No hay libro ni película que atrape el olor de la India. Basta bajarse del avión para notarlo en su forma más neutra, llega a saturar la pituitaria en los mercados, seduce en los jardines y es un revulsivo en los gaths del Ganges a ... su paso por Benarés. El Rushdie de 'Hijos de la medianoche', que cuenta la guerra de partición indo-paquistaní, se acerca al efecto odorífero de la muchedumbre. La Deepha Mehta de la trilogía de los elementos –'Tierra', 'Fuego y 'Agua'– trasluce fragancias domésticas.
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El ya país más poblado del mundo, con sus casi 1.430 millones de almas, ejerce desde siempre una fascinación extraordinaria en el imaginario occidental. Su inmenso panteón y la original solución de la reencarnación a la incógnita final, su rico folclore, los vistosos sharis y el Kamasutra, libro que eleva a categoría artística la gimnasia amorosa que no pasa de pornografía al oeste de los Urales, pueden tener algo que ver. La India será el país invitado en la Feria del Libro y en la Seminci de 2023, ocasión para derribar o abundar en los tópicos.
El regreso de Kabir Bedi, universal Sandokan que vino al festival de cine en 2016, no parece una apuesta por la vanguardia. El análisis histórico pasará por 'El imperio sin gloria: proyecto colonial y sus secuelas' y 'Al-andalus: ¿mestizaje de culturas o historias entrelazadas?'. El ascendente de británicos y mogoles en la India del siglo XXI no va más allá de su huella indeleble en las rutas turísticas indostánicas que transitan casi 85.000 españoles cada año. El programa tampoco se sustrae a la tentación de la mística y el yoga. Arquitectura, literatura y geopolítica son los platos fuertes de la Feria del Libro que se hermana con el Festival de Literatura de Jaipur, anunciado como el 'más importante de Asia'.
La capital de Rajastán, una suerte de Andalucía india, recibe cientos de miles de visitantes a su Holi Festival que ha exportado al resto del mundo. Los polvos de colores que tiñen la fiesta no necesitan traducción. Por su parte, el lema que hermanará Valladolid y Jaipur reza 'las palabras son puentes', siempre que pertenezcan al mismo idioma. Superando este pequeño bache trabaja la Casa de la India desde hace 20 años. Guillermo Rodríguez está al frente de la institución dedicada a la divulgación de la cultura indostánica. La Universidad de Valladolid publicó el libro 'Hindi fácil' que firmaron Chittaikunnon Puthiya Veetil, Vijayakumaran y Jesús Arribas en 2011.
Javier Angulo, director de la Seminci durante los últimos tres lustros, animó la creciente presencia de cine indio, coronada con la Espiga de Oro para 'Last Film Show' (2021). Y el vínculo económico está fiado a la empresa Switch Mobility que construirá en la ciudad del Pisuerga autobuses eléctricos. Cine y economía son lenguas más intuitivas.
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La patria del maestro ajedrecista Viswanatahan Anand, que vivió unos años enEspaña, presume de una prometedora economía emergente que de momento sostiene «un país muy rico de gente muy pobre», según Arundathi Roy. Vivero de matemáticos e informáticos, Silicon Valley mira a Bangalore. Las castas, la supremacía hinduista que alienta el Gobierno de Modi, en el poder desde 2014, el 25% de analfabetismo y la baja tasa de recaudación de impuestos e inversión en sanidad (OCDE) lastran el presente de la singular nación.
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