No hay duda de que la iguana no ha dejado de reptar y de sacudir su buena forma escénica en sus últimas giras. Sin embargo, su audiencia llevaba mucho tiempo esperando una buena sacudida de adrenalina en el estudio de grabación. Y es que durante ... los últimos años, Iggy Pop había optado por tomarse esas licencias propias de la veteranía que sirven para complacer más las exigencias propias que las ajenas, estando en su pleno derecho. Discos como 'Préliminares', 'Free' o 'Après', lanzados desde 2009 hasta hoy, han mostrado a un Iggy Pop capaz de trabajar con el jazz o con las influencias populares francesas… o incluso recitar poemas de su amigo Lou Reed y de Dylan Thomas.
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Por tanto, ha habido que esperar a su disco número 19 para que los astros volvieran a alinearse y para que la iguana pusiera la sala de grabación tan patas arriba como lo hace con el 'tarimado' de cualquier escenario de sus giras. Y así, la entrada de 2023 nos ha sorprendido a propios y extraños con un disco que ya se ha convertido en una de las mejores noticias musicales del nuevo año.
Bajo la producción de Andrew Watts y Gold Tooth, Iggy ha creado nueve canciones y dos 'interludios' que evocan épocas frenéticas de 'Raw Power' o de 'Kill City'. Y aunque el contenido del disco ya basta por sí solo, lo cierto es que Iggy ha contado con un reparto de colaboraciones expertas en romper membranas de altavoces. Y además, Iggy presume solo lo justo de haber invitado al estudio, por ejemplo, a Josh Klinghoffer de Red Hot Chili Peppers, a Duff McKagan de Guns'N'Roses, a Taylor Hawkins (RIP) de Foo Fighters o a Travis Baker de Blink-182. De ellos solo ha dicho: «Son tipos a los que conozco desde que eran niños, y lo que hemos grabado te va a moler a palos». Fin del 'selfie'.
Iggy Pop, que esta misma semana se ha referido a los Premios Grammy con un «odio a esa gente», abre este 'Every Loser' con una frase que no puede ser más propia de sus primeros tiempos y más demoledora: «Got a dick and two balls, that's more than you all». Se trata de la apertura del disco integrada en 'Frenzy', una canción que es toda una declaración de principios en la que afirma que «mi mente está en llamas… ¿Cuándo debería retirarme?». El tema es solo la punta de un iceberg en deshielo que continúa con 'Strung out Johnny', en el que Iggy exhibe su voz más vampírica y grave para desnudar su pasado con frases como 'Dios me hizo yonki, pero Satán me lo dijo: estás colgado, Johnny'. Sin duda, un precioso tema 'dark' creado 40 años después del prototipo de la new wave.
El nuevo disco también tiene algo de oxígeno a través de pasajes acústicos, como ocurre con 'New Atlantis', una oda a su querida Miami donde el piano tiene su presencia. Sin embargo, la estridencia es el hilo conductor del disco, tal como sacude de nuevo 'Modern day Ripoff' con una línea hipnótica de piano que recrea 'I wanna be your dog'. Y volviendo a las licencias, el abuelo del punk se burla de los nietos con 'Neo punk', una creación que ironiza sobre las nuevas generaciones del género cantando «Tengo un lugar en 'La Voz', tengo un custom Rolls Royce. Soy un neopunk». Sin duda, Iggy Pop ha vuelto a hacer lo que le da la gana. Y esta vez, al estilo de lo que más estaban esperando sus seguidores, al viejo estilo de la 'old school' de las raíces del punk.
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