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Los personajes femenino se hacen poderosos en las tres recomendaciones literarias de esta semana. Libros del Asteroide rescata para el mercado español 'La distancia que nos separa', una de las primeras novelas de Maggie O'Farrell, escrita hace veinte años. Anagrama publica la historia de María Cristina, la mujer más bella del mundo. Y Alfaguara se hace eco de 'El rumor', con cuatro mujeres protagonistas que comparten un misterioso vecindario.
'La vida íntima' Niccolò Ammaniti
Anagrama 312 páginas. 20,90 euros
«¡Cuántas veces en la vida nos vemos tan cerca de la verdad que sentimos que podemos alargar la mano, cogerla y encerrarla en el puño como si fuera una mariposa! Y, sin embargo, damos un paso atrás convencidos de que entre los pétalos de colores se esconde el horror de unas antenas, de unas patitas de mosca, de una trompa de mosquito» (257)
María Cristina Palma es la mujer más bella del mundo. Así lo ha decidido una de esas revistas de tendencias con más influencia que lectores. Está casada con el primer ministro de Italia y siente que su vida se ha convertido en un «mero instrumento propagandístico» (18), que todo lo que hace es analizado por ese «mundo paranoico de las estrategias de comunicación» (102). Si habla, lo que diga puede ser utilizado en contra del Gobierno de su marido. Si se cambia el peinado, los asesores temen que pueda estar mandando señales políticas. Y sin duda, el nuevo look será tendencia en las redes sociales. Así que María Cristina está encerrada en una vida encorsetada entre lo que no le dejan hacer y lo que no se atreve a llevar a cabo. Hay varias imágenes a lo largo del libro que nos muestra esta jaula de María Cristina. La más evidente es la del dedo del pie destrozado cuando le cae encima un peso de los que usa para hacer ejercicios. El dedo le duele horrores, está cada vez más morado, la uña a punto de caerse... pero ella debe ponerse un zapato de tacón que le provoca todavía más dolor para presentarse así en una recepción junto a su marido.
Así empieza esta historia, pero, a lo largo del libro, María Cristina se quitará el zapato (76) como prueba de rebeldía. Lo hace cuando se encuentra con Nicola, un antiguo novio al que no veía desde hacía veinte años, y queda con él para cenar, rompiendo con toda la agenda que tenía programada como mujer de un político. Pero hay más símbolos de esa ruptura de cadenas: el corte de pelo, saltarse la dieta vegetariana, bajar por una chimenea embadurnándose de hollín. Son pequeños gestos con los que María Cristina empieza a descubrirse a sí misma, después de años con los sentimientos narcotizados.
Primero, porque no quiso afrontar el dolor que supuso las prematuras muertes de su madre y de su hermano. Segundo, por todas esas barreras impuestas desde la política. Pero ahora, ha llegado el momento de ser ella misma. Aunque para ello tenga que hacer frente a una amenaza: un vídeo sexual de hace años que puede explotar en plena campaña electoral.
Ammatini ha construido un divertimento que presume de ligereza, pero que hurga en las miserias de una sociedad movida por las apariencias, los eslóganes, la vida convertida en filtro de Instagram. Y esa sensación de que cada vez es más difícil vislumbrar la verdad en un mundo de estrategias y amenazas veladas. ¿De quién fiarse? ¿En quién confiar? ¿Puedes estar segura de que quien te quiere te protegerá, de que quien te chantajea te quiere?Sobre eso habla esta novela en la que el autor recurre al truco de asomarse de vez en cuando a la historia (presenta a María Cristina como «nuestra heroína») como un recurso para quitar solemnidad a lo contado y empatizar con el personaje.
«Lo importante no es saber las respuestas, sino saber esquivar las preguntas» (105), le aconsejan a María Cristina cuando tiene que decidir si acude a un programa de televisión donde, por primera vez en años, le van a entrevistar. Y en la duda de si debe ir o sobre qué hablará, la protagonista descubrirá que ha de perder el miedo de expresar sus sentimientos, que hablar y desnudarse (en este libro, en sentido literal) es una vía para no tapar ni dolores pasados ni mentiras presentes.
'La distancia que nos separa' Maggie O'Farrell
Libros del asteroide. 344 páginas 22,95 euros.
