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Las tres recomendaciones literarias de la semana. El Norte
La vida literaria de las estrellas: Julio Iglesias, Xavier Gugat, James Dean y Marilyn en las librerías
Los libros de la semana

La vida literaria de las estrellas: Julio Iglesias, Xavier Gugat, James Dean y Marilyn en las librerías

Tres nuevos títulos exploran las luces y sombras de grandes artistas, en obras firmadas por Jordi Puntí, Ignacio Peyró y Oriana Fallaci

Víctor Vela

Valladolid

Sábado, 1 de marzo 2025, 08:30

Son estrellas rutilantes, que brillan (o han brillado) en el mundo del espectáculo. Cantantes como Julio Iglesias, músicos como Xavier Cugat, actores como Audrey Hepburn, Marilyn Monroe, James Dean. Sus vidas, como dice el tópico, darían para muchos libros. Pero, de momento, nos quedamos con estos tres. Son tres novedades recién llegadas a las librerías, y que repasan (con una riquísima mirada literaria) la vida de un puñado de grandes estrellas del siglo XX (y parte del XXI).

'El español que enamoró al mundo', Ignacio Peyró.

«Si quería ser una estrella, lo primero era comportarse como tal» (134)

  • 'El español que enamoró al mundo'. Ignacio Peyró.

  • Libros del asteroide. 320 páginas. 20,95 euros.

Hace años que Julio Iglesias decidió que no se volvería a subir al escenario. Años que no sonríe en la portada del '¡Hola!'. Años que no concede entrevistas. Y años, también, que ese tipo que triunfó a lo grande se convirtió en carne de meme. Hay una generación que lo conoce por las bromas de móvil y no por sus apabullantes éxitos en el mundo de la música. Durante los años 80, su fortuna estuvo entre la de los diez artistas más ricos del planeta. Ha sido el español más conocido del siglo XX. Cuando los artistas latinos conquistaron EE UU, él ya estaba allí. Lo cuenta Ignacio Peyró en 'El español que enamoró al mundo', una biografía de Julio Iglesias que, en breves textos como postales, traza el trayecto vital de un cantante que vendió millones de discos, se codeó con presidentes de decenas de países y tuvo una gira mundial patrocinada por Coca Cola (mientras la Pepsi apostaba por Michael Jackson).

El libro se disfruta, primero, por su estilo. Peyró es divertido, ocurrente, con la comparación ingeniosa siempre a punto y unos aires de oralidad que te llevan en volandas hasta el punto final. Pero, además, su trabajo explora la vida de Julio Iglesias sin evitar las sombras (sus líos de faldas, sus chanchullos fiscales, sus fiascos musicales, que alguno hubo). Y, sobre todo, regala muchos chascarrillos y repasa los momentos clave de la biografía de un cantante de éxito internacional. Por ejemplo, que no fue un accidente de tráfico lo que le retiró del fútbol (iba para portero del Real Madrid), sino un tumor en la médula ósea. Que su padre lo envió a estudiar inglés a Gran Bretaña y que fue allí, en los bares, donde comenzó a cantar y conoció a su primera novia, Gwendoline. Que fue casi de chiripa lo que le llevó a cantar en el festival de Benidorm que catapultó su carrera. Que allí le cosieron los bolsillos de la chaqueta para que no metiera en ella las manos. Que su padre, secuestrado por ETA, se olvidó en el zulo la dentadura postiza, que luego recuperó un periodista de Interviú. Que la madre, doña Charo, pidió al cura que bendijo su casa de Miami que echara doble ración de agua bendita en el cuarto donde su hija llevaba a amantes y queridas.

'El español que enamoró el mundo' es un festival de anécdotas y curiosidades en torno a Julio Iglesias que, además, están escritas con un finísimo sentido del humor. Solo un pero. Después de dos puntos, las citas entre comillas comienzan con mayúscula.

'Confeti', Jordi Puntí

«Que la felicidad no te pille con cara de tonto, porque eso querrá decir que no estás acostumbrado a ella» (152)

  • 'Confeti'. Jordi Puntí.

  • Anagrama. 408 páginas. 22,90 euros.

El gran protagonista de 'Confeti' parece Xavier Cugat. El músico catalán, que de niño emigró a Cuba (en 1905) y luego a EE UU, se convirtió en uno de los grandes animadores de las fiestas de alto copete en Los Ángeles y Nueva York. Impulsó la primera película sonora en español, fue el primer español con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, publicó decenas de discos, fue estrella de la radio, triunfó en televisión y su imagen con un chihuahua en brazos se hizo famosa en el mundillo de la farándula. Su orquesta era la salsa de casi todas las fiestas. Y él, era un tipo que no dudó en redibujar su vida para alimentar el 'show'. Tenía Cugat «un instinto del espectáculo a toda costa» (58), era «un maestro del autobombo» (99), «necesitaba reinventarse constantemente» (209). Y todo esto lo cuenta (y aquí está el gran hallazgo del libro) una «mosca en la pared» que siempre estuvo allí, observándolo de lejos, pero a su lado.

