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JESÚS BOMBÍN
Viernes, 18 de septiembre 2015, 18:51
Alfredo Conde (Allariz, Orense, 1945) convirtió ayer en entrañable el acto en el que recibió el Premio Ateneo de Novela Ciudad de Valladolid, un galardón al que este escritor curtido en varios premios y autor de 17 novelas, poemarios, libros de cuentos, guiones de cine y televisión se presentó «por respeto, porque la gente no es consciente del premio que tenéis aquí: ves el jurado riguroso, cómo es la selección, de una limpieza e independencia de criterio envidiable... está a la par del Nadal y es el segundo más antiguo de España».
Arrancó más de una sonrisa al público al contar la peripecia personal que le llevó a presentar su novela al certamen. «De la política salí escaldado fue diputado y consejero de Cultura en la Xunta de Galicia, gané el Nadal y vinieron otros reconocimientos hasta que deliberadamente me encerré en mi casa y mi única salvación fue la escritura... hasta que el año pasado estuve quince días en coma inducido y tras un periodo así la vida te cambia. Así que para volver un poquito decidí que una manera de reintegrarme en el medio era presentarme a este premio», relató.
Con El beato conquistó al jurado integrado por José Ramón González, director de la sección de Literatura del Ateneo de Valladolid; César Sanz, editor; Francisco Javier Pérez Fernández, escritor y ganador de la anterior edición; Miguel Ángel Rodríguez Matellanes, de la Editorial Algaida, y la periodista María Aurora Viloria. Ayer hablaba de cómo se sigue aferrando a la literatura, «en ella busco vivir más, robarle vidas a la muerte; con ella soy inquisidor en el siglo XVI, navegante en el XVII, hombre lobo en el XVIII... y así hasta cualquier personaje en el que me quiera convertir».
Afirma que mira con desapego los «protocolos» a los que le obliga la profesión de escritor, y se felicita de que en el mundo del libro «están triunfando las editoriales en las que decide el editor, no el comercial, las que publican textos para que el ser humano se reconozca en ellos».
El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, se congratuló de que «este premio disfrute de enorme credibilidad en el mundo de las letras», y el presidente del Ateneo, Celso Almuiña, hizo votos por la continuidad del Premio Ateneo. «Tiene una larga tradición que hay que seguir consolidando. Como ha dicho Alfredo Conde, este es un premio para escritores escritores; espero que el libro que publique Algaida sea un éxito editorial».
El presidente del jurado, José Ramón González, destacó la capacidad de crear en El beato «un mundo imaginado en el México del siglo XVI, donde el protagonista convive con aventureros, soldados y frailes que interactúan con los indígenas».
La velada se iba a celebrar inicialmente en los jardines de la Casa de Zorrilla pero por la climatología finalmente se trasladó a la Casa Revilla, y estuvo amenizada por los instrumentos de Tuba&Bones, cuya música acompañó la lectura de un poema de José Zorrilla a cargo del anterior presidente del Ateneo, Ángel María de Pablos.
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