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El enfrentarse a hechos reales y analizarlos con métodos narrativos es una constante en la obra de José Antonio Abella. Es la manera con la que elaboró 'La sonrisa robada' (2014), donde se sumerge en las penalidades de la Alemania de postguerra, o 'Aquel mar ... que nunca vimos' (2020), sobre el caos de sangre de los primeros días de la guerra civil, que acabó con tantas ilusiones. La inverosímil anécdota del enorme jaleo que se organizó con la realización, por el escritor, también escultor, y la colocación pública de la estatua del diablillo en Segovia en 2019 es el origen externo de esta novela. Tiene un cierto tono de farsa que no aumenta mucho el disparate de los hechos originales.
Pero el libro va mucho más allá, con una mezcla de melodrama y cuento fantástico que profundiza en la cuestión de qué es el diablo y lo diabólico, su posible influencia en el destino de las personas, y su estrecha relación con Dios. La naturaleza del mal, los regalos del azar, los manejos de las religiones para el control de la sociedad, las escasas posibilidades de mantenerse al margen de la avalancha de creencias que sujetan el orden establecido, son temas que aparecen a lo largo de sus páginas. Quizá el más interesante es el que da título a la novela. ¿Quién es el cordero del diablo? Sin duda, todas las papeletas las tiene la niña que centra el relato. Le ocurren todo tipo de prodigios más o menos realistas, y ella misma resulta ser alguien excepcional.
Aparece protegida por un personaje misterioso, muy rico y con enorme poder, que utiliza los abundantes recursos a su alcance para modificar a su favor las condiciones de su vida. ¿Es ese sujeto un ángel o una encarnación del maligno? No realiza ni propicia ninguna fechoría, pero desde el primer momento se cierne sobre él la sombra de esa sospecha. ¿Qué interés puede tener, si no, en la protección de la criatura?
Abella entra en disquisiciones sobre la existencia de Dios, el diablo, el mal... Las relaciones entre Dios y el diablo, como seres que se necesitan entre ellos para hacerse presentes, es otra de sus reflexiones: «El diablo no es ateo (…) Todo lo contrario, (…) tiene una fe en Dios mucho más fuerte que la de cualquier beato meapilas. Y ayuda a la Iglesia de un modo extraordinario: si las ovejas no tuviesen miedo al lobo sería mucho más difícil meterlas en el redil».
Desde un lado más literario, hay que destacar la influencia de Giovanni Papini en el concepto del libro y su desarrollo, en especial de su novela 'Gog', cuyo personaje central es el antecedente directo de Goggins, el enigmático magnate. Hay un homenaje explícito en el capítulo que recoge un supuesto texto inédito del escritor italiano, que se incardina con naturalidad en la trama. Es un texto que bucea en las aguas tenebrosas de la responsabilidad y la culpa, después de una investigación teológica y demonológica de altura que deja abiertas preguntas sustanciales sobre qué hacer y qué dejar pasar.
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