El narrador de 'Confeti' es un periodista de 103 años años que cubrió los años dorados de Cugat y que, a fuerza de contar sus logros, incluso consiguió introducirse en ese mundillo del espectáculo frenético en el que estaba inmerso el español. Este narrador otorga vuelo literario a una biografía que toma cuerpo de ficción. Si Cugat era aficionado a la invención y la exageración (la Galería de los Recuerdos Inventados, la llama el narrador), 'Confeti' se convierte en novela para contar una vida real. Y esto lo dice, a través de sus personajes, el propio Puntí al principio del libro. «El cuarenta por ciento de la vida humana es una ficción. Una mentira, una entelequia. Una pirueta de la imaginación, si se quiere. Una novela. Una broma» (19). Porque la vida no está solo hecha de la realidad, de lo que nos sucede. En nuestra vida, tienen un papel fundamental nuestros sueños, los deseos, lo que imaginamos y anticipamos, lo que creemos que sucederá, los agravios que nos inventamos y los amores en los que queremos creer. La ficción es parte fundamental de la vida. Eso nos lo cuenta este narrador de 103 años quien, además, subraya otro de los grandes temas de 'Confeti': la fugacidad de la vida. Todo esto pasará, tanto lo bueno como lo malo. «¿De veras viví todas esas cosas que me vuelven de pronto a la mente? Las risas de los amigos, los abrazos de los amantes, las canciones que escuchábamos y bailábamos de madrugada, el confeti que nos encontrábamos en los bolsillos al dia siguiente, como migajas de felicidad. ¿Hasta qué punto no serán también una invención los recuerdos que han sobrevivido?» (114).

'Tan adorables', Oriana Fallaci

«Cuando un actor fallece, hay un momento de dolorosa consternación y ya está. Se deja enseguida de hablar de él. Las películas se retiran de las carteleras: a la gente no le gusta ver a alguien muerto en la pantalla. Es mejor reemplazarlo por alguien que quizá sea menos atractivo, pero que esté vivo y respire» (37)

  • 'Tan adorables'. Oriana Fallaci.

  • Alianza. 336 páginas. 23,95 euros.

Entre 1954 y 1959, la periodista italiana Oriana Fallaci publicó en la revista 'L'Europeo' una serie de perfiles y reportajes en los que recogía la falsa sensación de glamour del Hollywood de la época. Las estrellas sonreían en la pantalla mientras que sus vidas eran un cóctel de rodajes, amores, desenfreno y soledades. 'Tan adorables' reúne estas piezas periodísticas de hace casi 70 años por las que se pasean Sofia Loren, Brigitte Bardot, Ingrid Bergman o Errol Flynn. Pero la mirada de Fallaci se detuvo, sobre todo, en cuatro intérpretes, protagonistas de los reportajes más amplios. El más extenso es el dedicado a James Dean. Fallaci suele empezar sus perfiles con un capítulo concreto en la vida de los actores para luego reconstruir sus vidas desde la infancia. En el caso de Dean, el detonante, claro, es el accidente de tráfico en el que perdió la vida... y en el camino hasta aquí nos desvela que, curiosamente, Dean siempre tuvo como objeto preciado (como amuleto tal vez) un volante que le acompañó en todas sus mudanzas. La primera la hizo de muy joven, cuando murió su madre y lo llevaron a vivir a casa de sus tíos. El futuro actor, pelirrojo y miope, con una necesidad nunca satisfecha de cariño, solía vestir siempre con pantalón blanco y jersey sucio. «¿Para quién voy a ponerme guapo si nadie me mira?» (57), se preguntaba antes de que millones de miradas se fijaran en él. Eterno inseguro, cuenta la periodista que las malas noticias le hundían, que los momentos de felicidad eran exultantes. Y en ese doble filo se movía un actor atormentado que acabó muerto por exceso de velocidad.

Además, de Dean, está Ava Gardner, quien muy pronto descubrió que para triunfar en el cine «más importante que una buena película era un buen reportaje». Fallaci repasa el historial matrimonial de la Gardner, con paradas especiales en su segundo marido, Artie Shaw (un clarinetista que le obligaba a leer, sola en casa, 'La montaña mágica' o 'Guerra y paz') y, sobre todo, Frank Sinatra. «He envejecido en una habitación que tenía las paredes de cristal», dijo Gardner sobre su exceso de exposición mediática. Audrey Hepburn evitaba también precisamente los focos. Pero los mejores textos son los que Fallaci dedica a Marilyn Monroe. La estructura de su perfil es fantástica, ya que la periodista cuenta las aproximaciones fallidas a la actriz. Desde su viaje a EE UU para conocerla (removió cielo y tierra y no lo consiguió) hasta su entrevista con Arthur Miller (marido de Marilyn) en una casa en la que ella no estaba. El libro es una delicia para los amantes del Hollywood clásico y una lección sobre cómo hacer crónica de sociedad de modo elegante y con altísimo valor periodístico y literario.

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