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Ana Vega Burgos. EUROPA PRESS
Ana Vega Burgos, en las orillas de la noche
Al pie de la letra

Ana Vega Burgos, en las orillas de la noche

La poeta cordobesa recibe el XIX Premio de Poesía Carmen Merchán Cornello

Carlos Aganzo

Valladolid

Miércoles, 30 de noviembre 2022, 12:25

Dice Ana Vega que escribió 'Barras de luna', el libro con el que ganó el VIII Premio Internacional de Poesía José Zorrilla, en dos días «de paranoia», en los que la noche y los sonidos del jazz la obligaron a escribir versos que ella misma nunca imaginó. Después de aquella experiencia vallisoletana, la poeta de Villafranca de Córdoba no ha tardado mucho en publicar su segundo libro, también esta vez con premio. El XIX Premio de Poesía Carmen Merchán Cornello, que cada año se concede en Cazalla de la Sierra, una localidad blanca en el corazón de la Sierra Norte de Sevilla.

'Penélope a la orilla de la noche', que aparece con el número 10 de la serie Cuadernos de Poesía (o casi) de OMM Press, milita de nuevo en el mundo de lo oscuro, de lo secreto, de lo callado o lo soterrado. De lo que ocurre en las orillas del río de la vida cotidiana. Sin embargo no es, ni mucho menos, el fruto de un arrebato poético, sino más bien el producto de la destilación lenta de un sentimiento profundamente humano: el dolor ante la pérdida del amor. No solo el desgarro del desamor, es decir, de la caída desde las alturas del más alto predio del espíritu humano, sino también, en este caso, el vértigo, el miedo de no volver jamás a habitar un paraíso que creímos seguro, propio, extraordinario. Y que perdimos. Un paraíso, justo es decirlo, donde las rosas fueron rosas solo porque tuvieron espinas. Donde la visión de la belleza supo siempre imponerse a tiempo sobre cualquier otra visión.

«No galoparé más en pos de los diamantes negros», escribe Ana Vega en este libro pleno de nostalgias, poblado de brumas y atravesado de dolor de parte a parte. No caer de nuevo en la celada: quizás el único propósito posible después de haber comprobado cómo, después del amor desenamorado, queda «la entraña del alma expuesta como vísceras / en el desgarro frío de los escaparates que nos cercan». No volver a caer en las trampas del amor e incluso, a modo de subterfugio, intentar engañarse a uno mismo pensando que el amor fue ficción, que nunca llegó a ser lo que verdaderamente parecía: «Fingir que no te amé es el recurso, / el último recurso que me queda / para engañar mi orgullo y arribar a la playa / excusando la sal de mis heridas», escribe la poeta cordobesa. Rayo que no cesa, abeja que nos clava su aguijón en los labios, ficción de las ficciones que al final resulta ser la verdad más profunda del ser humano.

Educadora infantil, bibliotecaria y promotora de igualdad, incansable organizadora de encuentros de poesía y talleres de teatro y animación a la lectura, Ana Vega da un paso más en su carrera poética con este libro escrito «de piel adentro». Cerca de la herida interior. Lejos, por cierto, de toda corriente al uso.

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