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José Valín Alonso
Viernes, 19 de marzo 2021, 07:58
Resulta cuando menos sorprendente la falta de propuestas de identificación del núcleo precursor de Medina con alguna de las antiguas poblaciones vacceas nombrada por las Fuentes, excepción hecha de su asimilación con la imprecisa Sabaris con la que se la ha relacionado en alguna ocasión. ... La extrañeza aumenta si se tienen en cuenta los restos de muralla próximos al Castillo de la Mota, junto a los que no pocos estudiosos han señalado vestigios de apariencia prerromana que algunos han llegado a suponer del Bronce final
Adelanto que la propuesta de identificar aquella vieja fundación con la Octodurum mencionada por Ptolomeo (s. II) no se basa en nuevas apreciaciones arqueológicas, sino en algunos aspectos geográficos aportados por el polígrafo griego y, sobre todo, por el análisis lingüístico del topónimo vacceo.
Respecto a los primeros, baste decir que las imprecisas coordenadas del geógrafo alejandrino sitúan la plaza al Sur del Duero y en el área central de aquella etnia, lo que en principio es compatible con la ubicación actual de la Villa de las Ferias.
Por lo que atañe al análisis lingüístico cabe resaltar de entrada un hecho bien conocido pero no mencionado por los estudiosos en relación con el término en cuestión: Octodurum es un evidente compuesto ( Octo-durum) cuyo segmento final, durum, es una voz sobradamente comentada por los especialistas y asumida habitualmente como la denominación céltica del 'mercado'. Como tal se hace patente en Brennodurum, la actual Berna, o en Marcodurum, emporio galo del norte de Francia que cabe suponer equivalente al 'mercado de los caballos' si se atiende al habitual sentido del celta Marco, 'caballo'.
Entrando en algún detalle, se ha analizado nuestra voz como dur-um, cuya desinencia final um, habitual en nombres de ciudades, acompaña al radical dur, tradicionalmente vinculada desde el punto de vista etimológico con la raíz indoeuropea *dhwer/ *dhur, 'puerta', que es también la base del latín Forum. La raíz designaba originalmente el elemento fundamental del recinto mercantil al que daba acceso, pasando, por metonimia, a nombrar al conjunto del recinto.
Curiosamente el papel simbólico de la 'puerta' como elemento fundamental de aquellos recintos fue asumido asimismo por los latinos que empleaban la locución Quintana Porta, transmitida por Livio, para caracterizar dicha puerta como elemento crucial del mercado (Quintana).
¿Correspondería aquel papel en Octodurum a una de las puertas conservadas de los viejos murallones de Medina, conocida tradicionalmente como la del Real? Resulta difícil asegurarlo.
Pero tras este avance sobre la posible identidad de los restos de la Mota de Medina con aquel antiguo emporio, acaso proceda ahondar en la razón de su falta de identificación con la población actual por los tratadistas.
Y cabe señalar que en esta cuestión subyace presumiblemente una temprana confusión o asimilación entre aquella vieja denominación indígena y la de Ocelumduri(e), tradicionalmente asumida, aunque no sin discusión, como el nombre antiguo de Zamora.
No obstante dicha mixtificación -justificada por la cercanía fonética de los dos términos- ambos pueden diferenciarse claramente y no solo por sus aspectos formales y por las referencias de la documentación antigua: Ocelumduri fue la forma tardolatina de Oceloduri(e), mansio señalada por el Itinerario de Antonino (s. III) como muy próxima al Duero zamorano, al oeste del territorio vacceo y bastante alejada de la posición central que, al decir de Ptolomeo, ocupaba Octodurum en dicha región.
Pero aún hay más: Duri(e), el segmento final y apelativo de Oceloduri –es decir, el sustantivo del compuesto de acuerdo con el orden constructivo de estos en las lenguas célticas e indoeuropeas– no puede considerarse como genitivo de durum sino como el nominativo habitual de la voz turi/ duri que cabe reconocer como una de las formulaciones célticas del 'río', latinizada posteriormente como Durius y mantenida no solo para el Duero sino para el Torío leonés y el Turia levantino.