«Si uno se aleja lo suficiente, es posible que no vuelva a encontrarse a sí mismo» (19)
El esquema de la comedia romántica está tan manoseado que es difícil que nos pille por sorpresa. Estamos tan acostumbrados a los tópicos que lo raro es que alguno no aparezca. Y en las páginas finales de 'La distancia que nos separa' están todos. O casi. Si no estás habituado a las reglas del género, mejor no sigas leyendo. Pero si sí que lo estás, quizá no te extrañe lo que sigue. La chica cree que el chico se ha acostado con otra. La chica sale corriendo. El chico la busca. Una cómplice empuja a la chica para que se produzca el reencuentro. Ese reencuentro llega por casualidad. El chico corre bajo la lluvia. Y comieron perdices. Nada nuevo bajo el sol. Es extraño que Maggie O'Farrell, con quien tanto disfrutamos en 'Hamnet' o 'El retrato de casada' se entregue tan apasionadamente a los clichés. «Tienes que venir (...) Porque si no tendré que pasarme la vida buscando a otra como tú. Y no creo que exista» (323). Y a partir de esta frase, ya en el tramo final, todo parece visto en otros libros y películas. Es verdad que esta novela que ahora recupera Libros del asteroide fue escrita en 2004, cuando O'Farrell empezaba carrera literaria. Quizá por ahí pueda perdonarse el rosario de tópicos.
Pero, para compensar, está el modo en el que la autora juega con la trama, cómo despieza el tiempo de la novela y retiene, hasta la página 300, el gran misterio de esta historia. Desde la primera parte, sabemos que Stella y Jake van a terminar encontrándose. Aunque en esas primeras páginas estén a miles de kilómetros de distancia. Con pasajes alternos, a una velocidad de vértigo, conocemos a los protagonistas.
Ella trabaja en Londres, en un programa de radio nocturno, y un día decide desaparecer para alejarse de su hermana Nina y de un fantasma que le persigue: el rostro de un hombre que le atormenta desde que tiene ocho años y que de vez en cuando cree ver en otros hombres. Él vive en Hong Kong. Es hijo de Caroline y de un tipo al que su madre conoció un viaje y del que nunca más volvió a saber. En la noche del fin de año chino, Jake queda con una amiga y con Mel, la chica con la que sale desde hace año y medio. Hay un accidente. La amiga muere. Mel está muy grave en el hospital. los médicos le dicen que no llegará a mañana y esta le dice a Jake que no quiere morir sin antes casarse con él.
A partir de aquí, seguimos a Stella y Jake en una historia que explora el peso de la familia, cómo la culpa (muchas veces sentida de modo injusto) puede condicionar nuestra vida e hipotecar nuestro futuro. Stella y Jake son dos personajes que siempre se han sentido ajenos en su entorno y que escapan de aquello que los aprisiona y para romper con/encontrar sus raíces. La historia, sí, bebe (y en el tramo final se emborracha) de las fuentes de la comedia romántica, pero O'Farrell tiene la destreza de hacer avanzar la historia desde puntos de vista complementarios, que hacen que la lectura sea no solo interesante, sino también muy apetecible.
'El rumor'. Ashley Audrain.
Alfaguara. 336 páginas. 22,90 euros.
«Increíble lo que te enteras de la vida de la gente cuando eres más o menos invisible. Lo que no quieren veas es lo que más los delata» (42)
Hay un algo de 'Mujeres desesperadas' en esta novela. No el humor, pero sí ese escenario de urbanización que parece apacible y que, en realidad, oculta muchos secretos. Y sí, aquí las protagonistas son cuatro mujeres que además son vecinas. Todo gira en torno a Whitney, una madre que es mirada con sospecha porque su hijo ha sido hospitalizado después de que se cayera por una ventana de su casa. El rumor de que tal vez no fue un accidente se alimenta porque días antes, durante una fiesta, Whitney gritó de forma desmesurada al chaval. Enfrente vive Blair. Parece su mejor amiga, si no fuera porque cuando Whitney no está se cuela en su casa para rebuscar en los cajones y espiar. Está Rebecca, una médica que no puede tener hijos. Y Mara, una anciana de ascendencia portuguesa que también vive un conflicto vinculado con la maternidad. Este es el hilo que conecta a esta cuatro mujeres en una historia que reproduce ese estilo cotidiano de las novelas anglosajonas con el que no termino de conectar. Hay una tendencia a las historias que parecen cotidianas hasta que una desgracia las trastoca y, a partir de ahí, todo son secretos desvelados, traiciones de telefilme, personajes en apariencia centrados y que luego ocultan extrañas tendencias obsesivas. Esperaba, sinceramente, otra cosa de esta historia donde tal vez lo más relevante lo encuentro en la página 204. Allí se habla de cómo nos puede cambiar la vida en tan solo un segundo: basta con la decisión que tomemos en ese momento. Y, especialmente, se cuenta cómo hay personas enganchadas a esa posibilidad de que todo cambie. Por ejemplo, esos que guardan un billete de autobús a mano por si, en cualquier momento, hay que escapar. Pese al giro final, pocas sorpresas.
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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