Secciones
Servicios
Destacamos
Tienen en común que viven en Valladolid. También que comparten su fe en el poder sanador, salvífico, de la palabra. De la literatura. De la poesía. Y juntos, aunque cada uno con su voz personal, vienen a demostrar el excelente momento que vive nuestra ... poesía. Nuestra poesía publicada en forma de libro. Como una corriente segura en medio de la inquietante exuberancia digital.
Yolanda Izard presentará la próxima semana su último poemario, 'Lumbre y ceniza', publicado en la colección de poesía de Devenir, como flamante ganadora del Premio Internacional Miguel Hernández-Comunidad Valenciana. Un nuevo hito en la carrera firme de esta profesora, novelista, dibujante y maestra de escritura, que nunca se ha apartado de la poesía desde que publicó, en 1983, 'Reliquias del duende'.
Para justificar un libro como 'Lumbre y ceniza', tal vez bastaría con el largo, intenso poema que lo inaugura, en el que la escritora presenta con brillantez el territorio de su poética. Un territorio amplio, de muchos universos y muchas lecturas, pero ceñido también a unos contados principios esenciales: la poesía como rebelión, es decir, como defensa del hombre frente al mundo y frente al propio hombre. Y la poesía como belleza, es decir, como inspiración, como vibración maravillosa. Poesía, al fin, que no promete nada, «pero lo da todo». La metáfora mayor, por no decir la pura expresión del hombre mismo.
La elegía a la figura del padre desaparecido, con la que se abre la primera de las tres partes del libro, en realidad no es otra cosa que un pretexto para hablar sobre aquello a lo que inevitablemente nos obliga toda muerte cercana: sobre nuestra propia vida. La vida con sus miedos, su dolor, su extrañeza y hasta su rabia. Pero también con sus destellos, sus relámpagos, sus fulgores. La interminable refriega entre la luz y la oscuridad. ¿Puede la visión de la belleza acallar el desasosiego? ¿Puede el mundo de los sueños imponerse al de la vigilia? ¿Puede la memoria vencer a la muerte? Puede. Cuando se sabe de la existencia de la luz, ¿qué importa venir de la oscuridad, de los duelos, de la lluvia, de la incertidumbre, del llanto o de las sombras? Ésa es la lección.
También de la luz, de la luz del amor y de la palabra, nos habla Boris Rozas en su último libro, 'Idaho y el jardín de Ezra Pound', publicado por Eolas. Y lo hace culminando ese tono indiscutiblemente personal de su última poesía. Como buen borgiano, el poeta deja patente en este libro la doble fascinación de la que bebe su cultura, su poesía: la de la lengua española con la que escribe, y la de las grandes referencias anglosajonas que pueblan y desbordan nuestra cultura occidental. Sean aquí Ezra Pound o Robert Frost. Sean Derek Walcott o Bukowski. Da lo mismo. El escritor se sirve con soltura de cualquiera de las piezas de este inmenso pabellón literario para emprender su propio paseo existencial. Poeta en Central Park, el jardín también es en este caso una metáfora. Un pretexto para hablar de esas soledades, esas galerías que se localizan en el interior del poeta frente al ruido del mundo. Frente a la «tempestad diaria» y la «grisura de los otros».
Hay, sobre todas las miradas a los grandes escritores, un apego especial por el compromiso con la naturaleza de Whitman y de Thoreau. Por la desobediencia civil de los pequeños gestos cotidianos de aquellos que se empeñan en nadar contracorriente. Y hay también de fondo, como en los poemas de Kerouac, una maravillosa construcción fonética y musical que va desde la voz de Stevie Nicks, la cantante de Fleetwood Mac, hasta la de Gulaan, con sus estremecedores sonidos de Nueva Caledonia. Y por supuesto por el jazz de Lester Bowie o Charlie Mingus. La nostalgia de un tiempo mítico que fluye en contra del tiempo real, como en los cuentos de Cortázar. Pero también la esperanza en la salvación personal a través de la música, del arte, de la poesía. «Somos ratas de los sótanos –dice el poeta– / que corren hacia la luz / recortada, / portando sílabas en flor / sobre las que apoyar / el mundo». Sin duda también otra lección.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.