Guillermo Lorenzo y Javier García Rodríguez, en la Feria de Gijón la pasada semana. Claudia García Morán

El vallisoletano que publica los libros que otros rechazan

Javier García y Guillermo Lorenzo, profesores de la Universidad de Oviedo, dirigen la 'La cadena trófica' para los sellos Eolas y menoslobos

Victoria M. Niño

Valladolid

Sábado, 24 de junio 2023, 00:19

Un albergue para libros rechazados por otras editoriales, ese es el espíritu de 'La cadena trófica', colección que dirigen Javier García Rodríguez y Guillermo Lorenzo. Apuestan por la renovación formal y la creatividad, por «alocada» que parezca, y no distinguen entre ficción y no ficción.

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Los requisitos para admitir originales conforman su manifiesto. Si su libro ha recibido respuestas como «está sin terminar», «es demasiado raro», «esta obra no tiene ni pies ni cabeza», «demasiado arriesgada», «no venderíamos un colín», «¿de verdad es una novela?», «es mala: estás todo el rato esperando que pase algo y solo pasa un cartero», «no publicamos relatos que no tienen un hilo conductor» o «no hemos entendido nada y mira que no la hemos leído», este es su sitio.

«No le tememos a la sintaxis como no le tememos a la vida. Hemos venido a divertirnos, el argumento nos da igual», proclaman los dos profesores de la Universidad de Oviedo a los que la editorial leonesa Eolas publicó sendos ensayos sobre series y música. Entonces, el editor, Héctor Escolar les tendió el guante para que dirigieran un colección y es esta que comparte con el sello menoslobos.

«Era casi nuestra obligación amoral, pensar en textos que no tienen cabida no ya en las editoriales 'mainstream', sino en las independientes que arriesgan 'ma non troppo'. También nos comprometemos a que haya un 'feed-back' con los autores. En tres meses les decimos sí o no. Incluso llegan cosas tan buenas que les animamos a que lo intenten sellos que trabajan esa línea», explica el vallisoletano Javier García, especialista en Teoría de la Literatura.

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Colección lúdica

«No entendemos por qué se le quita la ilusión a la gente. La creación es otra cosa», añade el también escritor. «Le hemos llamado 'La cadena trófica' porque recogemos lo que otros rechazan y genera alimento para el resto. Cada editorial tiene sus principios, su criterio y su planteamiento económico, no es reprochable. Pero nos consta que muchas se descolocan ante determinadas propuestas y que tiene poca capacidad para reaccionar. Confían en el argumento, en el género. Nosotros buscamos lo que tiene algo de extraordinario, porque la literatura se ha hecho de excepciones. No es una colección intelectual sino lúdica».

Yentre sus primeros títulos excepcionales está 'Fanta Naranja Limón', de Gonzalo Yut. «Un libro que plantea por primera vez la cuestión de la homosexualidad en el mundo del fútbol, en el Barça de los años setenta. Está basada en una historia real. Es un texto precioso, técnicamente muy potente, un puzzle de voces que acaba colocándose en una obra de teatro». Otra excepción es 'Glifo', de Percival Everett. «Es una autor muy conocido, finalista del Premio Booker, que ha sido editado por Blackie Books y De Conatus, pero rechazaron este título». La portuguesa Patrícia Portela y la murciana Inés Belmonte serán las siguientes. «Queremos lanzar cinco títulos al año, al menos uno traducido», dicen los directores de esta «colección con incierta fecha de caducidad».

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