ELENA G. CASTAÑÓN
Viernes, 12 de septiembre 2014, 19:15
De improviso y en el campo. Así es como le sorprendió a Francisco Javier Pérez (Zamora, 1970) la noticia de que había ganado el Premio de Novela Ateneo Ciudad de Valladolid, al que optaban 14 obras de Castilla y León, siete de Sudamérica y otras tantas provenientes de lugares como Jerusalén, Baltimore (EE UU) o Windsor Gardens (Australia).
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El jurado, presidido por José Ramón González, falló ayer el resultado de la 61 edición del certamen, decidiendo que la obra de Pérez, Violín negro sobre orquesta roja, resultara vencedora. «Me encontraba en el campo porque me dedico al turismo rural, así que cuando me llamaron no estaba. He quedado fatal», bromeaba el escritor zamorano afincado en León. Pérez asegura que «no contaba para nada con este premio», aunque confiesa sentirse «tremendamente contento».
La novela galardona, Violín negro sobre orquesta roja, expone en sus páginas, a medio camino entre la narrativa histórica y el suspense, el episodio conocido como la Gran Purga, ocurrido entre los años 1936 y 1938 y que designa a las campañas de represión y persecución política llevadas a cabo por el gobierno de Stalin ante la amenaza de un golpe de estado contra el régimen soviético. Pérez consideró que la novela «no tendría demasiado éxito, porque no habla de un tema muy popular», a pesar de que afirma que los acontecimientos narrados en Violín negro sobre orquesta roja pueden extrapolarse a la actualidad. «El régimen soviético cayó, pero dejó restos. En lugar de mirarnos tanto el ombligo deberíamos reflexionar sobre la historia», apunta el escritor, quien expone que «los actuales problemas en Ucrania derivan en gran parte de estos conflictos iniciados en el año 1936».
Vigencia histórica
El autor reflexiona en su obra sobre «el miedo de los dictadores a un golpe de estado» que suponga su caída del poder, al tiempo que precisa que el pasado mantiene su vigencia en distintos aspectos de nuestra actualidad a pesar del paso del tiempo. «Enterramos las dictaduras, pero no sus instituciones», asevera Pérez.
No se trata de la primera ocasión en la que el escritor zamorano recibe un galardón. En el ámbito novelístico, La crin de Damocles le valió el Premio Azorín en el año 2006, de la misma manera que con No malgastes las flores obtuvo el Premio de Novela Corta El Fungible en 2009 y con El secuestro del candidato, el Premio Ciudad de Badajoz en 2011. Respecto al galardón otorgado por el Ateneo Ciudad de Valladolid, Pérez tiene claro dónde reside su importancia. «El valor de este premio tiene que ver con el momento en el que lo gano, en un 2014 en el que ser escritor es, más que nunca, una profesión arriesgada», apunta Pérez. Se refiere a la crisis económica general y, en particular, a la que atraviesa el sector literario, en el que «premios como este son como encontrarse una botella de agua en el desierto de Arabia».
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El próximo 18 de septiembre, el escritor recibirá el premio en la Casa de Zorrilla, que incluye la publicación de la novela por la editorial Algaida y una dotación económica de 20.000 euros. Para Pérez, «sabe mejor publicar la obra para salir del agujero y seguir trabajando. El deseo de seguir es lo más importante», sentencia satisfecho el escritor.
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