Una de las alegorías de Martí y Monsó que lucía la biblioteca del Calderón

Vuelva usted con el próximo alcalde

La restauradora Carmen Santamaría intentó devolver unas pinturas de Martí y Monsó que el Ayuntamiento de Valladolid llevó a su taller durante 50 años

Victoria M. Niño

Valladolid

Sábado, 6 de abril 2024, 00:17

«La paciencia es un requisito de este oficio», dice Carmen Santamaría, restauradora que se jubiló hace tres años. Y paciencia tuvo durante el medio siglo en el que acudió al Ayuntamiento en cada cambio de corporación. El mensaje siempre era el mismo: «tengo en ... mi taller unas pinturas de Martí y Monsó que son suyas». Fueron llevadas al taller de su padre en 1972 para que las restaurara y allí permanecieron, en un limbo administrativo que ha durado hasta 2023.

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«Entonces el Teatro Calderón era de Caja España. Le solicitaron a mi padre la restauración de las pinturas de Martí y Monsó, unos lienzos de las semicúpulas de la biblioteca del teatro, y le pidieron que fuera rápido. En medio, el Calderón se vende al Ayuntamiento que hace inventario y al no estar las pinturas en su sitio, no aparecen en la lista», explica Carmen Santamaría. «Me mandaba mi padre ir al Ayuntamiento a explicar el caso con cada nuevo equipo. Llegaron a decir que no existían porque no figuraban en el inventario. María del Amor Calleja (por parte de Caja España) escribió una carta al Ayuntamiento certificando su existencia, pero los funcionarios, ni caso. Y eso que estaban documentadas con una foto».

«Con Bolaños, nada. Cuando estaba de concejala Cristina Agudo me reprocharon que por qué no había dicho nada antes y les contesté que estaba dicho varias veces. María del Castañar también vino al taller a ver las pinturas. Le pareció todo muy bien pero cuando le hablé de gastos –llevaba incluyéndolas en el seguro del taller desde 1972– aclaró que si había que poner dinero (suma simbólica), nada. Todos las ojeaban y, luego, si te he visto no me acuerdo».

No fue hasta que Eduardo Pedruelo, director del Archivo Municipal, se interesó en 2022 por el caso cuando «llegó la cosa a buen puerto. Entonces vinieron Ana Redondo, Chema Viteri y Gloria Reguera a verlas y se llegó a un acuerdo», cuenta Santamaría que siempre quiso que se quedaran en la ciudad. «Las podía haber vendido, pero creo que tenían que estar aquí». Su forma combada ha dificultado su conservación, pero los alumnos de la Escuela de Arte las han restaurado.

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Carmen es la doradora que recuperó un par de espejos del salón del Calderón. Se formó en Madrid y en Florencia. Tras una vida «casada con mi trabajo», lo dejó a los 69. «He podido vivir de la restauración. Hubo unas décadas muy buenas, en los ochenta con las exposiciones de patrimonio de Caja Popular, Jesús Urrea me traía las piezas para limpiar antes de exponer. La gente compraba muchas antigüedades que había que restaurar. También obras de Ángel Díez, el escultor de las figuras de la estación de El Norte o 'La buenaventura', en Caballería». Aún hoy va a las exposiciones del Palacio de Villena o pasa por algunas iglesias y le emociona «ver las obras que he restaurado. Tienes unas especie de rayos x en los ojos que te hacen detectar enseguida si el trabajo está bien o mal hecho».

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