Musac: veinte años y un camino hacia la estabilidad
El cierre exitoso de la muestra de Ai Wei Wei enlazará en el año del aniversario con las expectativas de Yoko Ono y el Studio Drift
Angélica Tanarro
Sábado, 24 de mayo 2025, 08:34
El Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (Musac) celebra su vigésimo aniversario con varias citas internacionales de campanillas mientras parece haber entrado en ... una nueva etapa de estabilidad dentro de una trayectoria plagada de altibajos. A la euforia vivida en nuestro país durante los noventa y principios del presente siglo, momento en que se pusieron en marcha muchos de estos centros con el arte más actual como protagonista, cubriendo así una laguna histórica, sucedieron los recortes de la crisis económica, el posterior hachazo de la pandemia y el débil apoyo institucional marcado en ocasiones por la incomprensión hacia sus contenidos. Todo ello convirtió a estos museos en naves pendientes de naufragio o al menos de precarización. El Musac no fue ajeno a estos vaivenes.
Con todo, el centro acaba de clausurar una de las grandes citas del año: la muestra del famoso, reconocido y controvertido artista chino Ai Wei Wei, una magnífica exposición del trabajo de este creador que ha hecho de la performance y la instalación un medio de protesta política y compromiso con los derechos humanos: las crisis de los refugiados, la libertad de expresión o el declive del humanitarismo han estado presentes en las imponentes salas del museo a través de los diferentes lenguajes que Ai Wei Wei experimenta en su trabajo, desde los objetos encontrados y los 'ready mades' a las grandes instalaciones que recuperan formas y elementos tradicionales del arte chino, además de sus celebrados audiovisuales.
El comisario de la exposición y actual director del Musac, Álvaro Rodríguez Fominaya, hombre parco en expresividad, se muestra satisfecho de la acogida del público al tiempo que huye de euforias de cara a la celebración de este aniversario. Y ello a pesar de que tiene por delante dos grandes citas internacionales: la de la controvertida artista Yoko Ono, sin duda un acontecimiento en el panorama artístico de la Comunidad, así como la del holandés Studio Drift, una referencia en el uso artístico de las nuevas tecnologías. También dos importantes artistas nacionales, Secundino Hernández y el segoviano Luis Moro, premio de las Artes de Castilla y León (que interviene en la cuota comunitaria aunque se proyección hace tiempo que traspasó esta frontera) serán también citas a tener en cuenta.
«La programación de este año está pensada como una programación sostenible –afirma–. Es cierto que el hecho de que sea el 20 aniversario pesa, pero es una programación que podríamos haber tenido otro año. Creo que hay que continuar trabajando con proyectos accesibles. Con proyectos que sean referencia a nivel internacional, que están entre 1.000 o 2.000 metros cuadrados, que nos permiten miradas en profundidad a un artista o a un movimiento artístico. Porque son compatibles con los espacios que diseñaron Tuñón y Mansilla. El edificio es un espacio orgánico en el que las salas se conectan unas con otras y estas miradas en profundidad de determinados artistas que hemos emprendido se potencian con la arquitectura del edificio».
Así, la muestra de Yoko Ono sobre la que no quiere desvelar muchos detalles y para la que han contado con el comisariado de Jon Hendricks, uno de los grandes expertos en el movimiento Fluxus al que perteneció la artista japonesa, y Connor Monahan, director de su estudio, supondrá una aportación al análisis de lo que supuso este movimiento para el arte contemporáneo internacional así como una revisión del trabajo de una de las creadoras más significativas en el mundo de la performance y la instalación. La muestra, que siguiendo las instrucciones de la artista, recuperará alguna de sus obras, atenderá a los distintos lenguajes usados durante su trayectoria. Sigue así la línea de la exposición sobre Ana Mendieta que ocupó el Musac hasta enero de este año, la mayor que se ha hecho en España sobre la artista de origen cubano fallecida en Nueva York en 1985, que supuso una profundización en su trabajo. Una línea de actuación acorde con la arquitectura del centro cuyos amplios espacios invitan a grandes proyectos tanto en extensión como en calado.
Sostenible
En este sentido, la recuperación de la sala 6 del museo, que ha estado cerrada durante 15 años, es un hito del que Rodríguez Fominaya se siente orgulloso. Este espacio con 17 metros de altura tiene pocos equivalentes en España y ha permitido ampliar el espacio expositivo.
Sostenible, sostenibilidad, son dos palabras que a menudo están en el discurso del director. Es el signo de los tiempos que aúna el imperativo de hacer de la necesidad virtud (mantener el nivel con presupuestos limitados, plantillas reducidas…) y atender también al cuidado del medio ambiente, ya que todo gran proyecto expositivo supone grandes movimientos de obras, construcciones de arquitecturas efímeras, publicaciones etc., lo que, incrementa presupuestos e impactos medioambientales.
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Cinco directores en veinte años
Habrá que cruzar los dedos respecto a las palabras del director, porque las relaciones de los sucesivos directores del Musac con los responsables de la Consejería de Cultura de la que depende (léase también Fundación Siglo) no han sido siempre fáciles. La prueba: por el despacho del director han pasado cinco titulares en estos veinte años y de ellos solo una mujer, la más efímera en el puesto. Dimisiones más o menos amistosas (las del primer director, Rafael Doctor que estuvo de 2002 a 2009 y su sucesor, Agustín Pérez Rubio, que aguantó hasta 2012), portazos como el de Eva González Sancho que, tras solo unos meses en el cargo en 2013, huyó denunciando injerencias insostenibles y las amargas críticas hacia los responsables políticos que acompañaron a Manuel Olveira (en la dirección de 2013 a 2021) en su despedida.
