![Recordar nuestra identidad por los oídos](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2024/01/24/alicornio-k9l-RVguGI3sJ2ZupvzQH18yImI-1200x840@El%20Norte.jpg)
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Parte de la identidad castellana resuena también a través de sus músicas tradicionales. Sin grandes autores, discográficas multimillonarias o macroconciertos que las hayan salvaguardado del paso del tiempo, rescatarlas hasta nuestros días ha sido labor encomiable e imprescindible de la Fundación Joaquín Díaz, a través del trabajo de numerosos recopiladores que, zona por zona, han conseguido traer hasta nosotros aquellas cancioncillas que entonaban nuestros ancestros en las fiestas, en las ceremonias religiosas, trabajando el campo o enterrando a sus difuntos. Pero volver a darles un sentido melódico es otro cantar. Alicornio es la agrupación creada por Carlos Martín Aires (1976) y Águeda Sastre Zamora (1987), dos vallisoletanos que se han dedicado a reinventar estas melodías en conciertos y, de momento, en dos discos: 'Sol de los soles' (2018) y 'Luna de mayo' (2022).
«La música estructuraba el calendario festivo y el laboral», explican. «Se utilizaba para trabajar, para dormir a los niños, para amenizar las fiestas del domingo o en todo tipo de ritos religiosos». Las vidas, comercios y costumbres de entonces demuestran que las similitudes musicales de las comarcas son mayores que las de las provincias: «Hay más diferencias entre Tierra de Campos y Tierra de Pinares que entre las zonas terracampinas de distintas provincias», explican.
La importancia de este patrimonio inmaterial habla, o 'canta', como pocas cosas de quiénes fuimos y, tal vez, de quiénes somos:«En otras zonas, como Galicia o Asturias, la música forma parte de la identidad de sus habitantes de una manera más evidente», señalan. En Alicornio se descarta que la labor de reinterpretar estos temas sea «un trabajo etnográfico» y, como buenos músicos, ponen parte de su alma, y de su corazón, en los temas que reviven, cien años después, para que vuelvan a ser escuchados por nuestros oídos.
«Aquellas melodías tenían una utilidad, y su espontaneidad no se puede recrear. Nosotros la subimos a un escenario y, aunque le intentamos dar un contexto, la vivencia no puede ser la misma». Águeda, de tradición musical clasica, revive a través de las cuerdas de su violín aquellas composiciones. Carlos, integrante también de los conjuntos de folk Vallarna y Atairaos, aporta su propia voz, guitarra y bouzouki. «Hemos intentado reunir canciones de gran variedad de géneros y que nos transmitiesen emoción, para nosotros poder devolverla, reinterpretada, en nuestras versiones».
'Sol de los soles' recopila en 18 temas mazurcas, corridos, rondas de quintos y danzas punteadas. En el disco destaca además el tema homónimo, que incorpora el susurro del hijo de ambos, Nicolás, y colaboraciones del propio Joaquín Díaz y la flauta de Carlos Soto. 'Luna de mayo', por su parte, incorpora nuevos instrumentos como la pandereta, la mandolina o la gaita, y recoge géneros como seguidillas, jotas, pasacalles o romances.«Nos gustaría que, quien nos escuchase, reconociera música castellana», coinciden: «Pero si queremos que de verdad vuelva a calar en la gente, hay que bajarla del escenario: que se baile en una fiesta, que se le cante en una nana a un bebé... Solo así volverá a formar parte de la vida de la gente». Solo así nos reencontraremos con nuestra identidad castellana.
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