Óscar Esquivias sitúa su 'Trilogía dantesca' en Burgos, cuya catedral tiene un importante papel. R. Ordóñez

Tour literario por Castilla y León

Carmen Martín Gaite, Óscar Esquivias o Miguel Delibes son algunos de los autores que han llevado sus ciudades a la novela

Victoria M. Niño

Valladolid

Viernes, 22 de abril 2022, 00:11

Lo primero que pensé al llegar fue que Machado y Unamuno eran turistas que conocían Castilla solo en verano». Así describía Bernardo Atxaga su llegada a Villamediana, el pueblo palentino donde escribió 'Obabakoak', rodeado del verde rabioso del cereal en primavera. El azar llevó al guipuzcoano a elegir ese municipio, cerca de la autovía que le unía con su gente, y desmitificó la Castilla amarilla de la Generación del 98.

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Región de retiro, región de paso, para oriundos y foráneos. Hay escritores que la han utilizado como trampantojo de su literatura, otros la han convertido en personaje y unos pocos han vaciado su pluma en el intento de entender la inmensidad de un paisaje vacío en el que resuena cada vez más lejano el eco de la historia.

La tierra en la que nacieron la Celestina y el Lazarillo, donde Quevedo penó su verbo lenguaraz, en la que Teresa Sánchez y Juan de Yepes hicieron de la poesía un vehículo divino, donde Bécquer subió al monte de las ánimas y Machado encontró el amor dos veces, ha mantenido su ascendente paisajístico e histórico en la literatura más cercana.

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Antes de iniciar el tour, no está de más una mirada general a la comunidad desde las 'guías espirituales de Castilla' que propusieron dos directores de esta cabecera en tiempos bien distintos. La primera es de Federico Santander (años veinte) y la segunda de José Jiménez Lozano (1984, primera edición de Ámbito). Ambos escritores indagan en la Castilla pretérita desde la tienen delante. Lozano «ata cabos en el tejido histórico y espiritual» de la 'capilla sixtina' de Baudelio de Berlanga, los románicos de piedra y de ladrillo (cristiano y mudéjar) o la huella hebrea en hábitos y juderías. Otro libro que adoba la geografía con historia y literatura es 'Corazón de roble' (Junta de Castilla y León), de Ernesto Escapa, quien reocrrió la cuenca del Duero, eje vertebrador, desde Urbión hasta Oporto.

Tierra de Campos a dos voces

Si el tópico del trigo amarillo domina la referencia castellana, la comarca que lo alimenta es Tierra de Campos. En 1966 un joven Jesús Torbado emprendió el viaje por aquella comarca extendida por cuatro provincias que devino en 'Tierra mal bautizada' (Seix Barral, Ámbito). Cinco décadas antes de la exitosa cuña 'la España vaciada' describió lo que ha abundado con el tiempo. Curiosamente fue Camilo José Cela, director de Alfaguara, quien le sugirió la idea pero el resultado no pareció gustarle para su 'guía literaria de España'. El escritor leonés dejó un testimonio crudo del abandono, la despoblación y la resignación que crecía en las lindes de la concentración parcelaria y terminó por llenarlo todo.

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Hace apenas un año, otro escritor viajero, asturiano afincado en Valladolid, Jorge Praga, publicó 'Tierra de Campos infinitamente' (Difácil). Mismo territorio, distinto tono. Quizá porque el aliento de un físico es distinto al de un periodista, por mucho que Praga haga uso del reportaje de citas. Esta otra joya no denuncia sino que busca lo excepcional en el rastro humano; la joven licenciada que ha vuelto para hacerse cargo de la explotación agrícola familiar, el agricultor melómano que acomoda temporada sinfónica y operística con el calendario del campo, el bar con carteles musicales inusitados en ese paisaje.

Otra comarca bien distinta, la de la Sierra Cebollera, entre Soria y La Rioja, es el paisaje de 'Volver al mundo' (Anagrama), novela de J. A. González Sainz. Esa vida que quiere recuperar el título sucede en Almarza. Sin ser una historia localista, sí apunta el vínculo con el terruño, con la existencia que hubiera podido ser en dicho lugar. Este mismo autor abordó años después, en 'Ojos que no ven' (Anagrama), la emigración económica y sus consecuencias en una familia. También soriano es el poeta Fermín Herrero que lleva los paisajes de las Tierras Altas a haikus y versos libres.

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Aquella prosa de González Sainz ha sido emparentada con el simbolismo de Benet, el ingeniero que proyectando el embalse del Porma en León creó un universo literario llamado Región. El territorio literario asentado alrededor de Villablino más actual sea el creado por Luis Mateo Díez. 'Celama (un recuento)' (Alfaguara) reúne historias del leonés que transcurren en esa comarca tras una trilogía dedicada a ese mundo. Merino, Llamazares, Aparicio o Elena Santiago también traslucen en sus obras la huella leonesa.