«Este cambio no afecta solo a España. El que los proyectos expositivos duren más tiempo, ofrece al público capacidad de reacción y puede venir desde fuera de León. Un fenómeno global que incide en la sostenibilidad no sólo económica sino medioambiental. Esa carrera un poco sin sentido de generar 15 proyectos al año yo creo que no tiene lógica», puntualiza el director.
En esta línea, la atención a la colección del Museo es clave. La actual muestra, 'Así como suceden las cosas, también nada sucede', ofrece una nueva lectura a través de una treintena de obras de otros tantos artistas presentes en ella. Al tiempo se ha invitado a otros tres creadores, Alejandro Cesarco, Miriam Martín, Antonio Menchen y la vallisoletana María Tinaut, a concebir pequeñas exposiciones individuales incrustadas en ese contexto. De esta manera el museo atiende, según palabras de su director, al doble objetivo de mirar la colección desde el más inmediato presente y generar investigación sobre sus obras, al tiempo que se invita a destacados artistas de la Comunidad a participar.
La colección del Musac nació con una brecha temporal muy definida, lo cual también fue objeto de polémica (en la medida en que se pueda hablar así de lo que sucede en el arte contemporáneo de este país siempre luchando contra la invisibilidad) en su momento.
Rodríguez Fominaya también parece tener claro su sentido actual: «Sin lugar a dudas es una de las grandes colecciones de nuestro país. Sí es cierto que mira de forma muy profunda en el contexto internacional del momento en que se genera la colección, que era el año 1989 con la caída del Muro de Berlín. Ese ámbito cronológico se amplió en la última dirección del museo y estoy completamente de acuerdo. Porque ¿qué significa el arte de hoy cuando ya han pasado 40 años de la caída del muro? Esta reflexión la establecimos en la exposición 'Epílogo'. Ahora mismo no estamos buscando llenar huecos en la colección. Sería imposible. Estamos pensando en cómo generar estos momentos de profundidad que hagan que la colección sea una colección de referencia en torno a artistas fundamentales en el desarrollo del arte en España durante la última mitad del siglo. Hemos tenido una importantísima donación de Dora García de dos instalaciones, las que hizo para la Documenta de Kassel y la Bienal de Venecia. También, una donación importante de Yasumasa Morimura y también estamos intentado completar la presencia de artistas que estaban representados en la colección pero con obras más antiguas. Es el caso de Antonio Ballester Moreno del que hemos incorporado un tríptico realizado con la idea en mente de la propia arquitectura y la colección del Musac y, puntualmente, buscamos artistas que sorpresivamente no están como Cabello/ Carceller que ya han entrado. Lo que estamos planteando no es establecer una única línea de actuación sino diversas líneas de actuación dentro de los presupuestos que mantenemos para adquisiciones, que no son los del inicio, pero que nos permiten continuar incidiendo sobre todo en esta idea de generar momentos de profundidad respecto a artistas que ya están en la colección».
Doble vía
Con los 3.200.000 euros de presupuesto anual y las ocho personas que además de él mantiene la plantilla (muy reducida respecto a sus inicios) Rodríguez Fominaya emprendió el reto de «reconstruir» el museo. Un concepto sin duda fuerte que no llevaba ningún «mensaje oculto»: «El lema lo elegí pensando en el momento del covid. Esa es la razón principal. El museo venía de una situación, como todas las instituciones culturales y la vida de la sociedad, en la que se había pasado al formato 'on-line' y lo que quería significar era: vamos a volver a recibir visitantes y participantes en las actividades. Vamos a pensar en lo que sabemos hacer bien y lo que son las funciones fundamentales de un museo: preservación, exposición e interpretación y las he puesto como una prioridad absoluta a la hora de pensar en la programación».
Ese centrarse «en la obra del arte y del artista» no deja de ser un giro en una trayectoria en la que en los últimos tiempos se había puesto mucho hincapié en los aspectos documentales.
«Ha habido un tiempo en que el tema del archivo ha tenido su momento estelar y no niego su importancia dentro del ámbito expositivo, pero también creo que hay que ir más allá de ir a una exposición a leer un documento dentro de una vitrina. Puntualmente puede haber exposiciones que se aproximen al fenómeno de la creación contemporánea de esta forma, pero existen otras muchas otras formas: pensar otra vez en medios como la pintura o la instalación es lo que estamos haciendo».
Las visitas parecen apoyar esta línea ya que se han ido incrementando desde las 24.300 del año 2021 a las 86.831 del año pasado. «Tenemos como referencia el año 24 porque supuso el mayor récord de visitas desde que se instauró el pago de entrada en el museo. Fue un hito que en 2025 vamos camino de superar. Nuestras últimas cifras indican que el 60% de los visitantes vienen de fuera de León. Es un porcentaje que se ha invertido. Antes estábamos hablando de más visitantes de dentro de León que de fuera. ¿Significa que ahora viene menos público de León? No, porque están incrementándose los visitantes. Significa que viene muchísimo más público de León, más del doble, pero además mucho más público de fuera. Estamos realizando un estudio y los niveles de satisfacción de los visitantes son extraordinarios».
Este es el balance positivo que su responsable hace desde su entrada en el cargo. El futuro inmediato pasa por seguir alternando la programación de citas internacionales de referencia en colaboración con museos de otros países, dedicar entre el 40 o el 50% del espacio expositivo a distintas lecturas de la colección y terminar los trabajos de renovación de las infraestructuras del edificio. Afirma que la relación con los responsables de la Consejería de Cultura de la Junta de la que depende el museo es de «apoyo y colaboración total», sin la cual «no hubiéramos podido hacer todo lo que hemos hecho».
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