Secciones
Servicios
Destacamos
Han pasado 35 años desde que Margaret Atwood publicara la que sin duda (y esto antes de que una serie de televisión expandiera su conocimiento por el ancho mundo) es la novela más famosa de su autora. 'El cuento de la criada' pasa además por ... ser una de las mejores novelas distópicas del pasado siglo. Y es realmente una novela a la altura de la calidad de la escritora canadiense que a lo largo de su larga trayectoria (comenzó a publicar en 1969 y a día de hoy a sus 79 años sigue en activo) ha practicado casi todos los géneros y ha obtenido premios de todo tipo, incluido el Príncipe de Asturias de las Letras. 35 años después llega a las librerías la segunda parte de esa novela (¿de culto?) que ha conocido al menos una adaptación cinematográfica y ahora la bendición de HBO en forma de serial televisivo. Y lo primero que hay que decir acerca de esta segunda entrega en torno a la vida de las mujeres esclavas en la república teocrática de Gilead, titulada 'Los testamentos', es una recomendación: no tiene mucho sentido abordar su lectura sin antes haber emprendido la primera parte de la historia pues su dependencia es total. De hecho, 'El cuento de la criada' terminaba con un interrogante que un historiador experto en Gilead lanzaba al público asistente al congreso de estudios sobre un experimento de poder que se entendía había concluido, «¿alguna pregunta?».
Y sí, el lector de esa aclamada novela podía hacerse muchas en torno al futuro de su protagonista y del de ese experimento dictatorial, pero sus respuestas podían llegar o no sin que la calidad y la oportunidad de la narración se viera afectada. Margaret Atwood ha tardado más de tres décadas en contestar esas preguntas, sin que sepamos si cuando terminó el primer relato tenía intención de hacerlo. Lo cierto es que entre una y otra entrega ha publicado más de diez novelas, varios libros de poesía, amén de ensayos y otros trabajos como guiones, libretos y narraciones infantiles, conservando intacta la mirada feminista que impregna sus obras desde aquella primera novela, 'La mujer comestible'. Este lapso de tiempo es el que da pábulo a los que consideran que 'Los testamentos' forma parte de una operación de marketing y un guiño a los fans surgido a raíz de la serie. Lo cierto es que la nueva novela tendría sentido con o sin ese traslado audiovisual y que, aunque sea cansino repetirlo, la novela es novela y el telefilm es telefilm y las comparaciones en este caso no son objeto de este análisis.
Es innegable que 'Los testamentos' ha dado nueva vida a 'El cuento de la criada'. Si su publicación en 1985 tuvo el viento favorable e inevitable de los ecos orwellianos (se había sobrepasado la fecha mítica de 1984) lo cierto es que 35 años después mantiene su fuerza y su sentido. En un momento en que los neofascismos pugnan por ocupar puestos en las instituciones democráticas y los fundamentalismos religiosos salpican de sangre y terror por doquier la historia de la república teocrática de Gilead donde las mujeres han perdido por completo su libertad y son meros recipientes para la creación de nuevas vidas pudiera parecer un aviso para navegantes. Atwood demostró su capacidad para mantener el interés con una estructura de monólogo interior, en una atmósfera asfixiante y con pocas referencias al contexto. ¿Mantiene el nivel en 'Los testamentos'?
De entrada, mantiene el pulso de una escritora con oficio, que domina la estructura narrativa. Aquí la voz de la protagonista se ha multiplicado y son tres las mujeres que construyen el relato con sus testimonios: Tía Lydia, una de las fundadoras de la organización, una joven nacida en República de Gilead y otra que vive en el exterior ignorante de hasta qué punto está conectada con ella.
La lectura avanza con rapidez pues se mantiene el interés por el futuro del experimento y de sus víctimas, aunque para ello la autora recurra a una estructura de thriller que se hace más patente a medida que se progresa. Y en esa medida también se va afianzando la idea de que no estamos ante lo mejor de Atwood. Aquí se ha perdido introspección psicológica y algo de la calidad literaria de la primera sobre todo cuando aparecen lugares comunes que se perdonan por su capacidad para conservar en alto la intriga. Segundas partes no estuvieron al nivel de las primeras, pero, si se disfrutó con éstas, por qué no prolongar el disfrute.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.