Valladolid

Juan Villa, talento en barro, látex y creación digital

Allí diseña y construye figuras por encargo para programas de televisón, películas y proyectos audiovisuales. Lleva 19 años surtiendo el atrezo de 'Cuarto Milenio', de Iker Jiménez. «Lo más complicado del oficio es hacer las cosas en el escaso tiempo que te dan. Para televisión hemos creado piezas en tres o cuatro días cuando algunas requieren semanas; la forma de trabajar es vertiginosa, conlleva muchos días sin dormir, plazos muy ajustados... tanto ha cambiado este trabajo que no nos reconocemos», dice quien aún sigue modelando en barro y escayola, desplazados con los años por látex, siliconas y otros materiales en un oficio donde ahora campa la impresión en 3D. «Imprimimos, pero a veces después modelamos a mano empleando óleos naturales, tierras, y otros materiales para conseguir piezas con una impronta propia que con el ordenador se pierde un poco».

Se tiene Juan Villa por artesano que sigue creando en un taller con otros dos especialistas, además de haberse embarcado en El Castillo Encantado, en Trigueros del Valle. La fortaleza medieval del siglo XV está poblada por dragones, seres encantados y pasadizos secretos que el año pasado recibieron 42.000 visitas. Este proyecto conjunto con el Ayuntamiento que ha servido para poner en uso el castillo cada fin de semana se mantiene con la recaudación de las entradas. Y en Valoria la Buena abrió hace un año Puerto Espacial, un museo dedicado a la saga de 'La guerra de las galaxias'.

Frente a la idea de inspiración que flota sobre todo artista, previene Villa de que por encima «está el cronómetro que marca la lucha contra nosotros mismos, para sacar la creatividad en el momento preciso». La fantasía ronda por el taller y toma cuerpo en seres fantásticos, dinosaurios, vehículos y artefactos voladores aún por inventar que cobran forma en diseños que se le ocurren a este escultor que sigue reivindicando su labor como la de un artesano a quien la tecnología facilita procesos creativos.

De la mano de la Inteligencia Artificial barrunta la llegada de un terremoto de cambios en la creación de esculturas. «En el taller nos lo vamos a tomar como una herramienta más, válida pero que hay que saber utilizar porque si todo lo sustituimos por diseño con IA perderemos nuestro matiz artesanal. Somos conscientes de que este oficio va a pegar un vuelco tremendo. Aún no hay una IA aplicada al volumen, pero solo es cuestión de tiempo». Por encima de las grandes transformaciones vividas en el mundo de barro y látex en el que empezó sabe que si algo requiere una obra de arte es «cariño, detalle y algo de tiempo».