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Monasterio de Oña, una de las paradas de Ridruejo en su recorrido por la provincia burgalesa.
Burgos en la mirada viajera de Dionisio Ridruejo

Burgos en la mirada viajera de Dionisio Ridruejo

La editorial Gadir dedica a la provincia burgalesa el tercer libro de la ‘Guía de Castilla la Vieja’, tras actualizar los de Segovia y Soria

jesús bombín

Viernes, 8 de enero 2016, 13:05

Hacia 1960 la editorial Destino reunió en una colección que aspiraba a ser algo más que literatura de viajes un mosaico editorial de las regiones españolas, compendio de visión etnográfica, monumental e histórica que encargó a escritores de reconocida solvencia. A Dionisio Ridruejo (Burgo de Osma, Soria, 1912-Madrid, 1975) le encomendó el correspondiente a Castilla la Vieja, que ahora ha actualizado la editorial Gadir.

Este sello publicó en 2012 el volumen correspondiente a Segovia y en 2013 el de Soria, integrantes ambos de la Guía de Castilla la Vieja, y ha sacado recientemente a las librerías la de Burgos. Próximamente abordará las de Ávila, La Rioja y Cantabria.

Javier Santillán, editor de Gadir, se embarcó en el proyecto de revivir la Guía de Castilla la Vieja cuando en 2012 se cumplió el centenario de la muerte de Dionisio Ridruejo. «La suya aprecia es posiblemente la mejor guía de Castilla la Vieja que se ha escrito, aun con el pequeño inconveniente de que abarca la antigua demarcación administrativa». La califica como «complementaria» de la que escribió Ramón Carnicer en la medida, apunta, en que en esta en cierto modo el viajero es el protagonista de la obra, y en la de Ridruejo no aparece, «es una guía menos anecdótica y más erudita en la que cuenta la geografía, el paisaje, la historia y la geología».

El escritor e ingeniero Juan Benet o el historiador de la arquitectura Fernando Chueca solían acompañar en las excursiones por la provincia burgalesa a un personaje tan poliédrico como Ridruejo. Cuenta el escritor burgalés Manuel de Lope en el prólogo de Burgos que «el falangista Ridruejo tiene la fascinación de los hombres derrotados y nadie hay más derrotado que quien lo es en su propio campo», en alusión a que renegó primero del franquismo y luego de la Falange.

Ese aspecto de su biografía ha subyugado también a Javier Santillán, quien tiene al escritor soriano por «un gran intelectual, tremendamente honesto, con una especial empatía a pesar del sectarismo que impera en España al haber sido denostado por unos y por otros, pese a lo cual, fue fiel a sus ideas y evolucionó hacia una ideología muy sensata». Distanciado del franquismo tras la Guerra Civil, Ridruejo «sufrió la persecución de los vencedores en lugar de los honores y prebendas que con toda facilidad hubiera podido conseguir», subraya Manuel de Lope.

Es en la década de los años sesenta cuando se aborda el texto dedicado a Burgos, tiempos de emigración rural y abandono masivo de pueblos en una España que marcha a las grandes ciudades en busca de prosperidad, monumentos en estado de ruina y desidia, cuando los vinos de la Ribera del Duero eran caldos sin etiqueta, ajenos a la eclosión que tendrían dos décadas después.

Por la guía desfila la mirada y las sensaciones del escritor sobre el Arlanzón y sus orillas, los castillos, la Catedral burgalesa, el Monasterio de Las Huelgas y la Cartuja de Miraflores, los pueblos y los páramos cercanos a Sedano, el campo de Muñó y Castrojeriz, Lerma, la Bureba, Belorado y Montes de Oca, paisajes de la Ribera del Duero y la Clunia romana, entre otros territorios a los que añade datos de población, económicos e históricos.

Contrapunto fotográfico

El texto, que se ha revisado para poner al día adaptaciones topográficas y datos de carreteras, se complementa con fotografías contemporáneas realizadas por el editor Javier Santillán, que ha optado por el blanco y negro como contrapunto a la desolación que en ciertos casos refleja el escritor y que tiene su máxima expresión de contraste en los monumentos restaurados.

No en vano, recuerda el deterioro patrimonial que sufrió Castilla, heredero de siglos de abandono que encontraron su puntilla en la Desamortización, la invasión napoleónica y la venta y expolio de monumentos de la primera mitad del siglo pasado.

La guía del autor de Burgo de Osma aporta valor como antítesis histórica a la visita que haga el lector actual a esos lugares, «donde encontrará monumentos restaurados, pueblos limpios, hospedajes decentes», resume Manuel de Lope en un prólogo en el que concluye que el texto actualizado «tiene la autoridad que le confiere su autor, un hombre de mirada entendida, de carácter honrado y corazón grande».

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