Aproximación que permite reconocer en la antigua denominación zamorana una referencia al gran cauce adyacente que caracterizaba al viejo asentamiento ribereño. Así pues, procede diferenciar claramente Oceloduri, con un sentido cercano al de 'Rio Ocelo' o «Río de Ocel» -formulado como una perífrasis similar a la de las poblaciones con nombre de río como Ríoseco o Río de Janeiro- que nada tendría que ver con Octo-durum, equivalente a 'Mercado de Octo'.
Dirigiendo ahora nuestra atención hacia esta última voz, el segmento inicial de nuestro topónimo, resulta evidente su papel como determinante de durum, al que sin duda calificaba o precisaba con algún matiz difícil de precisar.
Una aproximación al mismo podría venir de la mano de un viejo término indoeuropeo, Acte/ Acto, asumido habitualmente como 'promontorio, cerro' y señalado a propósito de la ciudad de Actium en el Epiro que, al decir de las Fuentes, designaba tanto la propia población como el cerro adyacente. Puede rastrearse la voz igualmente en la gala Bibr-acte adosada al monte Beauvry, y se ha señalado asimismo por reputados estudiosos como origen del nombre del monte Athos en la Calcídica, procedente según la commun opinio de un anterior *Akto.
Todos estos términos se presuponen derivados de la fecunda raíz indoeuropea Ak, 'extremidad, punta' que, sufijada con el morfema de tenencia te/ to, proporcionaba a la voz Akte/Akto el sentido de 'que tiene punta', pasando a emplearse en su uso toponímico como término habitual para designar cerros, promontorios o montes.
La misma raíz produjo en latín Acutus, 'puntiagudo, afilado', modificada como Cot en sus derivados cotinarius, 'afilador' y cotificare, 'preparar piedras de afilar', por caída de la A inicial y adecuación del timbre vocálico de la u como o. Con esa forma, Cot, aparece en la toponimia siciliana configurando el nombre de Cot-urgis, población asentada junto a un cerro.
Curiosamente una evolución similar de aquel viejo término indoeuropeo debió tener lugar en Hispania, donde encontramos la voz regional 'coto' (cueto en asturiano) como equivalente de 'otero', junto a otras fórmulas con la apariencia de Cut que pueden observarse en la Sierra de las Cutas, precordillera oscense de ciertos montecillos, así como en el nombre de Cutanda, población turolense cuyo castillo se asienta sobre el cerro adyacente. Familia de términos a las que cabe añadir el topónimo vasco Mendi-cute ('Monte Cute') y la vieja denominación de algunos promontorios como cutilo, prácticamente sin uso en el vascuence actual.
Los ejemplos mencionados inclinan a contemplar esta familia de términos, al igual que los itálicos anteriores, como procedentes del antiguo Acte/ Acto con vocalización intermedia del complejo consonántico interior ct -similar a la del latín acutus- y pérdida de la A inicial por imprecisas razones, entre las que no puede desdeñarse su consideración popular como prótesis vocálica, una vez olvidada la etimología originaria.
Expuestos todos estos antecedentes, resulta verosímil considerar Octo, el segmento inicial de Octo-durum, bien como una grafía errónea de los copistas en lugar de Acto o bien, y lo que es más probable, como asimilación del timbre de la A inicial con el del resto de las vocales del compuesto.
Propuesta que, en definitiva, vendría a identificar dicho segmento como 'promontorio, mota o cerro'.
Resulta así, si no evidente, al menos muy plausible, la interpretación de Octo-durum como el 'mercado (durum) de la mota (octo)' que se adecúa perfectamente a la ubicación del recinto mercantil originario junto al cerro en el que pasados los siglos se erigió el Castillo de la Mota.
Ya en la Edad Media y olvidadas las viejas lenguas prerromanas, la posterior Medina -que en árabe designaba al barrio en el que además de la mezquita se asentaba la alcaicería y el zoco, es decir, el mercado- se desarrollaría no lejos del viejo cerro de Octodurum, pero en campo abierto. Por ello y para diferenciarse del antiguo emporio, pasaría a calificarse como del Campo.
El antiguo asentamiento mantendría no obstante su vieja preeminencia, pasando a ocuparse por las construcciones donde residiría el poder que darían lugar con el paso de los años a la erección del Castillo de la Mota.
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