Diego Alarcos, técnico de iluminación de espectáculos. Rodrigo Jiménez

Discretos indispensables

El niño que quería un camión orquesta

Fascinado por la luz, Diego Alarcos se convirtió en técnico de iluminación que hace televisión, giras y vuelve a su ciudad por la gala de los Goya

Victoria M. Niño

Valladolid

Sábado, 10 de febrero 2024, 00:26

«Cuando cumplí los doce años, me autoregalé un mini strobo para las fiestas y cada año iba comprando focos más potentes», recuerda Diego Alarcos que lleva diez días metido en la Feria, trabajando en el montaje que hará brillar la gala del cine español ... esta noche. Nunca había trabajado tanto tiempo en su ciudad. Su sitio habitual es Madrid, donde se graban los programas de televisión y punto de partida de las giras musicales.

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«En la primera gira de Manuel Carrasco, estuvimos casi cuatro días porque comenzó y ensayó en Valladolid», recuerda. Corría 2019 y desde entonces se ha aprendido las canciones del onubense. «Son entre 25 y 30 conciertos cada tour. Los técnicos de iluminación somos los primeros que llegamos y los últimos en salir. Comenzamos a montar a las siete de al mañana y cierras el camión a las cuatro de la madrugada. Cuando se va rodando, que ya se controla todo mejor, hay tiempo para una siesta», explica Diego. Todo depende de la cantidad de focos y la complejidad del sitio. «No es lo mismo montar en el WiZink Center, donde llevas el camión a pie de pista y hay una parrilla para los motores, que hacerlo en una plaza de toros, lo que obliga a descargar fuera, a meter el material por adoquinados con sus baches y luego pista de albero». Así en cada destino de la gira, así en cada escenario, con sus puentes en los que cuelgan motores y focos, conectados con una mesa del operador que controla cada aparato.

Son una eslabón más en el engranaje del espectáculo que tiene otros tantos técnicos de sonido y vídeo con los que deben coordinarse. Diego es muchas veces 'cañonero', «el que mueve el foco del cantante», su guardaespaldas lumínico. «Hay otro que se encarga del dimmer, pendiente de cualquier problema técnico y de suministro; personas de suelos, encargadas del humo; operadores de luces y un jefe de equipo, diseñador de la iluminación». Todos encaminados a «hablar con la luz, bien manejada hace que un espectáculo sea brutal. Puedes generar que la canción visualmente vaya más lenta o más rápida, igual que en el sonido si metes un doble bombo de batería», cuenta quien estudió la carrera de piano, se aficionó a la música sinfónica en directo con sus abuelos y tuvo una banda pop.

Pero desde pequeño le hipnotizaban las orquestas de verbenas en su pueblo mucho antes del baile. «Me gustaba ir a verles montar, me flipaba cómo de un camión salía un espectáculo, soñaba con tener un camión orquesta». Así que fue derecho al Instituto Vega de Prado, al ciclo de 'Iluminación, captación y tratamiento de imágenes fotográficas', encandilado por el 20% de materias relacionadas con la primera. Entre las giras de BRESH, itinerantes pro España y algunas capitales europeas, sigue entre cables y focos de programas como 'La Voz', 'Got Talent' 'Top Star' o 'Gran Hermano'. «La adrenalina del directo es la misma en la tele que en los conciertos. Tienes que sacar el programa o el bolo adelante sí o sí». Esta noche, toca la fiesta del cine.

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