'Calle Feria' (Algaida), 2006 Premio Ciudad de Salamanca, fue la primera novela del hasta entonces poeta Tomás Sánchez Santiago. El escritor recrea la vida en su villa en los años cincuenta y sesenta a partir del comercio en su calles. La ciudad de provincias como muestra de botón de la España del momento, los versos de León Felipe para recordar el exilio y el pensamiento de García Calvo, la resiliencia.

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La vecina Salamanca tiene en 'Entre visillos', de Carmen Martín Gaite, su narración de posguerra. La joven escritora retrató las inquietudes de su generación en el estrecho margen que le dejaba el conservadurismo circundante. Durante sus estudios universitarios visitó Coimbra y Cannes y decidió que no quería vivir en su ciudad. Quien desde Madrid añoró su tierra y escribió la sobresaliente novela 'Los túneles del paraíso' fue Luciano G. Egido.

El salmantino cuenta la historia del ferrocarril que unió su ciudad con Oporto y con Lisboa, desde la construcción de la vía de La Fregeneda en 1883 hasta su clausura, un siglo después. Hoy el camino de hierro es calzada de senderistas. Por su parte el profesor de la USAL Luis García Jambrina ha sembrado Salamanca con las 'rutas de los manuscritos', itinerarios de sus novelas históricas ambientadas allí.

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También el trabajo ha llevado a José María Pérez, 'Peridis', a imaginar sus novelas en la montaña palentina, la zona de influencia de la Fundación Santa María la Real, al frente de la cual estuvo tanto tiempo, y entre muros románicos. En su 'Trilogía de la Reconquista' se asoma a Carrión de los Condes y a San Salvador de Cantamuda. Su último libro 'El corazón con que vivo' (Espasa) es deudor de la línea de tren que une sus dos paisajes íntimos, Santander y Palencia.

Neorurales

Si Peridis se estrenó en la literatura con las novelas históricas, Delibes se despidió de ella con un viaje en el tiempo como no había hecho en medio siglo de escritura. 'El hereje' (Destino) gira en torno a Cipriano Salcedo y su participación en el conciábulo protestante de Valladolid. La historia de Cipriano puede seguirse en una ruta que transcurre por calles y plazas, algunas con el nombre de sus protagonistas reales. Alejandro Cuevas retrata en 'Mi corazón visto desde el espacio' (Menoscuarto) un barrio actual de Valladolid y la existencia precaria de un grupo de licenciados mileuristas atrapados entre las sucesivas crisis. A las afueras de la ciudad, Simancas fue el escenario de las aventuras de Leticia Valle, el perturbador personaje de Rosa Chacel, creado en el exilio.

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Volviendo a Delibes, la primera piedra en su camino de escritor, el que le valió el Nadal, fue 'La sombra del ciprés es alargada', que transcurría en la fría y plomiza Ávila. Sin embargo para su amigo Jiménez Lozano, que cuando era niño acudía a la ciudad desde su pueblo, Langa, en autobús con gasógeno, aquella era Constantinopla. Su libro para la colección 'Nuestras ciudades' de Destino pregunta a las piedras de la ciudad triste y acerca la poesía de Teresa, el escepticismo brillante de Jorge Santayana y la suspicacia clerical en torno al 'erotismo' que Enrique Larreta regaló a sus lectores en 'La gloria de don Ramiro', que transcurre en los alrededores de la catedral. Ávila también cautivó a la irlandesa Kate O'Brien quien en su 'Adiós España' (1937) dejó prueba de ello y volvió con cierta frecuencia al lugar.

Al igual que la capital abulense y la salmantina, Segovia es Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Frente al cosmopolita trasiego urbano, la tranquilidad rural de la provincia de cuya vida y proceso migratorio da cuenta Ignacio Sanz en buena parte de los cuentos de 'Voces remotas' (Valnera). Y la peripecia de un urbanita obligado a convertirse en neorural en un pueblo segoviano es el meollo de 'Los asquerosos' (Blackie Books), de Santiago Lorenzo.

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Última parada en Burgos. Mucho antes de que celebrase el centenario de su catedral y el suyo el Dante de la 'Divina comedia', Óscar Esquivias dedicó su trilogía dantesca a su ciudad. 'Inquietud en el Paraíso', 'La ciudad del Gran Rey' y 'Viene la noche' (Ediciones del viento). Las dos primeras suceden en Burgos y la tercera, la protagoniza un anciano burgalés que ha encontrado su sitio en el madrileño barrio de Estrecho, como el propio autor. Historia y ciencia ficción se mezclan en la prosa alegórica del Premio Castilla y León de las Letras.

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