaneceres' desde la postración tras una operación que le llevó a dictar a un magnetofón, ante la imposibilidad de escribir. «Es un libro sobre el sufrimiento y cómo luchar contra él, porque enfermedad, sufrimiento y pelea son constitutivos de la vida», dijo el dramaturgo. En su eterno diálogo con la sociedad que le rodea, se mostró enfadado. «No estoy orgulloso de ser humano pero lo estoy menos de ser español. Nunca vi tanto odio como ahora, diría incluso que ni durante el franquismo», Y frente a las pandemias sanitarias y políticas, reconoció su frustración porque, aunque agradecido al premio, «no he logrado la vacuna para el alma, contra la falta de amor y piedad. Vivimos un tiempo en el que somos tan miserables que aceptamos como natural la miseria». Alonso de Santos confesó que siempre quiso ser «médico de urgencias para los espíritus» porque para él la cultura «solo es el cultivo de todo aquello contrario al odio». Por eso renueva el propósito en cada libro, en cada nuevo intento de dar con un remedio «que tardará más que la vacuna contra el coronavirus».
Gonzalo Santonja anunció que en pocas semanas se conocerá la publicación de las 'Glosas silenses' en una edición a cargo del Instituto de la Lengua y la RAE.
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