Diadié: «La ceguera humana es lo que mejor compartimos en el mundo»

El exilio marcó la historia de sus ancestros de Ismael Diadié desde 1467. Su antepasado Ali Ben Ziyad fue uno de los musulmanes expulsados de Toledo por los cristianos fundamentalistas y en 2012 «yo me vi en la obligación de dejar Tombuctú, volver a España y a Toledo, por los fundamentalistas musulmanes que invadieron la ciudad. La ceguera humana es lo que mejor compartimos en el mundo. El planeta que tenemos hoy, que la inmensa mayoría no merecemos, es fruto de esa ceguera».

Ismael Diadié explicó ayer la historia de la biblioteca de su familia, con 12. 714 manuscritos glosados con 7.100 anotaciones. Salvar el legado andalusí. El fondo Kati en Tombuctú era el título de la ponencia que desarrolló el escritor malinés, residente en Jerez de la Frontera. «El manuscrito más antiguo es de 1198 y el más moderno de 1857. Los hay en distintos idiomas, fruto de la trayectoria familiar», explica.

Amenaza yihadista

«A finales del XVIII mi tatarabuelo decía que hemos perdido la lengua, hemos perdido el color, solo nos queda la memoria y está en los márgenes de nuestros libros». Y ese legado lo guardan particulares, lo esconden ante la amenaza yihadista. «La Fundación del Fondo Kati está patrocinada por DKV y por Caja Sol a partir de enero. Estamos trabajando para digitalizar todos los fondos, traducirlos y ponerlos a disposición de quien quiera estudiarlos. Buscamos medios para proteger este patrimonio». La defensa de esta biblioteca en los foros internacionales comenzó en el año 2000 cuando «con mi amigo José Ángel Valente, ya fallecido, hicimos un manifiesto pidiendo ayuda para salvaguardar la biblioteca que firmaron Juan Goytisolo, Muñoz Molina, Saramago, Amin Malouf y varios ministros de Cultura de Malí». Devoto de los textos de San Juan y Santa Teresa desde que se los leyeron una noche, ayer buscó las huellas de la santa en Medina del Campo.