Público en la Corrala de Olmedo, imagen que forma parte de la exposición de este año. Pío Baruque

El maná de la burbuja festivalera en Castilla y León

Música y teatro multiplican en verano la población de Béjar, Aranda, Olmedo o Urones, cuatro casos de turismo cultural más o menos coyuntural

Victoria M. Niño

Valladolid

Sábado, 24 de junio 2023, 00:19

Tiedra, municipio vallisoletano de 300habitantes, estrenó el jueves su Ecofestival. Esta semana el Boina Fest de Arenillas, (provincia de Soria, 50 habitantes) ha dado a conocer la lista de artistas para la cita del 5 agosto. La última edición reunió a mil personas. Ponferrada inaugurará ... el festival Bierzo al Toque, dedicado al flamenco, el 21 y 22 de julio. Olmedo Clásico ha presentado su cartel para la que será la 17ª edición y al albur de la agenda de los políticos está la presentación de la Feria de Ciudad Rodrigo y del FETALE, en Urones de Castroponce. Sonorama, en Aranda, tiene el umbral de los 140.000participantes de 2022.

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Emergentes y consolidados, de música y teatro, en entornos de riqueza patrimonial y paisajística, con nombres del patrocinador o relativo a la localidad, los festivales engordan efímeramente la población de Castilla y León. Hay quien se prenda del lugar y hasta fantasea con quedarse, como el caso de Eric Burdon, recuerda Miguel Ángel Sánchez, en Béjar hace diez años. Gerente de La Alquitara, Sánchez lo considera su «garito», como si el cartel de club de jazz le quedara grande. «En los noventa me liaron ahí en Valladolid Santi y Benso, del Café España, para que organizara conciertos en Béjar y así comencé en mi bar. Para el festival me parecía que el jazz era más difícil, así que se quedó en blues. En realidad, son músicas negras. Por la Plaza han pasado grandes del rock, jazz y blues».

El XXIV Béjar Blues Festival se extenderá del 22 de junio al 25 de julio, aunque los dos días grandes de conciertos en la Plaza de Toros son el 14 y 15 de julio. Este fin de semana comienza el curso de blues, se les ha disparado la matrícula a 70 alumnos de toda España para ocho profesores.

Un mes de actividad

«Hacemos talleres de niños, conciertos por la calle, extensiones por pueblos limítrofes de Extremadura. Movemos unas 10.000 personas». Amén del cartel, parte del éxito lo atribuyen a la ubicación privilegiada, a un kilómetro de la población en la «plaza de toros más antigua, de 1711».

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También en Salamanca, ya en agosto, tendrá lugar la Feria de Teatro de Castilla y León, que este año contará con 45 compañías, el 37% de la región, que ofrecerán 60 funciones en quince escenarios. Los 12.000 habitantes de Ciudad Rodrigo pasan a ser 35.000.

Ciudad Rodrigo, volcada

La XXVI edición contará con el estreno de 'Enigma Shakespeare', de Teatro de Poniente, además de espectáculos de danza como 'Hacía la raíz', de La Imperfekta teatro & Clau_topia, y 'Mulier', de Arvine, o el guiño clásico de Factoría Teatro y 'El Marqués de las Navas'. «Tenemos la filosofía de una feria generalista en la que caben todos los géneros, formatos y públicos, orientada a los profesionales y a los espectadores», explica su director Manuel González, quien destaca la implicación local con «cien jóvenes trabajando en animación» además de contratar todos los servicios a empresas de la zona. «Hace 18 años se constituyó la Asociación de Amigos de la Feria y tiene más de mil socios».

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Otro festival que nació de los lugareños es el Huercasa Country Festival, que lleva nombre de empresa de alimentación ubicada en la localidad segoviana de Sanchonuño y eligió el paisaje de Riaza para su celebración. David Jiménez es su director artístico. El madrileño, responsable de la promotora Heart of Gold, tenía la tarea de intermediar con las estrellas internacionales en 2014. Acabó siendo uno más de la familia del Huercasa. «Hemos ayudado a profesionalizar el festival que concentra en la plaza a 12.000 personas en un fin de semana. Generamos cien puestos de trabajos directos». Eligieron el country porque «es una música de raíz que coincide con los valores de Huercasa, el cuidado de las personas y del medioambiente, se acerca a los valores de marca. El lema de la empresa es cuidar del entorno y generar riqueza, implicarse con la vida sana y acabar con la despoblación». Por eso apuestan por aforo limitado, un solo escenario y huyen de las grandes concentraciones. «Viene gente de toda España, también de Suecia, de Suiza...».

Los valores de un festival

Jiménez reconoce que hay «una burbuja festivalera que sigue creciendo, no pincha. En cierta manera es natural en un país que vive del turismo y usa la música como atracción, como vía para llegar a más gente y que conozca el sitio, promocionándolo así». Trabaja también con Sonorama (Aranda de Duero) y Ebrovisión (Miranda de Ebro). «Son festivales que han ido creciendo poco a poco, esos sí que pueden perdurar. Lo que sí veo en retroceso son los macrofestivales, con muchos escenarios, 200 artistas en cartel y un precio que se va de las manos».

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Olmedo Clásico y FETALE son los dos eventos teatrales en el verano vallisoletano. La Villa presentó su 26 cartel esta semana. Diez montajes, más dos propuestas para niños y jóvenes, y un amplio programa profesional y académico llenarán la Corrala del Palacio del Caballero los últimos diez días de julio.

Tierra de Campos

Al mes siguiente, los aficionados a las tablas tienen cita en Urones de Castroponce. Desde 2022 la compañía Azar Teatro diseña los designios de este festival de «teatro alternativo». «Esa identidad no lo es tanto por el contenido artístico como por el lugar. Urones apenas tiene 100 habitantes, está en la despoblada Tierra de Campos», explica Carlos Tapia. Danza, teatro, performance y títeres «de un marcado carácter innovador» se sucederán en Urones y en municipios aledaños como Mayorga, Medina de Rioseco o Valdunquillo. Todos ellos demuestran que no solo de reguetón vive el verano.

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