Tomás Luis de Victoria regresa a sus orígenes

Todo vuelve al origen, donde el pequeño Tomás comenzó a cantar, en esa seo Christoph König, también niño coralista en Dresde, dirigió al Coro que lo grabó por primera vez en 1974. El festival, que ya no pudo llevar a cabo su novena edición por la pandemia y aún está a la expectativa de la situación para este 2021, rendía homenaje a esa formación vocal, una de las pocas profesionales en España, que celebraba sus 70 años, pionera en la recuperación del repertorio nacional.

Tomás Luis de Victoria es considerado el más universal de los compositores españoles y su producción, siempre sacra, es el eslabón de tránsito entre Renacimiento y Barroco. De hecho König destaca la «textura de su polifonía adelantada a su tiempo. Utiliza recursos que luego se verán en la ópera. Su música es vivaz, llena de colores».

Obra a seis voces, consta de diez secciones ya que el compositor añadió tres a las que habitualmente conforman una misa. König considera esta música un puente hacia la trascendencia porque aunque «la sociedad occidental vive en un estado de bienestar, sin embargo, no se ha saciado la sed espiritual».

El compositor abulense vivió en dicha ciudad entre 1548 y 1565. Luego en Roma, hasta 1585 para pasar sus últimos 25 años en Madrid. Arropado por los jesuitas en la Ciudad Eterna, De Victoria publicó allí su primera obra con 24 años y pronto encadenó un mecenas con otro , siendo el papa Gregorio XIII su gran benefactor, el que le procuró 200 ducados anuales para que pudiera dedicarse a la composición. Su catálogo coral se prolonga con algunas obras para órgano.

Actualmente el Festival Abvlensis avanza en la edición de todo el catálogo de este sacerdote compositor.